“ES HORA DE ENSAYAR EL MODELO NóRDICO”
Dinamarca y su Estado de Bienestar han logrado llevar a la práctica un esquema laboral envidiable para empresarios y trabajadores. La denominada Flexsecurity o Flexiseguridad consiste en darles a los empresarios total libertad de contratación y despido, y a los trabajadores una red pública de contención de alta calidad para cuando quedan desempleados. Claro está, todo esto se sostiene pagando impuestos. Para Julio Burdman, doctor en Ciencia Política, el esquema sería factible de ser aplicado en la Argentina para bajar el costo laboral.
FORTUNA: ¿Qué peso tiene la falta de competitividad en el actual escenario económico?
BURDMAN: En la Argentina el problema de la competitividad es algo fenomenal. El país tiene que encontrar la forma de aplicar políticas viables para solucionar este tema e impulsar la economía. Si va a lanzar modelos de flexibilización, entonces estará ensayando un esquema inviable que genera desocupación.
FORTUNA: ¿Puede aplicarse el sistema de Flexiseguridad laboral en Argentina?
BURDMAN: Creo que ha llegado la hora de ensayar aquí el modelo nórdico. Hace varios años tal vez Argentina no estaba en condiciones de afrontar un esquema de alto costo fiscal como éste de crear un amplio fondo de desempleo. Pero si uno saca cuentas, entre lo que gasta el Estado por los planes sociales y lo que gastan las empresas por las indemnizaciones tras los despidos, nos hallamos en valores similares. La flexiseguridad permitiría generar una mayor competitividad para la economía
argentina.
FORTUNA: ¿El trabajador perdería el miedo a quedar desempleado y las compañías tendrían más libertad para contratar y despedir?
BURDMAN: Este sistema provee al trabajador de una cobertura real ante el desempleo. Argentina tiene un gran gasto público y privado en materia laboral que no es eficiente. Las empresas calculan en su presupuesto un 8% para gastos de indemnizaciones. El esquema actual no es socialmente redituable ya que no elimina la pobreza.
FORTUNA: Sin embargo, no parece un tema que esté en la agenda del Gobierno.
BURDMAN: No está en la agenda y hay que imponerlo. Lo que ocurre es que en las filas del Gobierno miran con recelo este tema porque deducen que tendría un alto costo fiscal. Pero Argentina hoy en día no tiene problemas para acceder al financiamiento externo y podría crear un gran fondo de desempleo con capital exógeno. Pienso que para los empresarios podría ser una bocanada de aire fresco.
FORTUNA: ¿El principal obstáculo serían las centrales sindicales?
BURDMAN: Creo que algunos sindicatos estarían a favor de este modelo. Por ejemplo, la UOCRA (Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina) tiene muchos trabajadores que están en negro y sufren esa informalidad
laboral. Esto se traduciría en trabajo en blanco para ellos si se quitan las obligaciones del sector privado a la hora de los despidos, y el Estado cubre al trabajador con una cobertura real de desempleo.
FORTUNA: ¿Este esquema, a raíz de la experiencia argentina, puede ser tomado como una amenaza a la estabilidad laboral?
BURDMAN: Seguramente habrá sindicatos que verán esto como un nuevo intento de flexibilización laboral. Lo cierto es que las reformas de este tipo, profundas, siempre son difíciles de aplicar.