Parece un año tranquilo, sin triunfo populista
Las expectativas se encaminan a un año sin crecimiento sustentable pero con excelentes posibilidades para el oficialismo o un opositor moderado.
La receta del gobierno será como en 2017: dólar planchado, tasa de interés en baja, inflación acomodada a las necesidades presupuestarias e inyección de dinero antes de agosto.
Las expectativas se encaminan a un año sin crecimiento sustentable pero con excelentes posibilidades para que el oficialismo o un opositor moderado gane en las elecciones presidenciales. Mejora el mundo para los emergentes. La falta de reformas estructurales. Dónde conviene invertir.
Hasta junio el dólar estará muy planchado, desde julio en adelante pasará a estar solamente planchado. No será el año del dólar, el dinero financiero se ganará en el mercado de capitales. El mundo, por ahora y solo por ahora, nos sonríe.
—Sí, ¿pero cómo vienen realmente los mercados mundiales?
— Estados Unidos, con el gobierno cerrado por la no aprobación del presupuesto, a futuro tendrá que discutir el techo de la deuda, en ambos casos con la intransigencia de Donald Trump y la resistencia de los demócratas. Por si esto fuera poco, no hay señales de una resolución favorable en la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Esa serie de contratiempos no hacen más que ralentizar la economía y probablemente este año no haya nuevas subas de tasas de interés de corto plazo. —¿Europa?
— El Brexit es una comedia de enredos, difícil de explicar tanta precariedad en la clase política británica. Europa, en un escenario de mejora en los indicadores, pero vemos que el Banco Central Europeo no tiene margen para subir la tasa.
—¿Asia?
— Japón sigue inmerso en problemas estructurales y no hay subas de tasas, China en el mejor escenario crecería igual que el año anterior; en suma, no hay motivos para una suba de tasas.
—Es el mejor escenario para América latina y los emergentes.
— Correcto, si la tasa permanece en los niveles actuales, muchas economías en Latinoamérica recuperarán financiamiento externo, sus monedas dejaran de devaluarse, y, probablemente, muestren una mejora en sus perspectivas de crecimiento.
—¿Brasil?
— Pensamos que, al contrario de lo que dicen algunos analistas, tiene un duro camino por delante: el déficit fiscal es del 7,3% y su deuda equivale al 77% del PBI. Necesita volver a realizar una reforma laboral e impulsar la reforma previsional. Son buenas señales para un gobierno que comienza y que tiene muchos desafíos por delante. Su política de privatizaciones atraerá capitales y eso planchara al real, cuyo escenario es de estabilidad para 2019; se espera que esté en 3,80 reales por dólar a fin de año; la tasa de corto plazo Selic se ubicaría en el 6,5% anual, y la inflación no pasaría del 4,5% anual.
—¿Argentina?
— Con un escenario internacional más tranquilo, y Brasil creciendo, te diría que el gobierno aplicará la estrategia electoral de 2017.
—¿Cómo es?
— Dólar planchado, tasa de interés en baja, inflación acomodaticia a las necesidades presupuestarias e inyección de dinero antes de agosto para ganar las elecciones.
—¿Cómo ves el dólar?
— Lo planchan durante todo el año; de esa forma les alivian la vida a las economías urbanas y se la complican a las economías regionales. Podemos dividir el año en dos partes:
1) Hasta el mes de junio, el dólar estará súper planchado y es un buen momento para aprovechar las colocaciones en pesos, suba de acciones y bonos.
2) Desde el mes de julio en adelante, todo dependerá de lo que digan las encuestas. Hay que tener
en cuenta que los argentinos se dolarizan antes de una elección y que, por ese motivo, la demanda de dólar se puede acelerar, y eso generaría cierta inquietud en el mercado de acciones, bonos y pesos.
—¿Puede ganar algún candidato populista?
— Para ganar hay que tener apoyo internacional y dinero para afrontar el proceso electoral. Estados Unidos está apoyando a este gobierno, influyó significativamente para que el FMI le dé un crédito extraordinario de u$s 57.000 millones; el Tesoro americano podría ayudar a encauzar el programa de infraestructura y fiscales norteamericanos están investigando los bienes que podrían tener en Estados Unidos miembros del anterior gobierno. Me parece que, con tanta ayuda, es imposible que gane un candidato populista. —¿Entonces?
— Puede ganar un político moderado; puede ser el oficialismo o una figura de la oposición que aparezca en los próximos meses. En ambos casos, nos parece que la economía no sufriría ningún tipo de estrés financiero. Pero…. —Siempre hay un pero.
— El que gane, Mauricio Macri o quien sea, tendrá que hacer la reforma laboral y previsional que llevaría adelante Bolsonaro en Brasil; sin esas reformas no somos competitivos y no recibiremos inversiones.
—¿Bolsonaro nos estará salvando?
— Es el que acelerará nuestras reformas estructurales, si todo sale bien a ambos lados de la frontera. —¿Inversiones?
— Hasta junio los plazos fijos en pesos y bonos en pesos como el PR15 serán muy atractivos. En bonos en u$s una linda carterita combinada con AY24, AE27, DICA y AA37 nos parece muy buena. En acciones, hay que invertir una porción menor, pero Grupo Financiero Galicia, Pampa, YPF y Petrobras Brasil nos parecen una buena adopción. Si te sobra: Transener y Transportadora Gas del Sur son muy buenos papeles para el largo plazo.
—¿Qué me decís de la cosecha 2019?
— En trigo se cosecharon 19 millones de toneladas; lo que se ven- dió se vendió, el resto se guardó para vender a mediados de julio. En maíz vamos a un escenario de 42 millones de toneladas, será una buena campaña con mal precio. En soja, sucede algo peor: la campaña será de 52 millones de toneladas y muy mal precio. En todos los casos la producción será superior a 2018, pero no se acerca a una cosecha record. Por otro lado, el productor, con estos precios, tiene rentabilidad nula, porque los costos subieron notablemente. No habrá derrame como en otras oportunidades.
—En este escenario, 2019 no sería un año de crecimiento.
— Desde nuestro punto de vista no vemos crecimiento económico sustentable; será otro año de transición y van…
—¿Hasta cuándo?
— Hasta que se hagan las reformas estructurales, y ese debería ser el gran debate de la campaña presidencial.
La producción agrícola será superior a 2018, pero no se acerca a una cosecha record. Por otro lado, el productor, con estos precios, tiene rentabilidad nula, porque los costos subieron notablemente.