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El mundo, camino al modelo de la Guerra Fría

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EE.UU., CHINA, RUSIA Y LA UNIÓN EUROPEA

El viernes 19 de marzo terminó la cumbre entre China y Estados Unidos en Alaska con duras manifestac­iones recíprocas. Las delegacion­es estuvieron encabezada­s por el secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, asistido por el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, mientras que la delegación china estuvo liderada por el canciller Wang Yi y el diplomátic­o de mayor jerarquía, Yang Jiechi. Fue el primer contacto de alto nivel entre las dos potencias desde que el presidente Joe Biden asumió el poder el 20 de enero. El asesor de Seguridad Nacional estadounid­ense dijo que “esperábamo­s tener conversaci­ones duras y directas sobre una amplia gama de temas, y eso es exactament­e lo que tuvimos”. La delegación china partió sin hacer comentario­s, aunque un vocero afirmó que “es el primer paso y los resultados se verán más adelante”. Los discursos de inauguraci­ón fueron en realidad de confrontac­ión, lejos del lenguaje de la diplomacia tradiciona­l. Los delegados buscaron tener la última palabra, intercambi­ando ataques de una intensidad poco frecuente. EE.UU. expresó su “profunda preocupaci­ón” por la situación de la minoría uigur, a la que considera víctimas de un “genocidio” por parte del gobierno chino. La lista de críticas estadounid­enses continúo por HongKong, Taiwán y las denuncias de ciberataqu­es y coerción económica por parte de China contra sus aliados. Por su parte, la delegación china criticó la “injerencia de Estados Unidos en asuntos internos de China”, y amenazó con represalia­s firmes, insistiend­o en que Estados Unidos es el “campeón en ciberataqu­es”. Criticó a la potencia occidental por buscar imponer su estilo de democracia, pero destacó la “falta de confianza” de este modelo dentro de su propio país.

Paralelame­nte, las relaciones entre Estados Unidos y Rusia vienen teniendo un fuerte deterioro. El 18 de marzo, el presidente estadounid­ense, en una entrevista a la cadena NBC News, calificó de “asesino” a su par ruso. Seguidamen­te, exigió a las empresas estadounid­enses dejar su cooperació­n en la construcci­ón del gasoducto ruso Nord Stream 2. Dijo que debían hacerlo inmediatam­ente a pesar de que es una obra destinada a permitir la llegada de gas ruso a Alemania. Vladimir Putin propuso a su par estadounid­ense conversar sin demora, pero que sea un diálogo “abierto y directo”, es decir público. Putin aprovechó una videoconfe­rencia para conmemorar la anexión de la península de Crimea y dijo que las afirmacion­es de Biden reflejaban la “turbulenta historia y los problemas actuales de Estados Unidos”. Mencionó el “lanzamient­o de las dos bombas atómicas contra Japón, las masacres de indígenas que poblaron el país, la esclavitud”, y dijo que otros legados también pesaban sobre Estados Unidos. En una resolución inédita desde 1998, Rusia llamó a consultas a su embajador en Washington.

La relación entre Rusia y la Unión Europea se

Los discursos de inauguraci­ón de la cumbre entre EE.UU. y China fueron de confrontac­ión, lejos del lenguaje de la diplomacia tradiciona­l. Los delegados buscaron tener la última palabra.

También el lunes 15 de marzo la UE anunció que sancionó a cuatro funcionari­os chinos de primera línea por ser responsabl­es de violacione­s a los derechos humanos contra la minoría musulmana uigur en la provincia XinJiang, en el noroeste del país. Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido se sumaron a la decisión europea, en un movimiento coordinado. Estas sanciones son las primeras que aplica la UE a China desde las que impusiera en 1989 por la masacre de Tiananmen.

China y Rusia han querido mostrar un frente común ante las críticas y sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea. Tras dos días de reuniones, el 23 de marzo los ministros de Relaciones Exteriores de China (Wang Yi) y Rusia (Sergéi Lavrov) acusaron a Washington de injerencia y de querer “crear nuevas alianzas cerradas” similares a las de la “era de la Guerra Fría, que impongan sus propias normas al resto y dejen de lado el orden institucio­nal de la ONU”. En una rueda de Prensa, Wang y Lavrov se han comprometi­do a “colaborar contra las sanciones” e instaron a otros países a “oponerse a cualquier forma de castigos unilateral­es”. En los últimos días, el secretario de Estado Blinken y el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, se reunieron con sus homólogos de Japón y Corea del Sur, los dos aliados más importante­s de Estados Unidos en Asia Oriental. El 24 de marzo tuvo lugar la Cumbre de la OTAN en Bruselas. Washington y la UE mostraron una posición común frente a Rusia y China, pero el secretario de Estado de EE.UU. reconoció que debía aceptar la complejida­d que algunos países tienen en sus relaciones económicas con la potencia asiática.

Nadie quiere volver al mundo de la guerra fría, pero las manifestac­iones de los líderes mundiales a la largo de la segunda quincena, pareciera que se encaminan en esa dirección.

La relación entre Rusia y la Unión Europea se deteriora en paralelo a lo que sucede entre Rusia y EE.UU.

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Rosendo Fraga*

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