El cambio estructural y la decadencia local
El país fue a contramano del comercio mundial: mientras éste se expandía, las fronteras locales se cerraban. Por qué el gradualismo del gobierno de Macri está afectando las arcas nacionales.
El país fue a contramano del comercio mundial: mientras éste se expandía, las fronteras locales se cerraban. Por qué el gradualismo de Macri está afectando las arcas nacionales.
LA ARGENTINA QUE NO FUE
Es bastante común cuando conversamos con un observador extranjero que nos pregunte qué les pasa a los argentinos que a comienzos del siglo XX tenía un nivel de ingreso por habitante superior al de Francia o similar al de Alemania, y vienen cayendo casi sin interrupción desde hace varias décadas.
El debate sobre las reformas estructurales está ausente en la Argentina. Ese debate debe incluir temas como la reforma del sistema judicial, reforma laboral, déficit fiscal, gasto público, reforma impositiva, nuevo régimen de coparticipación de impuestos con las provincias, los cambios organizacionales e institucionales que se necesitan para reducir el llamado costo argentino.
La Argentina para crecer sostenidamente debe tener en cuenta que la restricción externa no solo ha sido un factor determinante en las recurrentes crisis externas de los últimos 70 años, sino también que puede emerger como un factor determinante de una nueva crisis externa en los próximos años, un nuevo ciclo de “stop and go”.
STOP AND GO. ¿Cómo funciona el modelo de “stop and go”? A medida que el país crece impulsado por políticas keynesianas expansivas del mercado interno las importaciones aumentaban más rápidamente que las exportaciones. Ello no dejaba otra alternativa que frenar el crecimiento económico (stop) para reducir las importaciones y así lograr el equilibrio externo.
Para ello se recurre a combinar la devaluación y la contención salarial con una política fiscal-monetaria muy restrictiva. Esta combinación partía de la hipótesis que la devaluación no era suficiente por sí sola para corregir en el corto plazo el desequilibrio externo debido a la baja elasticidad-precio tanto de las exportaciones como de las importaciones. Se requería, además, para disminuir las importaciones deprimir la actividad productiva dado que la elasticidad-ingreso de las importaciones era más elevada que la elasticidad-ingreso de las exportaciones.
Una vez alcanzado el equilibrio externo, la sociedad comenzaba a reclamar políticas orientadas a corregir los desequilibrios internos que habían generado las medidas de ajuste y que se manifestaban en contracción de la actividad productiva, aumento del desempleo, aumento de la inflación y deterioro del salario real.
Para ello recurre nuevamente a desarrollar medidas keynesianas expansivas que ponían en marcha el “go” con aumentos salariales y del gasto público. A medida que se expandía la actividad productiva volvía a aparecer la amenaza de un nuevo desequilibrio externo lo que
volvía a poner en marcha la tesis de poner freno a la expansión con el “stop” de la actividad productiva.
El problema político de estos ciclos es que el peronismo se mostraba ansioso por asumir el gobierno cuando se avizoraba la fase expansiva del ciclo. Ese fue el caso de Perón en 1946 con las reservas internacionales de la posguerra mundial, el de Menem con el Consenso de Washington y el de Kirchner con el precio internacional de la soja. A su vez dejaban para otro gobierno encarar la fase depresiva o descendente, que es cuando eran llamados a gobernar los radicales.
GLOBALIZACIÓN. En el periodo 2003/2008 el comercio internacional, estimulado por la política monetaria expansiva de EE.UU. y por la incorporación de China en la OMC, creció a un ritmo del 15% anual, ritmo superior al crecimiento del PBI mundial.
Las nuevas tecnologías están dirigidas a fragmentar verticalmente los procesos productivos para aprovechar economías de escala (out-sourcing) y a la descentralización geográfica para aprovechar los salarios más bajos de la mano de obra calificada que ofrecen los países en proceso de desarrollo (off-shoring). El objetivo de estas fragmentaciones es disminuir los costos de producción.
Estos procesos dieron lugar a la formación de cadenas globales de valor de los bienes y servicios fragmentados, cadenas que han sido los motores de la expansión del comercio mundial.
¿Cómo reaccionó la Argentina frente a estos cambios en el comercio internacional? En el periodo 2004/15 la Argentina marchó a contramano de esas tendencias internacionales: aumentó la concentración y la primarización de sus exportaciones.
En efecto, en 2015 las exportaciones agrícolas representaron el 46% del total exportado, las manufacturas basadas en recursos agrícolas el 17% y manufacturas de tecnología media como autos 15%. Estos tres rubros absorbieron el 74% del total exportado, mientras en el 2005 representaron el 54%.
En segundo lugar, las nuevas tendencias en el comercio mundial forman parte de una dinámica más amplia de reorganización de la producción mediante fragmentación de los procesos productivos y el desarrollo de nuevos centros geográficamente descentralizados.
La economía argentina, en cambio, se fue cerrando en esta etapa de expansión del comercio internacional. El coeficiente de apertura de exportaciones más importaciones en relación con el PBI) en el 2004 era el 41% del PBI, se redujo al 31% en el 2011 y al 23% en el 2015 y es uno de los países de América Latina con menor apertura de su economía.
En tercer lugar, la política comercial se centró en la multiplicación de acuerdos entre países que integran una misma región desplazando a los acuerdos multilaterales. Argentina no hizo ni lo uno ni lo otro, mientras rechazaba la globalización y se aislaba del mundo formó un eje con Bolivia, Ecuador y Venezuela.
¿Cómo impactaron en la economía argentina estos cambios en el comercio internacional? En el periodo 2003/12 la Argentina se encontró con un superávit externo acumulado inimaginable de u$s 125.500 millones. En ese periodo el volumen físico de las exportaciones aumentó un 24% impulsado por la revolución tecnológica en la producción de cereales y oleaginosas.
Pero el más importante impulso a las exportaciones vino dado por el aumento de los precios internacionales. Las exportaciones aumentaron en 20 años desde un total de 13.200 millones de dólares en la primera mitad de la década del ‘90 a la asombrosa cifra de