“CLARO QUE EL CAMPO DERRAMA”
El
sector agropecuario se ha erigido una vez más como la locomotora del potencial crecimiento de la economía argentina. Podría decirse, sin ánimo de exagerar, que hoy por hoy es el único motor que realmente funciona. La quita de las retenciones a las exportaciones, excepto en el caso de la soja, multiplicó las áreas sembradas y produjo cosechas record. Es por estas medidas que, según explica Luis Miguel Etchevehere, presidente de la Sociedad Rural Argentina, el campo “está contento con el Gobierno”.
FORTUNA: ¿Cómo ve al Gobierno?
ETCHEVEHERE: Lo veo muy bien al Gobierno, nosotros estamos contentos porque nos dio la oportunidad de demostrar que sin restricciones podemos ser la locomotora del país. Nos dieron condiciones y les sacudimos una cosecha record. Tenemos que mejorar la competitividad desde el lado de la presión fiscal, los costos internos y la infraestructura. Produciendo vino estamos empatados con cualquiera en el mundo. En carne les pasamos el trapo. Pero si no solucionamos estos temas dejamos de ser competitivos y esto termina por perjudicar a toda la Argentina.
FORTUNA: ¿Se sienten escuchados y considerados por esta administración?
ETCHEVEHERE: Los números demuestran el acierto de algunas medidas. Este año tendremos un superávit en el sector agropecuario de u$s 30.000 millones, entre lo que importamos y lo que vendemos al exterior. Estos números lo dicen todo.
FORTUNA: ¿El campo derrama sus ganancias?
ETCHEVEHERE: El campo es un gran movilizador de la economía en la Argentina. En cinco años podremos multiplicar el empleo si se continúan con estas políticas impulsadas desde el Gobierno. Podremos avanzar en la cadena de valor del sector. Claro que el campo derrama. Hay claros ejemplos como el caso de lo ocurrido el año pasado con la venta record de las Toyota Hilux. Recuerdo que durante el gobierno de Eduardo Duhalde hubo un record de construcción de departamentos en Rosario debido a los ingresos generados por exportación de soja.
FORTUNA: ¿Han llegado inversio-
además del sector agropecuario”.
Resulta arduo emparentar el optimismo empresarial con un escenario actual de caída de las ventas minoristas, quiebra de empresas e inflación indomable. Pero los hombres de negocios suelen tener una mirada de largo plazo, virtud que no comparten con el resto de los mortales.
“Hay mucho optimismo entre los empresarios argentinos. Nosotros igualmente a veces no vemos las mejoras porque estamos dentro del contexto económico de la Argentina, cruzados por sus problemas. Lo que ven los inversores extranjeros es la potencialidad que siempre ha tenido la Argentina, que sigue en pie y creen que ahora puede llegar a concretarse”, asegura Sebastián Bagó, director general de Laboratorios Bagó.
Es claro que a la hora de hablar del empresariado nacional hay que separar la paja del trigo.
La variopinta burguesía capitalista argentina tiene dos brazos principales: aquellos grandes jugadores con perfil exportador o que logran ganar licitaciones de obras públicas, y las firmas medianas que se vuelcan principalmente al mercado interno. Allí la preocupación es evidente.
Los hombres que pergeñan la