Ramiro Castiñeira
Ya sin dólares al BCRA llegaron los bonos
Cuando la crisis cambiaria parecía que había llegado al punto de no retorno y el dólar paralelo se encaminaba a los $200, el Gobierno pudo revertir la situación y logró que el precio del dólar retorne a una brecha del 80%, después de superar holgadamente el 100%.
La estrategia que adoptó el Gobierno para controlar el dólar ya sin reservas propias en el BCRA, fue una masiva venta de bonos de todas las formas, tipos y colores, para que el exceso de pesos que en el mercado ya no encuentran dólares, ahora encuentren bonos.
Hablamos que sólo en Octubre el Gobierno vendió nuevos bonos por el equivalente a u$s .000 millones, además que BCRA y posiblemente ANSES se desprendieron de no menos u$s 1.000 millones a precio de ganga.
La oferta fue irresistible para el mercado. El Gobierno vendió bonos atados a la suerte del tipo de cambio oficial en momentos que la brecha ya era superior al 100% y el BCRA ya no tiene reservas propias.
Por su parte, el BCRA liquidó parte de su cartera de bonos. Vendió bonos del Gobierno Nacional (AL30) un 50% off. Es decir, vende 2 dólares a futuro, a precio de uno. Incluso existieron operaciones donde vendió 3 dólares de deuda, por un 1 dólar hoy. Sobre ello se suma que el BCRA vendió dólar futuro, y ya acumula posiciones abiertas por más de u$s 7.000 millones.
Con toda esta venta de bonos en forma masiva, el Gobierno absorbió pesos del mercado por cerca de $ 600 mil millones, monto equivalente a un trimestre de déficit fiscal. Parte del exceso de pesos se transformó en exceso de bonos, lo que redujo el precio de los mismos disparando la tasa de interés (17% en dólares) y por tanto el riesgo país. Pero la misión estaba cumplida: bajó el dólar.
El tsunami de pesos que se transformó en tsunami de bonos para secar algo la plaza, llegó con la promesa de apagar por un tiempo la maquinita y bajar a mayor ritmo el déficit fiscal en 2021. Si bien desde el dicho al hecho hay una distancia importante, es un discurso que no se escuchaba hace meses.
El déficit fiscal este año cerrará en casi 9% del PBI (7% primario + 2% de intereses), lo que implica un incremento del déficit de 5% del PBI durante el año de pandemia. En el presupuesto para el año entrante el Gobierno se comprometió a bajarlo en 3% del PBI, hasta un total de 6,0% del PBI (4,5% primario +1,5% intereses).
Para ello, el presupuesto indica que eliminará por completo todo el gasto que el Gobierno incurrió por el Covid19, sin mayor ajuste en otros rubros del gasto público.
Ni el déficit que se promete ni los supuestos para llegar al mismo (el presupuesto supone 29% de inflación para 2021) logró convencer al mercado, disparando la crisis de expectativas que disparaba el dólar. Fue ahí que el Gobierno renovó la estrategia y prometió reducir más el déficit, apagar la maquinita por un tiempo, colocar más deuda y tener un nuevo acuerdo con el FMI.
El tsunami de pesos que se transformó en tsunami de bonos para secar algo la plaza llegó con la promesa de apagar por un tiempo la maquinita y bajar a mayor ritmo el déficit fiscal en 2021.