“Tenemos un Estado fofo e insaciable”
La presión impositiva real provoca las quejas de las empresas de todos los tamaños. “Todo lo que se paga en tributos retorna como servicios de baja calidad”, afirma el tributarista. Qué medidas debería implementar el Gobierno para un salto productivo. ¿Es
Para el tributarista Guillermo LoCane la presión impositiva real atrae las quejas de las empresas de todos los tamaños. “Todo lo que se paga en tributos retorna como servicios de baja calidad”, afirma. Qué medidas debería implementar el Gobierno para que se produzca un salto productivo.
El impositivo es, como tema, un terreno yermo. Un espacio árido de toda aridez. Cobra relevancia, sin embargo, cuando decidimos mirar un poco más allá del tributo en sí y buscamos los beneficios que deberían proveer, su esencial razón de ser. Cuesta, en esta Argentina de servicios estatales maltrechos y elevado gasto público, encontrarlos.
A esta altura del partido ya ni siquiera se plantea la necesidad de llevar adelante una reforma revolucionaria. El sector productivo se conformaría tan sólo con que se simplifique la maraña de trámites. La palabra clave es “facilitar”. Eso dice Guillermo LoCane, tributarista especializado en Pymes, y un convencido de que, si el Estado aflojara un poco la presión, el sector privado reac
“Los impuestos en la Argentina, además de caros, son complicados. En lugar de pensar en cambiar impuestos, debemos pensar en simplificar”.
cionaría saltando, como cuando se suelta un resorte.
FORTUNA: La pobreza en la Argentina supera largamente el 40%. ¿De qué nos habla esa cifra como país?
LOCANE: Nosotros buscamos siempre en los números alguna guía. Para 2021 tendremos una pobreza en torno al 50% (medida sin ayuda social), la inflación rondará también el 50%, y la presión fiscal real sobre los que pagan impuestos será del 50% entre Nación, provincias y el resto. No hay país viable con estos tres 50. Sumemos a eso la tragedia educativa por la cuarentena y el tema sanitario, que no fue exitoso. Pensaba si con todo eso tiene sentido hablar de impuestos. Son la base de una sociedad organizada, el sustento lógico que le dan los ciudadanos a sus instituciones para que los provea. Pero si el Estado provee pobreza, inflación, no me provee de moneda, ni de una educación medianamente aceptable, y el resultado sanitario es magro, realmente es difícil hablar de impuestos. Los impuestos aquí se han convertido en una carga expulsora de inversores. El sistema es una barrera para la inversión y el trabajo.
FORTUNA: El Estado no devuelve en servicios lo que el ciudadano paga en impuestos. ¿Puede generase un acto de rebelión fiscal?
LOCANE: La evasión genera la sensación de enfrentar al sistema de alguna manera. En las Pymes, los más indefensos ante el poderoso brazo del Estado, esto genera desesperanza y hastío. En la historia de los tributos ha habido enormes ejemplos de rebelión fiscal. El origen de los Estados Unidos y la Revolución Francesa lo fueron.
FORTUNA: ¿En la Argentina puede tomarse a la lucha contra las retenciones a la soja como un acto de rebeldía?
LOCANE: En mi libro, “Saturados de impuestos”, editado en 2016, tengo dos capítulos donde sostengo que en este corto tramo del siglo XXI la Argentina afrontó dos rebeliones fiscales: la de 2008, de los chacareros, con las retenciones; y las enormes huelgas generales de camioneros, petroleros y bancarios que eran alcanzados por el impuesto a las ganancias. El impuesto a las Ganancias no debería alcanzar a más de 700.000 personas, que son las de altas rentas. Pero la generalidad ha sido una exigencia muchas veces impuesta por el Fondo en sus distintas etapas para que hubiera más horizontalidad. El sistema es un mamarracho y no se sabe cómo enfrentar su razonamiento.
FORTUNA: ¿De qué nos habla el impuesto a la riqueza? ¿Nos interpela de alguna manera?
LOCANE: El título es bárbaro. ¿Quién se puede oponer a que los ricos paguen impuestos? Pero corriendo el velo propagandístico, donde lo presentan como bono solidario, pero es un impuesto, y dicen que será por una sola vez, pero probablemente continúe, hay que decir que el instrumento es defectuoso y traerá alta litigiosidad. Los ricos estarán en condiciones de afrontar acciones legales porque pueden pagar estudios jurídicos, así que los más perjudicados son los productores, empresarios de nivel medio que tal vez tengan un monto de capital de $ 200 millones puesto a trabajar. Tendrán que pagar y tal vez malvender bienes. Lo más grave que revela esto es la mentalidad de quienes nos gobiernan. Lo vinculo, además, con la pésima ley de teletrabajo, la pésima ley del conocimiento, una ley de alquileres que es anti propietarios, y la cantidad de declaraciones de los funcionarios referidos a que los empresarios son egoístas y especuladores. Estamos siendo gobernados por una secta y no se entiende hacia dónde nos quiere dirigir.
FORTUNA: La pandemia echó luz sobre muchos costados flacos de nuestra economía. Entre ellos la confirmación de la alta informalidad laboral.
LOCANE: Frente a la informalidad laboral tengo una postura que enfrenta a aquellos que pretenden una formalidad absoluta y que no vamos a lograr por mucho tiempo. Las normas que llevan a la formalidad absoluta invitan al no trabajo, a la no contratación de personal. La prohibición de despedir personal lleva a que esa persona, igualmente despedida, vaya
“Hay empresas que deben pagar 41 gravámenes entre Nación, la provincia y el municipio donde están ubicadas”.
“Los impuestos aquí se han convertido en una carga expulsora de inversores. Son una barrera para la inversión y el trabajo”.
al mercado informal. Creo que el mercado informal, el mini Pyme, Pyme, toma a esa informalidad como un instrumento de defensa frente a un Estado todo poderoso que se nutre de recursos metiéndole la mano en el bolsillo.
FORTUNA: ¿Es viable encarar un proyecto de reforma impositiva a la baja en un contexto de déficit?
LOCANE: La primera reforma fue la de Carlos Pellegrini en la crisis de 1890, creando los impuestos internos. Se aplican ahora a los autos, celulares y artículos de lujo. Hasta ese momento el único recurso era la Aduana. En la crisis del ‘30 nació el impuesto a réditos y a las ventas, que se cambia por el IVA. Luego vino el impuesto al trabajo, los aportes patronales. El esquema es parecido al del resto del mundo, pero nosotros hacemos un abuso de estos instrumentos. El federalismo para algunos es positivo, pero desde el punto de vista tributario es una tragedia. La Nación y las provincias tienen derechos a cobrar, y en los últimos años los municipios agregaron la tasa de seguridad higiene, un costo tributario más. Así llegamos a esta presión insostenible, con 160 impuestos de distintas categorías. ¿Esto generó un mayor bienestar? Evidentemente no. Con Alfonsín la presión fiscal era del 14% del PBI, y recurrieron a la hiper emisión que desembocó en la hiperinflación. El Gobierno de Menem llevó esa presión tributaria a casi el 20%. No era inmanejable y nadie se quejaba por los impuestos. Pero luego Néstor Kirchner y Cristina, y ahora Alberto
Fernández, elevaron la presión a niveles insostenibles. El doble de principios de siglo. ¿Tenemos un Estado que es el doble de mejor en sus servicios? No. Tenemos un estado fofo e insaciable. La pregunta es si los gobernantes están en condiciones de enfrentar ese cambio que hace falta.
FORTUNA: ¿Hay algún dirigente que lo seduzca políticamente, al que vea con la capacidad de llevar adelante las reformas?
LOCANE: En la provincia de Buenos Aires yo tenía mucha esperanza puesta en María Eugenia Vidal y en Sergio Massa. Sobre todo, por ser jóvenes y ser dirigentes nuevos. Por no ser fanáticos ideológicos y ser capaces de lograr una alta adhesión.
FORTUNA: Cuando se habla de impuestos en la Argentina, es recurrente aquello de que no hay que aumentarlos sino incrementar la base tributaria. La pregunta es cómo se hace.
LOCANE: Yo opto por retirar la palabra aumentar cuando hablo
“El impuesto a las Ganancias no debería alcanzar a más de 700.000 personas, que son las de altas rentas”.
de impuestos. Ni aumentar la base ni aumentar la tasa. Hoy en día la palabra que me viene a la mente cuando se analiza esto es facilitar. Los impuestos en la Argentina, además de caros, son complicados. Hay una cantidad de organismos de control, normas que piden pagos a cuenta, retenciones, percepciones, cobran movimientos de cuenta corriente, cobran cuando entra la mercadería en alguna provincia. En lugar de pensar en cambiar impuestos, debemos pensar en simplificar, que no haya duplicación de tributos, que no se descargue sobre el producto final una alta carga impositiva. Esa es la reforma pendiente. No de impuestos sino de administración tributaria. Las Pymes piden a gritos que le simplifiquen los trámites.
FORTUNA: ¿Realmente, si se redujera la presión impositiva se dispararía la actividad productiva y comercial?
LOCANE: Totalmente. Suelo decir que en la Argentina no hay crisis, hay malas políticas. Crisis es cuando fabricabas carruajes y alguien inventó el auto, entonces ahí estás en una crisis. Pero si tu producto tiene mercado, hay que saber organizarse para producirlo, venderlo y cobrarlo. En este año tan patético se han caído miles, pero miles se mantuvieron. La mano tiene que venir de la AFIP. Sería mas importante que hubiera en cada municipio un organismo dedicado a tocarle la puerta a la Pyme que cerró. La Nación no baja a esos niveles, no conoce quién es el fabricante que tuvo que cerrar.
FORTUNA: Como contracara de aquella frase de Evita de que donde hay una necesidad nace un derecho, se alza también la lógica de que los derechos deben ser financiados. ¿Se ha expandido el Estado en garantizar derechos sin tener los recursos suficientes?
LOCANE: La más reciente empresa que se creó en el país se llama Nodio. Es la Pyme más grande y la dirige Miriam Lewin. Funciona en el ámbito de la Defensoría del Público, creada por la ley 26.522, cuenta para su funcionamiento con el 5% de la totalidad de los recursos que la radio y televisión privada aportan con sus impuestos al Tesoro Nacional. El organismo llegó a contar con más de 100 empleados en su plantilla y un presupuesto anual de 180 millones de pesos.
“Frente a la informalidad laboral, tengo una postura contraria a aquéllos que pretenden una formalidad absoluta”.
“En la Argentina no hay crisis, hay malas políticas. En este año se han caído miles, pero miles también se mantuvieron”.