“2018, UNA BUENA OPORTUNIDAD”
Dado que 2018 no será un año electoral en los que la corporación política esté más ocupada en sus miserias que en trabajar para lo que ha sido designada, si el oficialismo consiguiera un amplio respaldo sería una buena oportunidad para encarar algunas reformas.
Una de las reformas más significativa es la tributaria. Hoy la presión fiscal excede en más de 12 puntos del PIB a la que muestran los países de la región y la zona de Asia Pacífico, mientras que el gasto público lo hace en más de 15 puntos del PIB.
Al mismo tiempo el desequilibrio fiscal requiere un ajuste del resultado primario en 8% del PIB para alcanzar la solvencia. Esto es, para volver a crecer se necesita una colosal reforma del Estado, donde no sólo se bajen impuestos sino también un profundo recorte del gasto.
Asociado a ello, está el tema previsional, el cual, fruto de la irresponsabilidad del kirchnerismo el sistema está quebrado. El sistema arroja un déficit de 3% del PIB y creciente. Así, el fuerte desahorro que genera atenta contra el crecimiento.
Por último, debería avanzarse en una reforma laboral que deje de castigar a los trabajadores, ya que un sobrecosto del 67% es un factor de alto riesgo social en una economía caracterizada por el cambio tecnológico y el capital humano como principal factor de producción.
Por lo tanto, si las miserias de la clase política dominan el debate y con ello frenan las reformas será imposible crecer, por lo que me temo que nuestros hijos terminarán envidiando el bienestar de Somalia.
trabajando para corregir algunas asimetrías y cuestiones burocráticas que nos perjudican como empresa. También está pendiente el tema de la reforma laboral. No me refiero al recorte desde lo salarial, sino a un cambio que nos permita aligerar las cargas impositivas”.
Saben, como explica Gámbaro, que el mediano plazo trae consigo sacrificios. “Si la intención es reducir el