EN BRASIL, ROCES Y PREOCUPACIóN
El Grupo Techint entró en la brasileña Usiminas en enero de 2012 a través de su subsidiara Ternium y lideró por dos años un sólido proceso de transformación del gigante siderúrgico. Ese proceso fue interrumpido por una controversia entre los accionistas mayoritarios (los japoneses de Nippon Steel & Sumitomo Metal, y Ternium) sobre las reglas de nominación de los directivos. Aún hoy siguen los chispazos puertas adentro de la compañía.
El fuego se avivó en marzo último cuando el Consejo Directivo destituyó al director ejecutivo, Romel de Souza, por entender que violó el estatuto de la empresa al firmar solo (sin consen- so previo) un memorando relativo al mayor contrato de materia prima de Usiminas. “Romel no consultó al departamento legal ni al Consejo de Administración acerca de las negociaciones con Mineração Usiminas (Musa)”, el brazo minero de Usiminas, en el que Sumitomo posee el 30% del capital accionario, explicaron fuentes cercanas a Ternium.
De Souza perdió por siete contra cuatro la votación y fue removido (Sergio Leite, vicepresidente comercial, de estrechos lazos con Ternium, asumió el cargo), pero Nippon Steel se alineó con el ejecutivo despedido (lo considera artífice de haber achicado el abultado déficit de la empresa) y llevó el caso a la Justicia.
Pero no es éste el único motivo de preocupación de Techint en el país vecino: su nombre aparece mencionado en la mega causa judicial conocida como Lava Jato. “Hace dos años llamaron a declarar a un directivo pero no pasó nada”, admitieron a Fortuna voceros del Grupo.
La lupa está puesta sobre Confab, fabricante de tubos de acero para la industria petrolera, accionista de Usiminas y proveedora de Petrobras. Investigan si pagó sobornos a funcionarios para cerrar contratos ficticios con la petrolera estatal.