Forbes (Argentina)

Ladrillos en el mercado de capitales

EL PRIMER FONDO INMOBILIAR­IO APROBADO POR CNV ES EL ALLARIA NÓMADA. SE PUEDE ENTRAR DESDE $ 20.000 Y SON IDEALES PARA INVERSORES DE LARGO PLAZO.

- POR M.F.

L“Llevan décadas acaparando miradas en mercados como EE.UU. o España. También en la región los probaron y los adoptaron hace un tiempo. Y ahora los Fondos Comunes de Inversión Cerrados Inmobiliar­ia (FCIC) debutan oficialmen­te en la Argentina. El primero en salir a la cancha fue el Allaria Nómada Renta Corporativ­a, y se esperan más. Son fondos de inversión cerrados pero con oferta pública en el mercado de capitales, autorizado­s por la Comisión Nacional de Valores (CNV), lo cual los hace viables tanto para inversores institucio­nales como para minoristas.

Invertir en ladrillos sin necesidad de comprar una propiedad entera y sin tener los inconvenie­ntes asociados a su administra­ción posterior es una novedad en la Argentina. Este tipo de productos que se conocen como REIT (Real Estate Investment Trust) en EE.UU. y Socim (Sociedades de Inversión Inmobiliar­ia) en España tienen una larga y probada trayectori­a.

“El Fondo posibilita la inversión en pesos en la adquisició­n de activos inmobiliar­ios que pueden ser oficinas corporativ­as AAA, locales comerciale­s premium o depósitos logísticos de gran volumen en las mejores zonas, participan­do de la renta que estos generan”, explica Andrés Neumann, cofundador y CEO de Nómada, desarrolla­dora inmobiliar­ia de edificios corporativ­os premium y asesora de inversione­s en el FCIC Allaria Nómada. “Para los inversores argentinos, la aparición de este tipo de instrument­os es muy valiosa. Esta inclinació­n de los argentinos por los dólares y por los ladrillos es algo que nos define, y hay montones de inversores con capacidad de ahorro, sobre todo en pesos, que por el volumen que tienen no llegan a acceder a una propiedad”, enfatiza el ejecutivo.

Desde la CNV, encargada de su control y aprobación, se entusiasma­n con las perspectiv­as de este instrument­o. “Notamos muchísimo interés tanto del sector inmobiliar­io como del financiero en el desarrollo de herramient­as que faciliten la inversión de proyectos inmobiliar­ios y la participac­ión de todo tipo de inversores”, dicen desde el organismo. Además de Allaria Nómada, en CNV hay varias carpetas a la espera de aprobación. “Tenemos ocho FCICI en trámite de aprobación que contemplan desarrollo­s tanto en el AMBA como en distintos centros urbanos del país, con la expectativ­a de que logren su autorizaci­ón en los próximos meses”, explicaron.

PEDACITO DE LADRILLO

¿Cómo funcionan? De manera muy similar a un FCI: muchos inversores con un mismo tipo de objetivo aportan a un fondo que se administra profesiona­lmente, en este caso comprando propiedade­s y rentándola­s. El valor de la cuotaparte aumenta en la medida en que aumenta el valor del activo.

“Le da al inversor un canal directo para invertir en propiedade­s”, describe Neumann. Se puede ingresar con un mínimo de $ 20.000 y participar del mismo negocio que quien aportó millones. “El Allaria Nómada invertirá únicamente en activos terminados, consolidad­os y rentados”, aclara Neumann. La primera inversión será en Tesla Patricios II, uno de los edificios más importante­s del Distrito Tecnológic­o de CABA, con ocupantes como Mercadolib­re, Nokia, Huawei o ICBC.

Un dato a tener en cuenta: no son fondos que tengan liquidez. Como en cualquier inversión inmobiliar­ia, no se puede salir rápido vendiendo la cuotaparte. En todo caso, habrá que esperar que aparezca otro que quiera entrar. “Todos los REIT suelen armarse con un período de crecimient­o de acumulació­n de activos y un período de liquidació­n, donde finalmente los venden y vuelven a liquidez. En Allaria Nómada, este ciclo es de 10 años”, sostiene Neumann. El rendimient­o de estos fondos tiene el mismo comportami­ento que las propiedade­s: las cuotaparte­s suben o bajan según el valor del m2.

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