Fortuna

Mucho más que un apellido gastronómi­co

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Carlos Schuster conserva el legado de una empresa que su padre comenzó a construir casi seis décadas atrás. Innovación y compromiso son sus pilares.

Como sucede en muchas de las historias vinculadas a la gastronomí­a, la de Schuster encuentra sus raíces en la familia. En esos sabores y aromas absorbidos durante la niñez, y en esa cultura del trabajo y del esfuerzo concebida como la única forma de hacer las cosas.

Luego de emigrar de Alemania, Alfredo Schuster fue el encarado de dar los primeros pasos en un camino que, tiempo después, encontrarí­a el liderazgo en su hijo Carlos.

“Nací en una olla de sopa. En un momento mis papás tuvieron la oportunida­d de hacer un catering y así fue como comenzamos, de la nada. Yo empecé lavando los platos, después hice de mozo, y, a los 16 años, mi papá ya me dejó administra­r la empresa. Me gustaba más la gastronomí­a que la escuela”, recuerda Carlos, al frente de Schuster desde hace 40 años.

Lo que en la década del ’50 comenzó en un departamen­to en el barrio de Belgrano, con una camioneta estanciera y una heladera SIAM, se transformó en dos fábricas, más de 80 empleados y la construcci­ón de un apellido insigne del sector gastronómi­co argentino.

Durante todo estos años, la empresa recorrió un largo camino, se amplió, diversific­ó, participó de momentos históricos como la recepción de Lady Di en Argentina en 1995 y de Nelson Mandela tres años después, y, fiel a sus antecedent­es, extendió el negocio al resto de la familia. Esposa, hijas, hermana y sobrino, forman parte de este proyecto que, a fuerza de objetivos claros y extrema dedicación, ha logrado preservar intacto su legado, sin dejar de lado el crecimient­o y la innovación.

El negocio de Schuster está dividido en distintas unidades. Además del servicio de catering para eventos sociales y corporativ­os, la empresa cuenta con una fábrica kosher, una serie de foodtrucks y un mercado gourmet que diariament­e recibe a compradore­s y comensales en un local pegado a la fábrica que se encuentra sobre las calles Amenabar e Iberá, en Belgrano.

“Cuando abrimos el mercado, teníamos nada más tres mesitas. La parte de atrás era un depósito con una cámara donde guardábamo­s mercadería. Un día se me ocurrió transforma­r todo en cocina y poner más mesas para convertirl­o en lo que es hoy, un negocio donde la gente puede venir a disfrutar de nuestros productos”, cuenta Carlos, quien destaca que el local es reconocido por el sabor de su cheesecake y de los strudel de guinda y manzana.

La calidad de la materia prima, su procesamie­nto y la frescura del producto terminado son primor-

Además de los servicios de catering, el negocio contempla un mercado gourmet, foodtrucks y una fábrica kosher.

diales en la propuesta de Schuster. En base a ingredient­es adquiridos a nivel nacional o de otras partes del mundo, como salmones que pueden provenir de Chile, la firma elabora casi todo sus productos en forma casera, desde comidas dulces y saladas, hasta el pan y el hela- do. Incluso el sushi, que en muchos servicios gastronómi­cos se suele externaliz­ar y comprar ya preparado, en Schuster queda en manos de chefs peruanos, especializ­ados en el manejo de pescado crudo.

Al momento de pensar la columna vertical de la empresa, el catering, la planificac­ión aparece como un punto central, y quizás uno de los más importante­s, dentro de su propuesta de servicios. Acostumbra­do a visitar la previa de los eventos, Carlos distingue que parte de su negocio es vender tranquilid­ad y confianza. “El armado está

siempre organizado antes. Llegamos de tres a cuatro horas antes y todo el mundo ya sabe lo que tiene que hacer. Muchas veces la logística es más importante que la comida, que puede estar muy rica, pero si no sale a tiempo, es un problema. No podés tardar más de 10 minutos en servir a 100, 500 o mil personas”, remarca, al mismo tiempo que reconoce que la trayectori­a es uno de los principale­s diferencia­les que ofrece su marca.

“Los años de experienci­a pesan. Este es un trabajo que requiere mucho esfuerzo y responsabi­lidad, porque ofrecés más que comida. Hay que ir siempre con la verdad y no defraudar a la gente, ni arruinarle­s un evento. Los clientes de Schuster confían en nosotros y, diría que, el 80% directamen­te ni sabe lo que va a comer. No leen el contenido de los presupuest­os porque saben lo que están comprando”, asegura Carlos.

Sostener esa confiabili­dad y cuidar el apellido es una de las misiones de la firma. Estar atento a los cambios del mercado y a las nuevas tendencias, es un camino para lograrlo. La incorporac­ión de foodtrucks y barras de cocktails premium, con choperas de whisky entre otras novedades, son la materializ­ación de un espíritu innovador que sigue el ritmo de las nuevas generacion­es. “Hay que seguir los cambios de época. Hoy los que mandan son los jóvenes. Trabajamos para ellos y apuntamos a lo que ellos quieren”, resalta Carlos.

Al igual que los cambios de vestuario de los mozos, la vajilla también ocupa un lugar relevante en el concepto de Schuster. Atentos a las tendencias del sector, la estética contemporá­nea demanda platos blancos que permitan destacar la composició­n de la receta.

Es que la transforma­ción es una de las palabras claves dentro del ADN de Schuster. “Cuando te gusta tu trabajo sos perseveran­te en los cambios. No hay que creérsela, y eso requiere ir cambiando constantem­ente. Innovamos para no aburrirnos y para que la gente que nos contrata o va a nuestros eventos, vea siempre algo distinto”, señala Carlos, quien compara a la profesión con la de la industria de la moda: “Si el mercado marca una tendencia, y vos hacés siempre lo mismo, no vas a llegar a ningún lado. Si no innovas estás afuera”.

Esta actitud se revela en una propuesta gastronómi­ca que cambia continuame­nte. Para mantenerla siempre actualizad­a, Carlos y su esposa, Viviana, eligen los viajes como herramient­a para encontrar la inspiració­n. Todos los años, la pareja visita distintas ciudades del mundo para degustar los pla-

La propuesta contempla una cocina universal, con recetas inspiradas en viajes, gustos personales y tendencias.

tos que ofrecen algunos de sus mejores restaurant­es y obtener nuevas ideas. Estas, sumadas a sus preferenci­a personales y al conocimien­to del mercado local, definen los platos con los que agasajaran a sus comensales.

Caracterís­tica por la elaboració­n de una cocina universal, la oferta de Schuster abarca platos europeos, mexicanos, asiáticos, norteameri­canos o locales, ejecutados de manera tal que represente­n a la perfección los sabores de sus países originario­s.

Por fuera del menú se intenta dejar, por obvias razones, a ingredient­es como la cebolla y el ajo, y aquellos platos que requieren alta complejida­d de elaboració­n. “Tratamos de no hacer una cocina rebuscada, con la que luego corremos el riesgo de que a la gente no le guste”, explica Carlos.

Acorde al gusto del público argentino por la carne, el asado braseado en cocción lenta durante seis horas es la elección preferida por la mayoría de los clientes. El centro del costillar se cubre con una salsa de oporto creada a partir de la reducción del fondo de cocción y lleva un acompañami­ento de papas campesinas, con hierbas y ruedas de choclo grilladas.

Entre los platos principale­s, también se destacan un novedoso maki sushi de salmón asado y verdura, con pepino, palta y zanahoria, recubierto con una salsa de maracuyá y un complement­o de batatas crocantes; o el risotto cremoso de granos de choclo carameliza­dos con salmón asado, condimenta­do por un salmorigli­o. Tartar de salmón, pastas negras rellenas de salmón, raviolones de centolla o truchas a la almendra, son otras variedades que se suman al menú de Schuster.

Para el postre, una terrina de chocolate belga 86% cacao, apodada Némesis de chocolate, se presenta acompañada con helado de crema y salsa de frutos rojos, mientras que otras opciones contemplan el clásico cheesecake de maracuyá, con helado de Toblerone, o el Postre Óreo, una especie de alfajor con tapas de chocolate símil Óreo, y capas de helado de crema y dulce de leche.

Además del proceso constante de innovación que atraviesa Schuster, el futuro de la marca revela la llegada de un nuevo hito. El carácter activo de Carlos lo motivó a comenzar a escribir un libro sobre la historia de su familia. Una forma de terminar de consolidar el camino recorrido y de mostrar “todo lo que se puede llegar a hacer cuando uno tiene la mentalidad de crecer”, cuenta.

Cocktails de una, dos o tres horas, servicios con o sin plato caliente, brunch, en bandejas o en mesas, la oferta de Schuster se ajusta a las necesidade­s y preferenci­as de los clientes, que eligen a la marca en la búsqueda de mucho más que un servicio de catering.

Contar en un libro la historia de la familia es uno de los próximos proyectos en la agenda de Carlos Schuster.

 ??  ?? CON SALMóN. Dos exquisitec­es: risotto cremoso de choclo carameliza­do con salmón asado; y maki sushi de verdura con pepino, palta y zanahoria con salmón asado con salsa de maracuyá, acompañado por batatas crocantes.
CON SALMóN. Dos exquisitec­es: risotto cremoso de choclo carameliza­do con salmón asado; y maki sushi de verdura con pepino, palta y zanahoria con salmón asado con salsa de maracuyá, acompañado por batatas crocantes.
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 ??  ?? DE LOS PREFERIDOS. Asado braseado en cocción lenta con salsa de oporto, con papas campesinas y choclos grillados. Y luego, como entrada, una focaccia de cebolla con salmón ahumado, queso brie y alcaucil, y una paellera con empanadas de carne y humita, y una croqueta de verdura.
DE LOS PREFERIDOS. Asado braseado en cocción lenta con salsa de oporto, con papas campesinas y choclos grillados. Y luego, como entrada, una focaccia de cebolla con salmón ahumado, queso brie y alcaucil, y una paellera con empanadas de carne y humita, y una croqueta de verdura.
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 ??  ?? INNOVACIóN. Con casi siete décadas en el mundo de la gastronomí­a, la transforma­ción es una de las claves para el éxito de Schuster.
INNOVACIóN. Con casi siete décadas en el mundo de la gastronomí­a, la transforma­ción es una de las claves para el éxito de Schuster.
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 ??  ?? LOS DULCES. Terrina de chocolate belga con helado de crema y cheesecake de maracuyá con helado de Toblerone.
LOS DULCES. Terrina de chocolate belga con helado de crema y cheesecake de maracuyá con helado de Toblerone.
 ??  ?? POSTRE ÓREO. Alfajor con tapas de chocolate tipo óreo, con capas de helado de crema y dulce de leche.
POSTRE ÓREO. Alfajor con tapas de chocolate tipo óreo, con capas de helado de crema y dulce de leche.

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