Rosendo Fraga
Macri apela al populismo para vencer en Buenos Aires.
El inicio de la campaña electoral encontró a Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri visitando municipios del conurbano bonaerense: Florencio Varela y Lomas de Zamora la ex Presidenta, y Berazategui y Quilmes el Presidente, en este caso junto con la gobernadora María Eugenia Vidal.
La razón es clara: en los 24 municipios del conurbano bonaerense están dos tercios de los votantes de la Provincia de Buenos Aires. Al mismo tiempo, en el mismo ámbito geográfico se encuentra uno de cada cuatro de quienes votarán en la presidencial de 2019.
En el conurbano, tanto el desempleo como la pobreza superan la media nacional. Ambos indicadores se conocen sólo como promedio de esta cuarta parte del país, pero no informan sobre cada uno de los municipios por separado.
Por esta razón, para tener un indicador sobre el nivel socio-económico en el ámbito de cada uno de ellos se utiliza el Nivel de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), que elabora el INDEC y proviene del último Censo Nacional, realizado en 2010.
El análisis del resultado electoral de las PASO confirma la tendencia histórica, en cuanto a que el voto por el peronismo —en este caso, representado mayoritariamente por la lista de Unidad Ciudadana— aumenta a medida que se incrementa el nivel de NBI. Al mismo tiempo el voto por el no-peronismo —que hoy encarna Cambiemos— evidencia lo contrario: disminuye según baja dicho nivel.
Concretamente, el peronismo sigue ganando en los lugares de menores ingresos y el no-peronismo lo hace en los lugares donde viven las personas de ingresos altos y medios.
Pondremos después de cada municipio, entre paréntesis, el porcentaje de NBI.
De los 24 municipios del conurbano, el mejor resultado de Cambiemos fue en Vicente López (2,4); allí se impuso por 37 puntos sobre Unidad Ciudadana. Es, recordemos, el municipio del conurbano bonaerense con menor NBI.
En el otro extremo, en Florencio Varela (17%), el más alto, Cristina ganó por 26 puntos a la lista que encabeza Esteban Bullrich, siendo su mayor ventaja de todo el conurbano.
Es decir que ella hizo su mejor victoria en el de mayor NBI; por el contrario, fue allí donde Bullrich obtuvo su porcentaje más bajo.
No se trata de casos aislados. En San Isidro (3,7%), Cambiemos ganó también por 37 puntos, como en Vicente López.
En cambio, en los siete municipios con mayor nivel de NBI, las victorias de Unidad Ciudadana son contundentes: en Merlo (11,5%), ella ganó por 23 puntos; en La Matanza (11,9%) —el municipio más poblado del país con tantos votos efectivos como las seis provincias más chicas sumadas todas ellas— lo hizo por 20 puntos; en José C. Paz (12%), ganó por 22; en Malvinas
Concretamente, el peronismo sigue ganando en los lugares de menores ingresos y el no-peronismo lo hace en los lugares donde viven las personas de ingresos altos y medios.
Argentinas (12,1%), por 14; en Moreno (12,9%), por 17; en Ezeiza (14,1%), por 13 y, como ya se mencionó, en Florencio Varela lo hizo por 26.
Es en ese marco que Cristina comenzó su campaña en Florencio Varela, el municipio con más NBI y donde tuvo su mayor victoria, y la continuó en Lomas de Zamora (8,9%) — el segundo municipio por cantidad de electores después de Matanza— donde ganó por 8 puntos y ahora apunta a consolidar la base electoral propia.
Es decir que Cristina Kirchner trata de evitar la fuga de votos propios. Probablemente, busca neutralizar que algunos intendentes peronistas deseosos de acelerar el final del liderazgo kirchnerista impulsen cierto corte de boleta que perjudique la lista que la lleva como primera candidata a senadora nacional.
Por su parte, Macri y Vidal, junto con sus candidatos, empezaron en Berazategui (10,4%) donde Cambiemos perdió por 15 puntos; buscan ganar votos en municipios esquivos. Continuó en Quilmes (9,2%), en el que perdió por 2 puntos. En este caso, se trata de un municipio gobernado por Cambiemos, como sucede en Lanús (5%), cuyo intendente, del oficialismo, también perdió por 2 puntos. Es así como el oficialismo busca revertir derrotas sufridas en terreno propio.
Los dos municipios que están con Massa, Tigre (11%) y San Fernando (8,6), fueron victorias de Cambiemos por 4 y 6 puntos. Es que más allá del nivel de NBI, en ambos la lista de 1País salió segunda dividiendo el voto peronista en forma significativa y relegando a Unidad Ciudadana al tercer lugar. De esa manera, esa división permitió el triunfo del oficialismo.
El gobierno parece ser consciente de que para ganar, además de polarizar, necesita aspirar votos donde Cristina es relativamente más fuerte: las zonas pobres del conurbano. Para ello, ya no apuesta a la mejora del crecimiento de la economía o a los efectos de la obra pública.
El gobierno está haciendo uso de los instrumentos típicos del populismo para llevar más dinero al bolsillo de la gente: extiende la Asignación Universal por Hijo; apela a los créditos Argenta, que otorga el Anses por hasta el 30% del monto de la AUH de los próximos doce meses; incrementa el número de jubilaciones y pensiones mínimas, que al iniciarse la campaña ya superaban el millón; aumenta la cifra de beneficiarios de las Asignaciones Familiares, y también refuerza la asistencia alimentaria a los comedores escolares y comunitarios.
Cristina intentó responder convocando a los votantes de Massa y de Randazzo, que sumados obtuvieron 20% de los votos. Pero lo hizo obviando a sus dirigentes, con lo cual provocó su reacción negativa.
En conclusión, en el conurbano bonaerense, donde se define la elección en el principal distrito político del país, Cristina intenta retener sus votos, mientras que Cambiemos sale en su búsqueda con los instrumentos típicos del populismo.
El gobierno entiende que para ganar también necesita aspirar votos de Cristina y hace uso de los instrumentos del populismo para llevar dinero al bolsillo de la gente.