Una filosofía de trabajo de más de un siglo
La bodega está en un proceso, que denomina “la revolución de las parcelas”, a través del cual analiza y estudia los suelos en busca de vinos de mejor calidad. Su foco en el Malbec y la marca “Argentina”.
Hace un año Gastón Pérez Izquierdo recibió en nombre de Bodega Esmeralda el Premio Fortuna de Oro a la mejor empresa de bebidas. Doce meses después la compañía volvió a pisar fuerte en su rubro.
“La bodega tiene una filosofía de trabajo que lleva más de un siglo. Hace más de 30 años que fuimos pioneros en la exportación de vino argentino. Trabajamos pensando en los próximos 100 años, planificando independientemente de la coyuntura que muchas veces es negativa”, explica el CEO de la bodega.
Y agrega: “Somos optimistas y creemos que la calidad y la excelencia finalmente siempre es recompensada por el consumidor. Los datos del
balance son simplemente un reflejo y una consecuencia de un trabajo, no es un objetivo en sí mismo por parte nuestra”.
Obtener el galardón implica un mensaje: “Indica que lo que hacemos es sostenible en el tiempo y que no hemos equivocado el camino”, subraya Pérez Izquierdo.
La hoja de ruta de Bodega Esmeralda persigue la excelencia, y eso se refleja en sus vinos. “Hoy estamos absolutamente enfocados en el estudio de los suelos. Creemos que la calidad del vino depende esencialmente de las características físicas y químicas existentes en el suelo, y estamos en un proceso de entender cada una de nuestras parcelas para poder comprender las razones de la alta calidad”.
Según el empresario, “los últimos
“Si logramos elevar la calidad del nombre Argentina, tendremos una ventaja comparativa frente al resto de los productores”.
trabajos nos muestran que en nuestro viñedo Adrianna encontramos enormes diferencias en el vino resultante de diferentes parcelas que se encuentran a pocos metros una de otra. A esto lo hemos denominado la “revolución de las Parcelas”, y surgió como una iniciativa de Laura Catena (cuarta generación propietaria de la bodega) que es una bióloga obsesiva por entender las causas de la calidad”.
La empresa apunta sus cañones al mercado interno, pero también tiene una presencia robusta en el exterior, llegando a los más virtuosos paladares. “El desafío es seguir mostrándole al mundo las virtudes del vino argentino, especialmente del Malbec. Creemos que la respuesta está en las parcelas. Entender cada pequeña porción del suelo. Si logramos elevar la calidad del nombre Argentina, eso nos dará una ventaja comparativa frente al resto de los productores de otros países vitivinícolas. Estamos plenamente dedicados a eso”, enfatizó el CEO de Bodegas