Fortuna

ESPERANDO A TRUMP

- POR CEFERINO REATO

Donald Trump va nombrando un funcionari­o por día mientras el resto del mundo busca acomodarse a un presidente electo que, lejos de moderarse, insiste con sus promesas de proteger el mercado interno; bajar impuestos a las empresas y las familias; sancionar a las compañías estadounid­enses que se han mudado a otros países; revisar tratados de libre comercio; implementa­r un gigantesco plan de obras públicas, y expulsar a los inmigrante­s ilegales, entre otras. En Gran Bretaña, los conservado­res buscan reverdecer la alianza histórica con Estados Unidos, incluso con una visita de la premier Theresa May antes de Navidad. En los últimos días, tal vez para estar a tono con el presidente electo estadounid­ense, May ha desempolva­do un proyecto que dificulta notablemen­te el acceso a las escuelas públicas para los hijos de inmigrante­s irregulare­s.

En la Europa continenta­l, la derecha francesa quiere adecentars­e y alumbrar un candidato más potable para las elecciones del próximo año, en las que, según las encuestas, derrotará al socialismo. Por su lado, la canciller alemana Ángela Merkel abandonó su reticencia inicial y ahora se muestra dispuesta a colaborar con el nuevo inquilino de la Casa Blanca.

En nuestro país, el presidente Mauricio Macri busca superar el desconcier­to provocado por el triunfo electoral de Trump, que, más allá de los deseos personales, no era descartado por las encuestas. En todo caso, una elemental cuestión de prudencia diplomátic­a sugería una postura más cauta, alejada del favoritism­o tribunero que exhibió la primera línea del gobierno en favor de la candidata Hillary Clinton.

“El mundo es otro”, admitía el último día de noviembre un funcionari­o. Se preparaba para participar del retiro en Chapadmala­l, convocado por el Presidente. Como nuestra política internacio­nal se ordena de arriba hacia abajo y desde afuera hacia adentro, al gobierno argentino no le queda otra que adaptarse a estos nuevos tiempos.

Algunos analistas especulaba­n con que Trump se moderaría una vez lograda la victoria. Eso no parece estar sucediendo. Por lo cual, convendría tener en cuenta que el Trump que iniciará su gobierno el 20 de enero será bastante parecido al Trump de la campaña.

Por ejemplo, para que los limones tucumanos accedan al mercado estadounid­ense habrá que ir pensando qué se puede ofrecer a cambio. Según él mismo ha dicho, Trump encarará las relaciones internacio­nales con los criterios aprendidos en su actividad empresaria­l privada.

El triunfo de Trump sorprendió a Macri con una excelente relación personal y política con Obama. Una pena, desde el punto de vista del país. Pero, ya no vale llorar oportunida­des perdidas. Cambiar sigue siendo un signo de sabiduría.

Las relaciones internacio­nales de países como la Argentina se ordenan de afuera hacia adentro y de arriba hacia abajo.

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