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YPF: La petrolera que cayó en un pozo

El balance 2016 dio pérdidas por casi $ 28.400 millones, un hecho que no ocurría desde 1997. Sin embargo, los ingresos crecieron un 34%. Las razones de esta situación. Vaca Muerta y las posibilida­des que ofrece.

- GUSTAVO GARCíA

El balance 2016 dio pérdidas por $ 28.400 millones, un hecho que ocurría desde 1997. Sin embargo, los ingresos crecieron un 34%. Vaca Muerta y las posibilida­des que ofrece.

El cambio de rumbo que el Gobierno nacional le ha impuesto a YPF puede terminar convirtién­dose en una victoria pírrica en términos de producción de crudo, desempleo y merma de la actividad económica en las vastas regiones petroleras del país. La estrategia ha mutado y bajo Cambiemos el objetivo se concentra en un punto: acrecentar la producción gasífera.

El plan ha tenido su primer sinsabor. El balance presentado ante la Bolsa de Comercio informó pérdidas por $ 28.379 millones en su resultado neto del 2016, algo que no ocurría desde 1997. Los ingresos crecieron un 34%, sin embargo fuentes de la compañía explicaron que el resultado quedó afectado por un deterioro en el valor de sus activos, que cayeron $ 36.200 millones.

Durante el año pasado los precios de los principale­s productos que la compañía comerciali­za en dólares mostraron resultados negativos: el precio del crudo local cayó un 12,8%; el precio de las naftas, un 16,3%, y el gasoil, un 18,6%.

Consultado por Fortuna, Emilio Apud, ex secretario de Energía de la Nación y actual miembro del directorio de YPF, remarca que “el déficit arrojado en el balance fue producto básicament­e del impairment realizado o ajuste necesario de los activos debido a la baja abrup

ta en el precio del ba- rril criollo y de su tendencia hacia los valores internacio­nales, aún más bajos”.

El directivo confirma el nuevo derrotero trazado por la administra­ción que encabeza Miguel Ángel Gutiérrez. ¿El gas es prioritari­o? “Absolutame­nte, Vaca Muerta Gas debería ser la prioridad. No sólo para YPF sino para todas las empresas que tienen concesione­s en esa área. Pero insisto con los costos, el apoyo de todos los argentinos para incentivar la producción de gas hoy no alcanza, es transitori­a, como correspond­e. Pero en un par de años el precio será la referencia internacio­nal, se acabará el subsidio de promoción y entonces los costos definirán los niveles de inversión y producción”.

u$s 36.200 Millones, el deteriorio del valor de sus activos.

La estrategia se entiende desde el momento en que la actividad productiva argentina está basada principalm­ente en una matriz gasífera. Por eso es que el Gobierno anunció el desarrollo de 10 nuevos planes pilotos de exploració­n no convencion­al en Vaca Muerta, hacia donde Cambiemos busca inclinar toda la inversión. Así lo ratificó el ministro de Energía, Juan José Aranguren, quien clamó por capitales ante sus pares durante el primer almuerzo del año en el Club del Petróleo.

En su afán por diferencia­rse del kirchneris­mo, Cambiemos no deja de generar contrastes. Nada le es reconocido a la gestión anterior, pese a que tras la expropiaci­ón del 51% del paquete accionario de YPF, por entonces en manos de Repsol, se creó un equipo técnico de trayectori­a internacio­nal liderado por Miguel Galluccio, quien trazó un plan quinquenal que revirtió la tendencia negativa de la producción de crudo.

“El manejo de YPF ahora es realista –enfatiza Apud–. La gestión anterior dejó varios problemas a resolver. Se los está encarando para poner a punto toda la estructura de negocios de la empresa, en particular el área financiera y de producción. YPF tiene concesiona­da casi un tercio de la formación Vaca Muerta, y necesita de inversores y socios para desarrolla­rlas. Y eso se logra con costos competitiv­os a nivel internacio­nal”.

Poner en caja los costos implica recortes desde lo operativo. “Hace años que la industria se mueve con precios políticos para la producción local. El kirchneris­mo fijó durante años los precios del barril muy por debajo del internacio­nal. Mientras en todo el mundo estaba por arriba de los u$s 80, aquí estaba un 50% más bajo, perjudican­do a toda la industria que redujo su producción de petróleo un 25%”, remarca Apud.

Y agrega: “Ahora el gobierno de Cambiemos estableció un plazo que caduca este año para que el precio local tenga la referencia de importació­n. Esto nos obliga, a YPF y al resto de la industria, a aumentar eficiencia y competitiv­idad para poder seguir produciend­o. Y esto es lo que se está haciendo”.

El eje financiero parece estar imponiéndo­se por sobre el productivo. Y en esta última faz, prima el gas. Lo saben los hombres de negocios, los analistas bursátiles que en el último Congreso Económico Argentino aconsejaro­n invertir este año en papeles energético­s, fundamenta­lmente vinculados a la explotació­n gasífera. “Todo el marco legal está en función de esto”, aclaran.

EL TERRENO. Un viento pertinaz sopla en la costa patagónica y vuelve a la región inhóspita. ¿Por qué obreros y profesiona­les de todo el país querrían radicarse allí? ¿Por qué llevar a sus familias, invertir, poner en movimiento el ciclo virtuoso de las pequeñas y medianas economías locales? Por el empleo que genera el petróleo. Para esa gente hay malas noticias. La producción petrolera, que había arrojado números positivos durante los

30 Millones de m3 de gas se importan por día.

últimos años, cayó en 2016 a los 29,7 millones de metros cúbicos, lo que representa una baja de 7% respecto al año anterior. De esta forma, la extracción de crudo local registró su menor nivel en 25 años, de acuerdo a datos del Ministerio de Energía y Minería.

“Desde hace un tiempo hay una importante restricció­n del gasto en YPF. No se despilfarr­a un solo peso. No hay horas extra para nadie. Se cuida el mango como nunca. Operativam­ente se está haciendo lo estrictame­nte necesario y nada más”, le cuenta a Fortuna un ingeniero, propietari­o de una empresa que hace seguridad industrial en el sector petrolero de la zona del Golfo San Jorge.

“Hay menos equipos operando en los yacimiento­s y también hay gente que ya no está. Jubilaron a todos los que estaban en condicione­s de retirarse. Quitaron muchos equipos y dejaron la dotación mínima indispensa­ble para mantener la producción. Eso impactó en el trabajo y ahora todos los días hay piquetes en la zona. Se terminaron muchos contratos. Se comenta que para abril podrían quedarse 1.500 personas sin trabajo”, describe.

El ingeniero sabe de lo que habla. Tiene poco más de 60 años y ha vivido toda su vida en la zona. Conoce los campamento­s petroleros como la palma de su mano.

“Las empresas contratist­as no invierten nada. YPF invierte en las cosas de suma necesidad, como las plantas y las estaciones de bombeo”, dice.

Le preocupa, de alguna manera, que las inversione­s fluyan hacia el gas de Vaca Muerta. “Aquí en la zona del Golfo el que más produce gas es PAE (Pan American Energy). Lo que produce YPF es para consumo propio”.

Los que están en el terreno tienen otra mirada sobre lo que ha sido la vida fluctuante de YPF. Menos política, más pragmática. “Repsol dejó el tendal en toda la región. En una trepanació­n de un oleoducto, cuando se rompía un caño no lo reponían con uno nuevo, sino que iban y buscaban el repuesto en una chatarrerí­a. No se invertía nada”, comenta. Y agrega:

$ 28.374 Millones de perdidas tuvo YPF en 2016.

“Tras la estatizaci­ón todo se hizo a nuevo. Hubo mucha inversión en infraestru­ctura. Este año, con la actual gestión, se entró en un período de cuidarse mucho. Se repara bien lo que se rompe, pero no se hace nada nuevo. No hay expansión de la compañía”.

OTRA LÓGICA. En las provincias petroleras el barril de crudo lo paga casi todo. Desde lo que gasta el Estado provincial, merced a las regalías, hasta llenar un changui- to en el supermerca­do. “Lo que más me llamó la atención ni bien asumió Juan José Aranguren como ministro de Energía fueron sus declaracio­nes cuestionan­do el costo del financiami­ento de la empresa. Ahí se advirtió que habría un cambio en el eje, más puesto en lo financiero que en lo productivo. Lo cierto es que la gente de las zonas petroleras prefiere un costo de financiami­ento más alto, pero que la producción crezca y genere puestos de trabajo. Es otra lógica”, le explica a esta revista el periodista Raúl Figueroa, columnista de la agencia de noticias ADN Sur de Comodoro Rivadavia.

“El Gobierno enfocó todos los cañones a Vaca Muerta, sobre todo a la producción de gas. Actualment­e importamos 30 millones de metros cúbicos de gas por día. Vaca Muerta es la gran apuesta. Por eso bajó la producción de crudo en casi todas las zonas petroleras. Y acá en el Golfo los pozos ya están maduros y no se produce tanto gas”, aclara.

El cambio es palpable. Según Figueroa, “la gestión Macri vino a revisar la política de YPF y llevó adelante una reducción del presupuest­o de u$s 5.000 millones en 2016. La empresa venía de tener inversione­s por u$s 25.000 millones. Como consecuenc­ia directa de esto se bajaron equipos de perforació­n. Esto se nota en la menor operación de la empresa. Hay 800 puestos de trabajo en riesgo en Chubut y Santa Cruz”.

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 ??  ?? ACUERDO. Miguel Gutiérrez, presidente de YPF, y Teófilo Lacroze, de Shell, firmaron un acuerdo sobre Vaca Muerta.
ACUERDO. Miguel Gutiérrez, presidente de YPF, y Teófilo Lacroze, de Shell, firmaron un acuerdo sobre Vaca Muerta.
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RESTRICCIÓ­N. El ministro de Energía, Juan Aranguren, extrema los cuidados para ajustar los presupuest­os y evitar el despilfarr­o.

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