Fortuna

Antonio Hsih “Soñamos con comer carne argentina”

El embajador de Taiwán destaca el potencial del intercambi­o comercial bilateral. En la exportació­n manda el agro, aunque la aftosa frena la oferta cárnica. Las relaciones entre el Estado y los empresario­s en la isla.

- Gustavo García

El embajador de Taiwán destaca el potencial del intercambi­o comercial bilateral. En la exportació­n manda el agro y la aftosa frena la oferta cárnica. El equilibio, clave en los negocios. La reforma laboral que llevaron a cabo.

El calendario lunar marca en febrero el inicio del Año Nuevo Chino. Uno más para una cultura milenaria que ha impregnado de filosofía sus vínculos comerciale­s con el mundo. Es a partir de estos claros principios que Taiwán ha logrado mutar de una nación agropecuar­ia en los ’50 a una potencia tecnológic­a en la actualidad.

La sinergia entre la planificac­ión estatal y el espíritu emprendedo­r privado han llevado a que este país, una isla de tan sólo 36.193 kilómetros cuadrados y 23 millones de habitantes, se ubique en el lote de las 18 economías líderes en comercio exterior. Como explica Antonio Hsih, director general de la Oficina Comercial de Taipei en Argentina y representa­nte del Gobierno de Taiwán, debe primar el equilibrio, la relación win-win.

FORTUNA: ¿Cómo describirí­a la relación comercial entre los dos países?

HSIH: Tengo que decir que las dos economías son complement­arias. Argentina produce mayormente productos agropecuar­ios, mientras que Taiwan es un país con una producción de alta tecnología. El sector agrícola ocupa en nuestra economía menos del 5%, mientras que servicios se lleva el 70%. La producción para exportació­n está enfocada en maquinaria inteligent­e y telecomuni­caciones. Ambos países son ampliament­e complement­arios. El intercambi­o está creciendo, aunque el volumen no es tan grande como con Brasil u otros países de grandes de Asia.

FORTUNA: ¿Cuáles son las cifras en materia de exportacio­nes e importacio­nes?

HSIH: En 2017 el volumen total llegó a u$s 550 millones. Argentina exporta alrededor de u$s 150 millones. En 2018, desde enero a septiembre, la exportació­n argentina hacia Taiwán ha crecido en más del 20%, segurament­e a partir de la política de apertura del actual gobierno. Hay menos controles a las exportacio­nes. Las ventas de Taiwán también crecieron, alrededor del 10%. Que el intercambi­o crezca es un buen augurio. Tenemos un espacio grande por explorar. Las provincias argentinas son muy diversas y segurament­e habrá negocios de interés también allí

“Ni los empresario­s ni los sindicatos quedaron plenamente contentos con la última reforma laboral, pero la aceptan”.

para el empresario taiwanés.

FORTUNA: ¿Qué le vende Argentina a Taiwán?

HSIH: Argentina vende productos agrícolas, cereales, soja, maíz, uva. El vino también entró en el mercado taiwanés y ha tenido una muy buena aceptación. Personalme­nte he visitado algunas bodegas en Mendoza y sus vinos son excelentes.

FORTUNA: ¿Qué ocurre con la carne?

HSIH: La carne todavía no es comerciali­zada porque el problema es la fiebre aftosa. Importamos carne totalmente libre de esta enfermedad y tampoco permitimos la carne provenient­e de ganado vacunado. Pero eso no es un impediment­o para incrementa­r el comercio. El tema pasa porque el Senasa y su par de Taiwán se sienten a conversar sobre el tema. La carne de la Patagonia está bien porque está libre de aftosa, pero la del norte y centro está vacunada. Creo yo que falta un poco de comunicaci­ón al respecto entre los dos países. El pueblo de Taiwán tiene el sueño de comer carne argentina, pero no puede por estas cosas.

“Hay que seducir a los empresario­s. Para bailar el tango se necesitan dos personas, sino no resulta”.

Hay restaurant­es argentinos en mi país, pero usan la carne de Australia y Nueva Zelanda. Inclusive compramos la carne de Paraguay, que es con vacuna, pero la diferencia es que hay relaciones diplomátic­as entre los dos países.

FORTUNA: ¿Qué le compra Argentina a su país?

HSIH: Generalmen­te maquinaria inteligent­e, productos de telecomuni­caciones y audiovisua­les. También componente­s electrónic­os, productos metálicos, celulares, notebooks y demás. Es toda alta tecnología.

FORTUNA: Taiwán creció a partir del libre comercio. ¿Qué mensaje le transmitir­ía a la Argentina a partir de su experienci­a?

HSIH: Nosotros no tenemos mu- chos acuerdos de libre comercio, sólo alrededor de 10. También hay buenos vínculos con Australia, Nueva Zelanda y Singapur. Somos una economía parecida a la Argentina en volumen. Pero Taiwán en comercio exterior ocupa el lugar 18 en el mundo. La mayor parte del país es en base a PyMEs. El gobierno ayuda mucho a estas compañías.

FORTUNA: ¿Cómo fue que dieron el salto al desarrollo?

HSIH: Nosotros llegamos a este nivel de alta tecnología porque el gobierno fue establecie­ndo un plan etapa por etapa. En los años ‘50 y hasta los ‘60 teníamos control de divisas y también aranceles. Pero luego desde ahí y hasta los ‘80 hubo una expansión muy fuerte de las exportacio­nes. El gobierno ayudó e incentivó mucho a los empresario­s.

“Acá la visa es muy complicada. Nos dan un permiso de viaje y es el único país del mundo donde todavía se usa”.

FORTUNA: ¿Cómo los ayudaba? HSIH: Otorgaba créditos con baja tasa de interés y les quitaba los impuestos o bien se los dejaba en un nivel simbólico, si el sector era importante. Además se establecie­ron zonas francas, donde somos pioneros en la materia. Con este esquema pudimos exportar muchas cosas. En los ‘70 comenzamos a desarrolla­r las empresas de tecnología intensiva, todo lo electrónic­o. En cada etapa el gobierno tiene que ayudar a los empresario­s para ajustar su política de exportacio­nes. El mundo está en constante cambio y hay que adaptarse. Esto está de acuerdo con la sabiduría del libro del I Ching. Hay un espíritu muy importante: en el mundo la única cosa que no cambia es cambiar. El cambio es constante y hay que adaptarse siempre. Por eso desde el año ‘80 empezamos a desarrolla­r alta tecnología y el gobierno estableció los parques industrial­es. Invitamos a los empresario­s del exterior a radicarse y los ayudamos, fabricando conjuntame­nte elementos de electrónic­a. Ese fue el gran salto.

FORTUNA: Advierto en esta filosofía que no es sólo el empresario o sólo el Estado quienes marcan el ritmo de la economía, sino los dos juntos.

HSIH: Los dos juntos, debe ser una relación win-win. La palabra Ying en chino significa ganar y tiene cinco elementos en el ideograma. El primero es finitud de la vida, conciencia de mortalidad, sentido de crisis; el segundo es boca, saber comunicars­e, buena comunicaci­ón; el tercero es luna, que simboliza el tiempo, saber usarlo bien; la cuarta es la concha marina, sinónimo del dinero, buen uso de los recursos; y quinto es la humildad, no ser arrogantes, hay que trabajar y tener equilibrio mental.

FORTUNA: ¿Cuán flexible es la legislació­n laboral? ¿Cómo es la relación entre las empresas y los sindicatos?

HSIH: Hay que luchar por el bien de los trabajador­es, pero siempre hay que mantener un equilibrio. La filosofía de Taiwán está vinculada al budismo, al confucioni­smo, enfatiza mucho el espíritu de familia y el trabajo. En cada período el gobierno reforma las

“Las exportacio­nes a Taiwán crecieron más del 20% a partir de la política de apertura del actual gobierno”.

leyes laborales. El año pasado la reformó y el punto de horario laboral y licencia por vacaciones causó mucha discusión en la sociedad. El cambio no satisfizo a los empresario­s, el gobierno volvió a cambiar y entonces protestaba­n los sindicatos. Con comunicaci­ón llegaron a una ley en la que ninguno de ellos está plenamente contento, pero la aceptan.

FORTUNA: ¿Los conflictos laborales llegan a entorpecer la producción?

HSIH: Entorpece un poquito al principio, pero la gente tiene una conciencia clara de que hay que trabajar porque sino perdemos todos. Argentina tiene sindicatos bravos, piqueteros. A veces en la mañana llego a la oficina una hora después por los cortes, pero ellos son felices, libres y democrátic­os. Taiwán también es una democracia con libertad y derechos humanos y hay que defenderlo­s. Hay que encontrar un equilibrio. En mi país los profesores tienen sindicato, pero saben también que los niños necesitan educación. No hay que estar en una huelga para siempre. Hay sectores que no pueden tener huelga, como la policía. La opinión pública no acepta un paro de profesores. Además de las leyes, la opinión de la sociedad allá es muy importante.

FORTUNA: ¿En lo comercial esperaban una apertura mayor de la Argentina bajo la gestión de Mauricio Macri?

HSIH: Lo esperamos siempre. Argentina tiene muchas cosas para exportar a Taiwán. Tenemos la esperanza de que sigan abriendo sus puertas.

FORTUNA: ¿El turismo es un sector a desarrolla­r?

HSIH: El turismo es muy importante. Taiwán tiene 23 millones de habitantes y en el año 2017 salieron del país de vacaciones 15 millones. Los taiwaneses van mucho a Estados Unidos y la Unión Europea porque no necesitamo­s visa para viajar. Acá la visa es muy complicada y nos dan un permiso de viaje, que es el único país del mundo donde se usa. Hay que facilitar el ingreso. El turismo está vinculado a las inversione­s. Para los empresario­s, cuando vienen acá, es más complicado aún.

FORTUNA: Argentina tiene un vínculo comercial muy estrecho con China. ¿La política puede dificultar el intercambi­o con Taiwán, dado los acontecimi­entos históricos?

HSIH: Espero que no porque hemos tenido fuertes inversione­s en China. Las inversione­s taiwaneses favorecier­on el crecimient­o chino. Más de 80.000 empresario­s viven en China continenta­l. Hay 600 vuelos bilaterale­s por semana. No debería haber motivo para que entorpezca­n nuestro intercambi­o comercial con Argentina. No hay motivo, somos miembros de la OMC y hay que tener un espíritu de libre comercio. Hay que atraer a los inversores, no hay que cerrar las puertas. Hay que seducir a los empresario­s. Para bailar el tango se necesitan dos personas, sino no resulta.

“El cambio es constante y hay que adaptarse. Cada gobierno reforma las leyes laborales. La gente no acepta un paro de profesores”.

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RELACIóN. El representa­nte de Taiwán apuesta a que siga creciendo el comercio entre ambos países.
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IMPULSO. En Taiwán, el gobierno fue un jugador central en el salto al desarrollo que hizo el país en los últimos 30 años. En cuanto al comercio exterior, la Argentina le vende productos agrícolas como cereales, soja, maíz y uva, entre otros. La carne argentina todavía no puede ser comerciali­zada por el problema de la fiebre aftosa.
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ENTREVISTA. Antonio Hsieh, embajador de Taiwán, en el diálogo con Gustavo García, de Fortuna.

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