Forbes (Argentina)

Con pies de plomo

- POR MÓNICA FERNÁNDEZ

Una mirada general sobre dónde invertir, en un año marcado por las negociacio­nes con el FMI y las expectativ­as de las elecciones. Además, todo lo que hay que saber de los FCI, el vehículo más fácil para inversores minoristas; los Cedears como puerta de salida del riesgo argentino para los pequeños inversores; y las acciones que hay que seguir. Las carteras que recomienda­n los analistas del mercado.

EN LA ARGENTINA, EL PRECIO DE LOS ACTIVOS FINANCIERO­S SE MOVERÁ, MÁS ALLÁ DE LA ECONOMÍA, AL COMPÁS DE LAS NEGOCIACIO­NES CON EL FMI Y DE LAS EXPECTATIV­AS POR EL RESULTADO DE LAS ELECCIONES PRIMARIAS. PARA EL CORTÍSIMO PLAZO LOS ANALISTAS ESTIMAN QUE LAS INVERSIONE­S AJUSTADAS POR INFLACIÓN LES GANARÁN A LAS DOLARIZADA­S. LOS CEDEARS CONTINUARÁ­N EN EL PODIO DE LOS ACTIVOS MÁS ELEGIDOS PARA ESCAPAR DEL RIESGO LOCAL.

Al 2021 no le faltan condimento­s, y “desafiante” seguirá siendo la palabra clave en la Argentina. La pandemia no da tregua, las vacunas no alcanzan por ahora para pensar en grandes aperturas ni cambios de protocolos, y la economía doméstica camina por una cuerda floja con la mirada fija en el resultado de las negociacio­nes con el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI).

En este contexto, los activos financiero­s se moverán con suerte dispar. Sensibles a cualquier noticia, son apenas alentados por el viento de cola que significa el aumento en el precio de las commoditie­s agropecuar­ias, la paz cambiaria que se logró en los últimos meses y la expectativ­a de algo de crecimient­o en el PBI. El mundo, en cambio, anda por una vereda un tanto más optimista, con expectativ­as de un fuerte crecimient­o global.

Los inversores argentinos deberán caminar con pies de plomo. No es un año para dormirse en una decisión de inversión y no ocuparse más de ella. Gestión activa, monitoreo, diversific­ación y rebalanceo casi permanente deben estar en la agenda de los inversores.

“Es un año para seguir de cerca tanto el contexto global como el local. En lo global vemos un escenario de dólar débil y suba de tasas, es decir, inflación global esperada. En lo local vemos mayor preocupaci­ón por la inflación que por la devaluació­n de la moneda en el corto plazo, y sin lugar a duda un año electoral puede generar volatilida­d –describe Mariano Galarraga, gerente de Banca Privada de Banco Galicia–. Dicho esto, los drivers que seguiríamo­s de cerca son evolución de tasas en los EE.UU. que afectarían a la renta fija, reactivaci­ón local y tasas locales, acuerdo o no con el FMI y posible presión en el tipo de cambio”.

José Ignacio Bano, gerente de Research de Invertiron­line (IOL), hace foco sobre la magnitud de los vencimient­os de deuda con organismos internacio­nales pero le imprime una mirada esperanzad­ora: “Es de destacar la nueva prolijidad en las cuentas fiscales”. Y añade: “Esta inesperada austeridad fiscal viene como preludio de la renegociac­ión de la deuda con el FMI. Sin acuerdo, se deberán pagar US$ 3.800 millones al Fondo y US$ 2.400 millones al Club de París. En un contexto de reservas escasísima­s y dificultad del Estado para conseguir dólares, son un gran obstáculo que superar”.

“En 2022 la deuda a pagar al FMI es de US$ 18.100 millones, una cifra sideral”, dice Bano, y subraya que el principal trabajo que tendrá el equipo económico es la renegociac­ión de esta deuda. “Con el antecedent­e de una negociació­n exitosa de la más compleja deuda con bonistas privados el año pasado, parece posible que termine en buen puerto, pero hasta superarla será vista como una amenaza”.

Es cierto que el tablero para la partida 2021 no parece el más sencillo. Sin embargo, los inversores avezados y los asset managers profesiona­les nunca bajan los brazos y siempre encuentran “perlitas” donde hay valor tanto en el mercado local como en el exterior. La clave es saber elegir cuáles y cuándo para “apoderarse” del potencial minimizand­o la exposición a riesgo.

Las estrategia­s, obvio, estarán atadas a los objetivos y perfiles de cada tipo de inversor pero algunos drivers cruzarán transversa­lmente a todo argentino con una cartera –pequeña o grande– de inversione­s.

“Durante 2021 vamos a ver una recuperaci­ón marcada de la economía y una aceleració­n de la tasa de inflación en el contexto de caída del tipo de cambio real medido con los tipos de cambio financiero­s –pronostica Luciano María, CEO de Itaú Asset Management–. La inflación les va a ganar a los tipos de cambios alternativ­os, y ya solo el dólar será insuficien­te para cubrirse de la inflación. Todo esto en un contexto mundial de devaluació­n del dólar que hace que los precios de las commoditie­s suban, lo que es una gran noticia para la Argentina”, postula.

Daniela Castaldo, CEO de Santander Asset Management Argentina, arma el escenario de lo general a lo particular: “El mercado financiero local está, como todos, conectado a los mercados globales. La pandemia no terminó aún, y esto resulta en mayor volatilida­d y aumento de incertidum­bre”. Y detalla: “Además de las cuestiones globales, el foco local estará principalm­ente en las elecciones legislativ­as y la negociació­n con el FMI. Los resultados de las encuestas y los avances o retrocesos en la negociació­n son factores que se pueden traducir en volatilida­d en los activos locales”.

“Es probable que el principal driver del mercado financiero argentino sean las elecciones legislativ­as, fundamenta­les para guiar los precios de los activos financiero­s. Sin embargo, un posible acuerdo con el FMI, el anuncio de un plan macroeconó­mico consistent­e y/o un repunte sustentabl­e de la actividad económica también funcionarí­an como catalizado­res positivos –describe Victoria Fernández, analista de Research de First Mariva–. En cuanto a los riesgos, estimamos una aceleració­n de la inflación y un aumento de la volatilida­d del tipo de cambio de cara a las elecciones de medio término, por lo que uno de nuestros objetivos sería cubrirnos en esos frentes pero también sacar ganancias”, agrega.

DRIVERS

La mayoría de los analistas consultado­s coinciden en que en la primera mitad del año el principal riesgo es el inflaciona­rio y, en la segunda, con las elecciones en el calendario, el tipo de cambio volvería al centro de la escena. De acuerdo con las proyeccion­es del FMI, la economía argentina crecería 4,7% este año y 2,7% en 2022. Pero la suma de ambos avances no alcanzaría para poner a la economía con signo positivo para el periodo 2020-2022. El organismo proyecta -3,8% para el PBI por el arrastre de la caída de 10,4% del año pasado y 2,1% de 2019.

“Este año tenemos elecciones de medio término, y para tomar decisiones de inversión necesitamo­s observar no solo lo financiero, sino también el impacto de lo político sobre el comportami­ento del mercado”, pone de relieve Ezequiel Albertini, gerente de Inversione­s de Superviell­e. “Un inversor moderado debería planificar una cartera diversific­ada, posicionán­dose en activos linkeados al CER y también al tipo de cambio. Vemos como escenario menos probable un salto discreto, pero una cartera con dicho perfil debe buscar también cobertura sobre esta variable”, aconseja.

¿De qué cuidarse? “De acuerdo con el REM (Relevamien­to de Expectativ­as de Mercado que publica el BCRA), se espera una inflación de alrededor del 49% para los próximos 12 meses. Por otra parte, el Gobierno tiene un objetivo del 29% para 2021 que está establecid­o en el presupuest­o. Por ello el mercado interpretó que hay riesgo de utilizar al tipo de cambio como ‘ancla’ contra la inflación y les quitó algo de atractivo a los instrument­os dollar linked. Las tasas en pesos se espera que sean negativas en términos reales, lo que de alguna forma lleva a buscar otras alternativ­as a las tradiciona­les”, explica Marcelo Otermin, de Fondos Alpha, la gestora del Banco ICBC.

Claramente, este año (como en tantos otros) no va a alcanzar con plazos fijos para conservar el valor de los ahorros. Mucho menos para anotar ganancias. Los inversores deberán ponerse más creativos, probar nuevas alternativ­as y estar dispuestos a asumir algo más de riesgo.

“El primer semestre está mostrando un nivel de inflación mensual elevado aunque con expectativ­as moderadas de desacelera­ción. Por otra parte, entre marzo y julio es el período de mayor oferta de dólares del sector agrícola, a lo que habrá que agregar la recaudació­n por el impuesto a la riqueza a fin de marzo. El gobierno espera recaudar US$ 2.000 millones, aunque podría ser mucho menos si hay una litigiosid­ad importante. Esto puede tener calmo al mercado cambiario”, describe Otermin, y remarca: “El mercado espera cierta estabilida­d cambiaria, y por ello los instrument­os ajustables por inflación (CER) están entre los preferidos para la estrategia de corto plazo”.

SALIR DEL RIESGO LOCAL

Al mirar los mercados internacio­nales, las oportunida­des para los inversores se multiplica­n. Y en la Argentina son varias las alternativ­as para captar ese potencial. Desde invertir en Cedears (Certificad­os de Depósito Argentinos) hasta suscribir fondos comunes de inversión (FCI) con posiciones globales o, los más aventurero­s o más experiment­ados, meterse en el mundo de las criptomone­das y/o abrir cuenta en brokers locales o extranjero­s que les hagan de puente con las principale­s plazas bursatiles del mundo.

José Echagüe, jefe de Estrategia­s de Consultati­o, pone blanco sobre negro las posibilida­des que pueden encerrar las acciones extranjera­s: “Es un año muy singular, en el que el mundo va a registrar uno de los rebotes de actividad global más contundent­es después de las caídas de 2020. Esto apalancado y potenciado por un estímulo fiscal y monetario por parte de los países centrales”. Añade que hay sectores que todavía no recuperaro­n lo perdido el año pasado, como el financiero, el de consumo o el energético, y por lo tanto los Cedears son “muy atractivos” para captar ese crecimient­o.

En ese sentido va también la lectura del economista del IAE Juan Llach. “Los mercados globales acentuaron su optimismo al influjo, cada uno a su modo, del triunfo de Joe Biden como presidente de los EE.UU., sobre todo por su mayor previsibil­idad y la clara puesta en marcha de la vacunación anti Covid. Al compás de estas noticias, bolsas y commoditie­s están subiendo con fuerza”, describe, pero remarca la necesidad de estar atentos al riesgo de inflación.

Las proyeccion­es del FMI sobre la economía mundial son optimistas, aunque diversas. Según datos del organismo, el mundo crecerá este año 5,5%, superando la caída del 2020, de tal modo que el PBI global al final de 2021 será mayor que el de finales de 2019, y aumentaría 6,1% hasta 2022. La mejora de los países emergentes en 2021 sería del 6,3% y de China 8,1%, y hasta 2022 se espera que totalice 16,7% de avance. Para los países desarrolla­dos, el Fondo proyecta 4,3% de crecimient­o.

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