EN LA BUENA SENDA
Junto a la reestructuración de deuda hay convergencia fiscal (crece la recaudación y cierra la brecha), los precios de las materias primas altos y repunte de actividad con todo lo cual Argentina tiene chances en 2021 de un “Turn Around”. Para los Private Equity Fund que llaman para invertir en empresas de capital cerrado, el consenso es que no piensan desperdiciar la oportunidad.
No existen retrasos en la negociación con el FMI, los tiempos son parte de la negociación. Esta administración no va a implementar compromisos con liviandad. Déficit cero es inviable, pero en 2021 se va a reducir a menos de la mitad que en 2020. Ningún país está encarando un ajuste fiscal en medio de la pandemia. La monetización de los déficits fue resultado de diciembre 2019, un país con escasas reservas, en default y sin crédito internacional.
La previsión de inflación del Gobierno para 2021 es 29%. Las estimaciones del consenso de economistas que jamás acierta es 45%. ¿Deberíamos creerles, en base a sus yerros? No lo sabemos, no es científico formular pronósticos de inflación, como lo demostró el Doctor Sturzenegger. La formulación de políticas erráticas en 2015-2019, en medio de una lista de rarezas, como esterilizar moneda a tasas altísimas y expandir el gasto al mismo tiempo, fue una confrontación con el propio sentido común de 2016-2018. Aumentos de 3.000% de tarifas y otros servicios. Todo eso no vuelve a suceder. El crawling peg del dólar se va a desacelerar convergiendo con una inflación más baja que la de febrero. se dan desde cuáles son las pautas de un programa monetario, fiscal, de financiamiento para el sector público a una forma de mostrar como Argentina tiene o aprovecha posibilidad de crecimiento importante”.
Tiscornia señala que “para bajar la inflación en forma definitiva tiene que haber una política macro consistente sostenida durante mucho tiempo. Por ello, el primer requisito es lograr apoyo político amplio para esa política, de modo de que no se vea alterada con cada cambio de gobierno. En segundo lugar, se requiere la eliminación del grueso del control de cambios y un Banco Central trabajando como en un régimen de metas de inflación, pero con amplia libertad para elegir los instrumentos os que usará. Hay que trabajar jar en negociaciones salaariales que incorporen esta pauta inflacionaria”.
Siaba Serrate señala que “evitar el financiamiento del déficit fiscal a través de la emisión monetaria es s condición necesaria, pero ero no suficiente. Hay que atacar la razón de fondo, que es justamente ordenar las cuentas públicas”.
Zuchovicki enumera: “1. Bajar el déficit fiscal. 2. Trabajo a 10 años, con metas claras y transparentes a la sociedad. Fomentar la inversión para incentivar la oferta de bienes y servicios. Fácil de escribir, difícil de instrumentar sin la convicción política de hacerlo”.
Spotorno señala que “no hay forma de frenar la inflación si las cuentas públicas no están equilibradas. Así que lo primero es equilibrar el Estado. Luego hay que dejar de emitir y agregaría que estabilizar el mercado de cambios serviría. Finalmente eliminar todas las medidas de represión financiera como control de cambios y regulaciones sobre tasas y esas cosas.
Belgrano indica que, “si con las política políticas tradicionales no hem hemos tenido resultados pos positivos, buscaría altern nativas en función de l la realidad histórica/ s social/económica de la Argentina. No hay u una medida aislada y ú única que solucione el tr trastorno macroeconómi mico”.
Pa Para Rubinstein la solución pas pasa por “un sendero de ajuste fiscal claro hasta llegar a un superávit fiscal primario estructural del orden del 3% del PIB. Reafirmar una política de tipo de cambio real alto, mercado cambiario único, fijar un esquema claro de tarifas. Y en función de todo esto, fijar metas de inflación compatibles. Y una vez hecho esto, hacer que los salarios se ajusten en función de las metas aprobadas (en la práctica implicará lenta recomposición del salario real)”.
La inflación en febrero en la región