Cambiar el chip
Hoy casi tan codiciados como las vacunas, los microprocesadores, la mayoría de ellos fabricados en Oriente, escasean afectando a las industrias más diversas.
Los microprocesadores escasean afectando a las industrias más diversas.
La escasez de vacunas no es el único mal que hoy acecha el futuro de los países que ven cómo la pandemia no solo se lleva vidas humanas sino también a las economías más debiles. Hoy los semiconductores también son fuente de preocupación. Impulsan la productividad laboral y alimentan desde dispositivos médicos hasta productos electrónicos de consumo e inteligencia artificial. Y también escasean.
Punto de quiebre
El cierre inicial de las fábricas de China en 2020 debido a la pandemia ya hacía prever que los retrasos de entrega a los fabricantes electrónicos se iba a extender durante todo el año. El chipaggedon, como se lo llamó, junto con el aumento de la demanda de dispositivos, que Occidente compró apresuradamente para tratar de adaptarse al home office, terminó en el desabastecimiento actual. Mientras tanto, la necesidad de evitar el contacto personal y acelerar las comunicaciones y la digitalización del trabajo nunca se detuvo, y con ello el consumo de microchips.
Dominio mundial
Un informe publicado por Boston Consulting Group y la Semiconductor Industry Association estimó que en 2020 EE.UU. representó solo el 12% de la capacidad de fabricación de semiconductores, mientras que Taiwán y Corea del Sur juntos representaron el 43%. La china TSMC suministra los procesadores que alimentan desde los iphones hasta la inteligencia artificial de Google. También posee varias de las compañías de chips sin fábrica: juntos controlan más de dos tercios del mercado.
Cuestión de Estado
La dependencia de Oriente en esta materia es lo que hoy preocupa a la mayoría de los gobiernos. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y otros políticos expresaron públicamente su preocupación por la escasez. El 24 de febrero Biden firmó una Orden Ejecutiva para abordar la escasez global de chips, diseñado como una revisión de la efectividad de la cadena de suministro, y citando que EE.UU representa el 12.5% de la fabricación de semiconductores.