La huella digital de la compañía
Las claves para analizar cómo es percibida una organización, su visión de futuro y cómo organizar sus recursos para alinearlos con ese objetivo. El eje coherencia-honestidad. El camino para construir la identidad.
Las claves para analizar cómo es percibida una organización, su visión de futuro y cómo organizar sus recursos para alinearlos con ese objetivo. El eje coherencia - honestidad. El camino para construir la identidad.
Entender cuál es la huella que una empresa quiere dejar en la sociedad, cuál es su responsabilidad para con todos sus públicos y cuál es su rol en la comunidad, es el primer paso a realizar para quien está a cargo del área de Identidad Corporativa de una organización. Sólo así se podrá cumplir con el objetivo de gestionar las relaciones, las comunicaciones y todo lo que hace a la construcción de la identidad de una empresa.
Pero, ¿de qué hablamos exactamente cuando hablamos de identidad corporativa? En pocas palabras, se trata no sólo de cómo una organización es percibida en la actualidad sino también de cómo se entiende lo que quiere ser en el futuro y de cómo gestiona sus recursos para lograr que esa percepción sea coherente con su visión. De hecho, uno de los desafíos de esta área es comprender que todo comunica y que los diferentes públicos a los cuales llegamos no perciben de la misma manera. En ese sentido, la gestión de la identidad corporativa se relaciona con establecer espacios de diálogo y no solo con emitir mensajes. En estos espacios de conversación la organización debe privilegiar la
Uno de los aspectos innegociables es la falta de coherencia: no podemos decir que somos una cosa y en la práctica ser otra.
escucha para conocer las expectativas y los parámetros de percepción de sus públicos y luego, determinar sus comunicaciones. Por eso, a diferencia de viejos paradigmas, en la actualidad hay poco margen para construir la identidad de una empresa, ya que depende más del público que de la organización en sí; de estos entendimientos que de aquello que la organización quiera contar. ¿Cuál es entonces el rol del departamento de Identidad Corporativa? Trabajar sobre las variables para que todo aquello que comunica sea coherente con lo que la empresa quiere ser.
TRANSPARENCIA. Sin dudas, uno de los aspectos innegociables, es la falta de coherencia: no podemos decir que somos una cosa y en la práctica ser otra. Y creo que ahí está la clave o la diferencia entre quien gestiona comunicación y quien gestiona identidad. Éste último se ocupa de que las cosas sean para entonces poder comunicarlas, para lograr esa coherencia y la transparencia, otro aspecto ineludible. Y que las cosas sucedan, que las relaciones se den, que lo que estamos diciendo que somos refleje lo que somos, es una decisión y una responsabilidad de cada uno de los miembros de la empresa. En este sentido, el rol del gerente es gestionar esta ocurrencia, para después recién poder comunicar.
En una sociedad sobrecomunicada, las empresas encuentran la necesidad imperiosa de poder identificar y motivar la construcción de una identidad corporativa desde la sinergia, la coherencia, la transparencia y desde una visión común y compartida para que todos vayamos tras un mismo objetivo deseado. A esto se le suma que estamos en un mercado que, si bien en ciertas acciones tiende a la cooperación, no deja de ser altamente competitivo, por lo que poder comunicar y posicionar los valores de la organización tiene que ver, entre otras cosas, con destacarse y con un objetivo de sustentabilidad que permita sostener a la empresa en el tiempo.
Otro de los roles del gerente de Identidad Corporativa es el de estar atento a las oportunidades que señala el público. Personalmente, tengo la convicción de que quien llama la atención sobre algún aspecto es porque le interesa que eso mejore, y no porque sea un detractor. Hoy sabemos que la comunicación efectiva se basa en las emociones y no podemos dejar esto de lado. En mi caso, el principal objetivo comunicacional desde que acepté el cargo de gerente de Identidad Corporativa es conmover a nuestro público interno, lograr que se sientan orgullosos del lugar que eligieron para desempeñarse profesionalmente. Por eso, insisto, entender que la gente expone alguna situación con intenciones de mejora, escucharlos y hacer algo en consecuencia es parte de la gestión y habla de una concepción de la empresa más real. Comunicar sólo lo bueno, lo que queremos decir, es parcial, inefectivo e imprudente, y una organización que decide seguir ese camino debería ser consciente de los riesgos.
Por supuesto, animarse a tener un área de Identidad Corporativa trae muchos beneficios y satisfacciones. Por ejemplo, si hacemos una división simple entre público externo e interno, creo que es estratégico para cualquier organización definir el posicionamiento que quiere tener en la sociedad y gestionar su identidad o la comunicación de su identidad en función de ese posicionamiento. Todas las organizaciones económicas hoy tienen una gran oportunidad porque su influencia es mucho mayor sobre la comunidad en general que otro tipo de entidades: influyen en los hábitos, los gustos y costumbres de la gente. Asumiendo esa responsabilidad, creo que deberían gestionar su identidad posicionándose como ejemplo de buenas prácticas, ética y transparencia.
En tanto, para el público interno, también asumiendo este rol que tienen las compañías como generadoras de hábito, cultura y de fuentes de trabajo, la gestión de la identidad –y la transmisión de todos los valores de la compañía– debería devenir en un sentimiento de orgullo y pertenencia, el cual, según infinidad de estudios, tiene un impacto positivo sobre la productividad, el servicio y el clima laboral, que a su vez repercute en las relaciones que se dan dentro de la compañía, generando una espiral virtuosa de la que todos se benefician.
En resumen, gestionar la identidad es brindar las condiciones para que seamos lo que queremos ser, y comunicarlo para que quienes queremos que nos elijan, lo hagan desde la identificación con nuestros valores.
Gestionar la identidad es brindar las condiciones para que seamos lo que queremos ser, y comunicarlo para quienes queremos que nos elijan.