Forbes (Argentina)

Esas butacas siguen vacías

- Por Javier Ledesma Cascio

Los cines cumplieron diez meses cerrados y hay incertidum­bre por los estrenos en simultáneo por streaming.

Los cines cumplieron diez meses cerrados desde que se declaró el aislamient­o y luego el DISPO, a excepción de Córdoba que reabrió en enero. A la incertidum­bre por la falta de ingresos se le suma un posible apocalipsi­s para el negocio por los estrenos en simultáneo por streaming. ¿Hay perspectiv­as para 2021?

El damero

Al cierre de esta edición se anunció la aprobación del protocolo de reapertura por lo que solo faltaría que el Poder Ejecutivo anule su último decreto para que vuelvan a operar. Desde ambas cámaras (CAEM –grandes cadenas– y FADEC –pymes–) acordaron un aforo del 50% con una fila libre delante y detrás de cada espectador, además de dos asientos sin ocupar a sus costados. “El objetivo para el 2021 es que no nos genere quebranto”, señala Gabriel Feldman, titular de Multiplex.

Taquilla hundida

Del récord de los 50,3 millones de tickets vendidos en 2015, la taquilla se desplomó un 11,3% en los siguientes tres años hasta llegar a los 44,6 millones de 2018. Pero aun ese número hoy suena positivo para los empresario­s de la industria del cine si se tiene en cuenta que las salas cerraron 2020 con tan solo 8,6 millones de tickets cortados, según Ultracine. La película más vista del año, que solo tuvo dos meses y medio de operación real, fue Frozen 2, con 2.080.000 espectador­es, seguida de cerca por El robo del siglo.

¿Hay lugar para las salas?

La decisión de ciertas productora­s grandes de estrenar sus tanques en streaming y salas de cine a la vez provocó que los dueños de los principale­s complejos pusieran el grito en el cielo en los Estados Unidos. Y en la Argentina no se quedaron atrás. “Matar la ventana del cine es un error porque siempre fue una parte importante de la cadena de facturació­n de las produccion­es. Entendemos que es una situación extrema de emergencia, pero puede significar una sentencia de desaparici­ón para muchas salas”, esgrime Feldman.

Más por amor que por negocio

Los autocines fueron más bien una maniobra para recuperar el contacto con el público. Varias cadenas proyectaro­n películas ya conocidas para, de alguna manera, volver a la actividad. A nivel negocio no funcionó. “No sirvió como paliativo”, reconoce un empresario. Para mirar hacia 2021, expresan desde la industria, necesitan abrir. “Recién cuando se defina cómo será el regreso a las salas y qué va a pasar con las películas, ahí vamos a tener alguna visibilida­d”, afirman desde una gran cadena.

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