La fiesta de los que generan progreso
Unos 300 invitados asistieron a la entrega de los Premios, en la Bolsa. Diecisiete empresas fueron distinguidas. La Mayor fue Pampa Energía. Luis Pagani y Eduardo Eurnekian, distinguidos por sus trayectorias.
Unos 300 invitados asistieron a la entrega de los Premios, en la Bolsa. Diecisite empresas fueron distinguidas. La Mayor fue Pampa Energía. Luis Pagani y Eduardo Eurnekian, distinguidos por sus trayectorias.
La alfombra roja de los Premios Fortuna volvió a desplegarse, en su 14º versión, para reconocer el trabajo de los empresarios argentinos, un conjunto de hombres de negocios que generan riqueza, pero por sobre todo valor en todas sus acepciones, y que resultan una pieza clave en el crecimiento y desarrollo del país.
En el recinto de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires se dieron cita entonces las compañías más relevantes de la economía nacional, abarcando el amplio abanico de la actividad empresarial. Transporte, Energía, Servicios Financieros, Química, Agronegocios, Segu-
ros, Salud, Bebidas y Alimentos, entre otros, compartieron codo a codo una jornada singular.
Allí estaban reunidas las locomotoras del país, hombres con sello propio como Eduardo Eurnekian, Alfredo Coto, Hugo Sigman, Mar- celo Mindlin, Gustavo Grobocopatel y Luis Pagani, entre otros, la flor y nata del empresariado argentino. Una burguesía pujante que debería verse multiplicada por cientos en el sueño de una Argentina esplendorosa.
Chocar de copas, abrazos y fotos varias fue el preludio de la premiación. Pero, ¿de qué hablaban los hombres de negocios sobre el mármol blanco del magnífico recinto? ¿Qué se podía entrever detrás de la sonrisa lógica de la ocasión? ¿En qué piensan los empresarios de un país recesivo e incierto?
Había en ellos la mezcla extraña de preocupación y optimismo en armónico equilibrio. El ceño fruncido por un presente que atormenta, pero también la esperanza en un futuro cercano que la mayoría vislumbra como alentador, y de allí la proyección de inversiones que se repiten, pese a todo.
Palmadas en los hombros, apretón de manos y frases tales como “acá estamos, sobreviviendo”, se dejaban oír en la nutrida concurrencia a los Premios Fortuna 2018. El impactante salto en el tipo de cambio y el desplome del consumo interno acuñaron también expresiones del tipo “economía con viento en contra” y “hay que pasar el temporal”, esta última con reconocido derecho de autor presi- dencial. El escenario era heterogéneo, cada sector vive de alguna manera su propia Argentina. El dólar rampante que a algunos impacta por debajo de la línea de flotación, a otros les brinda un envidiable impulso. En eso están algunos de los productores de las economías regionales, presentes también en la ceremonia de premiación.
“El salto en el tipo de cambio significó un buen empujón, sobre todo porque exportamos el 60% de nuestra producción. Pero el efecto tiene que ser duradero y soste- nerse en el tiempo”, contó Gasón Pérez Izquierdo, CEO de Bodega Esmeralda. Y añadió: “No cambiamos ningún plan de inversión, pero en la Argentina siempre hay que manejarse con cautela. No es fácil invertir a largo plazo en un escenario semejante”.
ESPERANZA. Pese a todo, en el salón de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, donde las pantallas de los monitores exhibían la cotización fluctuante de las empresas líderes, podía palparse un singular clima de optimismo. Reunidos allí,
los empresarios hablaban también de un futuro venturoso.
Entre requisitorias varias y repetidos llamados telefónicos, Gustavo Grobocopatel tuvo tiempo para dar su visión del caso. “Operativamente estamos bastante bien. La verdad es que estoy tranquilo”, dijo, y dejó en claro que no hay volatilidad ni incertidumbre que lo inquiete.
“La sequía impactó de tal forma que representó 2 puntos del PBI. Sin este fenómeno adverso, la economía hubiera crecido en 2018 –argumentó. Hay un fuerte optimismo hacia 2019”, completó.
Por allí andaba también el presi- dente de la Copal y vice de la UIA, Daniel Funes de Rioja, ocupado a más no poder en su rol de Chair del B20. “Vamos a reventar la Rural”, enfatizó sonriente, en clara alusión a lo que será el evento internacional que tendrá lugar en noviembre. Sin dudas, otro acorazado del optimismo.
No le iba en zaga Alberto Albamonte, presidente de la cadena de hoteles Howard Johnson y Days Inn. “El margen del salto del tipo de cambio nos benefició. Somos una cadena federal que tiene 6 hoteles en Buenos Aires y 38 en el resto del país. Trabajamos duro en promoción para atraer turistas extranjeros. Está comprobado que el 22% del consumo lo hacen en el hotel, pero el resto lo gastan afuera. Es un consumo democrático, se reparte en varios sectores”.
Aunque el tema no estuviera puesto sobre la mesa, la corrupción del sector privado vinculado a la obra pública era como un velado fantasma que flotaba en la sala. A eso hizo mención Ceferino Reato, editor ejecutivo de la revista Fortuna y encargado de abrir la ceremonia: “Se han revelado muchos casos de corrupción, pero la solución empieza cuando vemos el problema. El futuro nos invita a ser optimistas”.
RESPALDO. La presencia oficial estuvo dada en la figura del ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, quien entregó el premio en el rubro Bancos a la firma Banco de Valores. Pero también en Juan Curuchet, presidente del Banco Provincia –main sponsor del evento; y Javier Ortiz Batalla,
Eduardo Eurnekian recibió el Premio al Empresario Destacado en el Exterior por su fuerte presencia en tantos países.
titular del Banco Ciudad.
Sancor Salud fue distinguida por haber cumplido 45 años.
Fue Curutchet quien en su discurso resaltó la relevancia de una ceremonia destinada a destacar el rol de los empresarios argentinos: “Generalmente no son reconocidos por los valores que construyen. Hay que reconocer la trayectoria de las compañías. Estoy satisfecho por el tiempo que nos tocó vivir. La sociedad está descubriendo que tiene una prensa libre, Justicia independiente y ética empresarial”. Eduardo Eurnekian recibió el Premio al Empresario Destacado en el Exterior. “Aprendí que una de las características del empresario debe ser la adaptabilidad”, señaló al recibir el galardón.
Parafraseando a George Orwell, podría decirse que en materia de genética empresarial todos los hom- bres de negocios son iguales, pero algunos son más iguales que otros. Por caso, Luis Pagani, presidente de Arcor, es una figura única, de allí el reconocimiento recibido a la Trayectoria Empresarial.
No volaba una mosca mientras el cordobés leía su discurso, poniendo énfasis en la dimensión del grupo empresario, con 47 plantas industriales, de las cuales 37 están radicadas en 10 provincias, y un total de 21.000 empleados. Su clave del éxito: conjugar inversión, riesgo, aprendizaje y crecimiento. Un cóctel secreto para triunfar “en el país más volátil del mundo”.
Ya en el cierre de la ceremonia las palabras de Jorge Fontevecchia, presidente de Perfil Network, fundador de la revista Fortuna y creador de los premios, terminaron por cerrar el círculo conceptual, la idea del valor del empresario en una sociedad. “La Argentina necesita más empresas. La solución al problema argentino es que haya más empresas para que haya más empleo, más mercado y más empuje”, dijo el periodista y empresario periodístico como colofón de una tarde noche de encuentro, reconocimiento y marcado optimismo sobre el país que se puede forjar a futuro. A pesar de todas las tormentas que nos envuelvan.
“La Argentina necesita más empresas para que haya más empleo, más mercado y más empuje”, señaló Jorge Fontevecchia.