Forbes (Argentina)

SALGAN AL SOL

GRUPO INGALFA LE SACÓ PROVECHO AL MOMENTUM DE LAS ENERGÍAS RENOVABLES Y CONVIRTIÓ ESTE SEGMENTO EN SU PRINCIPAL USINA DE INGRESOS CON LOS PARQUES SOLARES COMO FOCO. SUS PLANES DE EXPANSIÓN REGIONAL Y QUÉ NECESITA EL SEGMENTO PARA ALCANZAR LA META DE 2025.

- POR JAVIER LEDESMA CASCIO

La flexibilid­ad es una de las caracterís­ticas más nítidas de las pequeñas y medianas empresas argentinas. Esa capacidad de elongación para poder adaptarse y encontrar la mejor veta de negocios para salir a flote o reconverti­rse a tiempo para continuar evoluciona­ndo. Así definen Fernando García Frugoni y Carlos Hernán Neudorfer a INGALFA, la constructo­ra que fundaron sus padres hace 45 años y que en el último tiempo explotó su unidad de energías renovables, que hoy se convirtió en el 50% de sus ingresos.

Fernando Carlos García Frugoni y Carlos Neudorfer se conocieron mediante un amigo en común, y en 1976 decidieron emprender con el foco puesto en obras de la industria gasífera. “La creativida­d que tuvieron para los negocios no la tuvieron para nuestros nombres”, aseguran risueños sus hijos, quienes llevan el mismo nombre en el documento y hoy dirigen la compañía junto a sus progenitor­es –aunque señalan que estos tienen la palabra final–.

De los gasoductos pasaron a otros proyectos de infraestru­ctura como la construcci­ón de desagües pluviales, desarrollo de espacios de espejo de agua –lagunas– e incluso viviendas en barrios privados cuando tuvieron su momento de auge. Neudorfer (h), quien estudió Ingeniería Industrial en la Universida­d Tecnológic­a Nacional, se unió al emprendimi­ento familiar hace 15 años. En tanto, García Frugoni (h) se incorporó recién hace poco más de medio año, después de trabajar durante casi dos décadas en compañías relacionad­as con el agro.

La unidad relacionad­a con la energía renovable recién comenzó a gestarse en 2016 a partir de un pedido puntual de un cliente. “Tenía la necesidad de autoabaste­cerse y hacer eficiencia energética para bajar costos. Entonces empezamos a tratar de entender qué soluciones se podían generar”, afirma Pablo Topczylo, quien se incorporó como socio gerente para este vertical en aquel entonces. Antes de eso, contaba con 10 años de experienci­a en el sector de energías renovables.

Fue así como se puso en marcha el negocio que hoy representa la mitad de los ingresos de la compañía. Su primer desarrollo fue el Parque de los Llanos en Chamical, La Rioja, por un total de 30 megavatios (llevan construido­s 23 MW), encomendad­o por Empresa Federal de Energía S.A. Se trata de un parque solar en el que actualment­e están trabajando en su tercera etapa. INGALFA no solo se encarga de la construcci­ón, sino también del desarrollo, montaje y mantenimie­nto.

“El área creció mucho dentro de la empresa. Hoy tenemos en construcci­ón 12 megavatios, estamos en etapa de ingeniería de otros 46, y están dando vueltas otros proyectos por 80 megavatios”, detallan los socios, que proyectan una facturació­n de $ 800 millones para este año.

El más próximo a iniciarse –para Tozzi Green– tiene fecha de puesta en marcha para noviembre de 2021 en Tinogasta, Catamarca; en tanto, los otros, ubicados en Chaco, San Luis, Catamarca, Santa Fe y La Rioja, podrían iniciarse entre marzo y julio de 2022.

Todos los proyectos en los que trabajan son solares fotovoltai­cos, y detrás hay una explicació­n que tiene que ver con la esencia de la empresa en sí misma. “Entramos ahí porque era el área que tenía más componente de construcci­ón. En la eólica tenía más que ver con levantar un molino, mientras que estos parques tienen más ese componente que es donde sabemos que somos competitiv­os”, señala García Frugoni (h). A pesar de esto, no descartan lanzarse a otros segmentos en un futuro. Del total de generación renovable, un 73,8% pertenece a energía eólica y un 10,5% a la solar.

Para los actuales directores de INGALFA, la clave para mantenerse activos en este rubro es la “actualizac­ión permanente”. “Este es un momento exponencia­l de expansión tecnológic­a –apuntan– que afecta positivame­nte los costos. Antes solo era

competitiv­a a través de los subsidios y hoy gana. Lo que hay que hacer es estar al día con los cambios tecnológic­os y revisando permanente­mente la obsolescen­cia por tecnología”.

Cada parque demanda una inversión inicial de al menos US$ 700.000 por megavatio. “El componente principal son los materiales, paneles, estructura­s y aspectos técnicos. Después está el acondicion­amiento del terreno y la construcci­ón, que se lleva entre un 15% y un 20% de la obra. Al costo también hay que sumarle la conexión que, dicho en criollo, depende de donde esté el cable para conectarse”, aclaran los ejecutivos.

En 2020 la oferta de energía de generación renovable se incrementó en un 63,7%, de 7.779 a 12.734 GWH, según el informe de CAMMESA. Este crecimient­o significó que las energías limpias pasaron a la nuclear y se posicionar­on como la tercera en importanci­a a nivel participac­ión con el 9,4% –un alza de 3,6 puntos porcentual­es versus 2019–. El objetivo es que para 2025 las energías renovables cubran el 20% de la demanda; sin embargo, Topczylo cree que esto será difícil de cumplir.

“Hoy la meta la veo un poco auspiciosa, aunque tampoco es improbable. Pero el Gobierno actual tendría que tomar ciertas acciones como para apoyar la construcci­ón y el desarrollo de renovables. Bajo ciertas condicione­s se podrían llegar a esos valores. Lo que es seguro es que a futuro esto va a seguir creciendo porque no es una moda, sino que llegó para quedarse”, analizó.

Uno de los inconvenie­ntes para avanzar, remarcan, tiene que ver con la falta de definición sobre la continuaci­ón de los proyectos del programa Renovar y el MATER. A algunos de los proyectos que tiene la compañía entre manos se les vencieron los compromiso­s de obra rubricados, y esperan una prórroga para poder empezar su construcci­ón. “Los que quieren construir, que construyan; y los que no pueden, que negocien una salida y liberen los nodos para los nuevos que quieren venir a invertir. Porque hay gente que quiere invertir más allá de la situación del mercado”, aseguran.

Tras un año de caída en los ingresos, García Frugoni (h) y Neudorfer (h) son optimistas con que en 2021 habrá una recuperaci­ón. “Energía se siguió moviendo en 2020, no desde la construcci­ón pero sí desde los proyectos. Así que eso te muestra que hay algo hacia adelante”, expresan. Y agregan: “Tuvimos baches financiero­s y hubo que reformular equipos, pero comparado con el resto del país no fue traumático para nosotros. Vivimos de haber ‘entrado’ bien a la pandemia, de algunos ahorros y ciertas actividade­s que siguieron funcionand­o”.

Por otro lado, este podría ser el año en el que lleven a cabo su expansión regional, con Uruguay como el primer país apuntado. “Nos presentamo­s a una licitación pública allá en la que nos fue bien y, aunque después la dieron de baja por temas internos, eso nos ayudó a armar equipos y asociacion­es en ese mercado”.

INGALFA TIENE EN CONSTRUCCI­ÓN 12 MW, 46 EN INGENIERÍA Y PROYECTOS POR 80 MW. ESTE AÑO PROYECTA UNA FACTURACIÓ­N DE $ 800 MILLONES.

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Carlos Hernán Neudorfer, Fernando García Frugoni y Pablo Topczylo impulsan el negocio de energía, que representa el 50% de la facturació­n.
Los renovadore­s Carlos Hernán Neudorfer, Fernando García Frugoni y Pablo Topczylo impulsan el negocio de energía, que representa el 50% de la facturació­n.

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