EL GOBIERNO SE JUEGA A OCTUBRE
El año ya parece bastante definido en el plano económico y la gran incógnita se vuelve electoral, localizada más bien en la provincia de Buenos Aires. ¿Quién ganará allí? Ésa es la cuestión. Algunas encuestas indican que la estrategia de polarizar con Cristina Kirchner y sus seguidores puede resultar exitosa para el gobierno al desangrar a quienes se proponen como una alternativa,
Sergio Massa y Margarita Stolbizer.
Todavía es demasiado pronto para saberlo. En todo caso, si la ex presidente finalmente se presenta y es derrotada por los candidatos de Mauricio Macri, Cristina estará definitivamente liquidada como opción para 2019. Claro que si Cristina se presenta y gana, el liquidado será, probablemente, Macri, como candidato a su reelección.
Más allá de eso, el gobierno necesita que la economía mejore; es decir, que haya más actividad, más empleo y más consumo. Luego de brotes verdes que se anuncian pero que luego, cuando llegan las cifras del nuevo INDEC, se secan, la nueva fecha pasó a ser abril como punto de partida para la reactivación.
El oficialismo pone sus esperanzas en el aumento del 13 por ciento para jubilados y pensionados, y en las paritarias cerradas en unos pocos gremios, como Comercio y los bancarios. Los temores pasan por los aumentos en el gas; la falta de reacción de la industria y la construcción, y el endurecimiento de la CGT, paro nacional incluido.
Dado que el gobierno todavía no puede mostrar buenos resultados en su gestión, la opción elegida por Macri —polarizar con el kirchnerismo y, en general, con el peronismo— impide que este año salgan leyes importantes en el Congreso, donde está en minoría, como sí sucedió en 2016, cuando su estrategia era más cooperativa.
Es una pena que no haya una reforma impostiva que premie a la inversión y no la castigue, como sucede ahora, según señala Alfredo Coto, en la nota de tapa.
No hay posibilidades, entonces, de concretar las reformas que necesitan tanto la economía, como la sociedad y la política. Los funcionarios pueden seguir haciendo anuncios, pero en el mejor de los casos habrá que esperar hasta 2018.
Aun cuando la actividad y el consumo levanten, la mayoría de los analistas está rebajando su proyección de principios de año y coinciden en un módico crecimiento del PBI que podría llegar al 3,5 por ciento, más bien como rebote de la caída del 2,3 por ciento del año pasado.
Lo mismo que viene sucediendo año tras año desde el último mandato de Cristina Kirchner. Y que Macri prometió cambiar llevando a la Argentina a un crecimiento sustentable.
La polarización para las elecciones legislativas de octubre impide que salga cualquier ley importante. No será un año de reformas.