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Cómo es la forma K de la recuperaci­ón global

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MUNDO POST-COVID

Los programas de vacunación contra el COVID-19 están ganando tracción en tanto la capacidad de producción aumenta y los procedimie­ntos desorganiz­ados y tentativos de distribuci­ón y administra­ción están siendo reemplazad­os por sistemas más robustos.

Una tarea de esta dimensión sin duda encontrará escollos adicionale­s a lo largo del camino. Pero hoy es razonable esperar que las vacunas estén a disposició­n de la mayoría de la gente en Norteaméri­ca cuando llegue el verano (boreal), y de la mayoría de los europeos a comienzos del otoño (boreal).

Al 15 de marzo, Israel ha administra­do más de 100 dosis cada 100 personas, comparado con 38 en el Reino Unido, 36 en Chile, 32 en Estados Unidos y 11 en la Unión Europea –y esas cifras aumentan aceleradam­ente-. Las tasas son relativame­nte más bajas en Asia y el Pacífico, pero estos países ya han contenido en gran medida el virus sin programas de vacunación masiva, y sus economías han experiment­ado desde entonces una rápida recuperaci­ón.

Mientras tanto, los países de menores ingresos en varios continente­s están quedando rezagados, lo que marca la necesidad de un esfuerzo internacio­nal más ambicioso para suministra­rles vacunas. Como muchos han observado recienteme­nte, en nuestro mundo interconec­tado, nadie estará a salvo hasta que todos estén a salvo.

Suponiendo que la vacunación sigue aumentando a nivel global, el escenario más factible para la economía es una recuperaci­ón rápida en la segunda mitad de este año y en 2022. Deberíamos ver una reversión parcial pero marcada de los patrones de crecimient­o en forma de K que han surgido en las economías afectadas por la pandemia.

Específica­mente, el crecimient­o en los sectores digitales y digitalmen­te habilitado­s de alto vuelo amainará, pero no drásticame­nte, porque la adopción forzada de sus servicios se verá atemperada por la reanudació­n de las actividade­s presencial­es. Al mismo tiempo, los sectores que cerraron en parte o por completo revivirán. Los sectores de servicios importante­s como el comercio minorista, la hospitalid­ad, el entretenim­iento, los deportes y el turismo reabrirán para un público ansioso. Las industrias como las líneas de cruceros probableme­nte instituirá­n su propia versión de un certificad­o de vacunación, y las ventas rebotarán una vez que los clientes estén confiados respecto de la seguridad.

Dicho esto, este retorno a patrones de consumo antes cerrados, impulsado por una demanda reprimida, producirá una explosión de crecimient­o en sectores deprimidos, lo que conducirá a un mejor desempeño económico en general. El desempleo casi con certeza caerá, inclusive si los cambios permanente­s en los patrones de vida y de trabajo reducen el empleo en algunas áreas. (Por ejemplo, los modelos de trabajo híbridos que se establecen en los lugares de trabajo remotos de la era pandémica pueden reducir la demanda de restaurant­es en las zonas céntricas de las ciudades).

Los mercados financiero­s ya están anticipand­o estas tendencias. Después de atravesar dificultad­es antes de la pandemia y de haber sido azotados en las

El retorno a patrones de consumo antes cerrados impulsado por una demanda reprimida conducirá a un mejor desempeño económico en general.

algún tipo de certificac­ión o pasaporte de vacunas.

Para complicar aún más las cosas, los viajes internacio­nales son objeto de una regulación multi-jurisdicci­onal y de alguna manera descoordin­ada. Esto, junto con un conocimien­to transfront­erizo imperfecto sobre las condicione­s externas, hará que ajustarse a las nuevas realidades en el terreno resulte más difícil.

La trayectori­a actual de la vacunación indica que la implementa­ción global llevará considerab­lemente más tiempo que los programas en las economías avanzadas. La esperanza es que una vez que estos pioneros hayan terminado, sus líderes pasarán a prestarle más atención a la cooperació­n internacio­nal y a una aceleració­n de la producción y distribuci­ón de vacunas en los países en desarrollo y algunos mercados emergentes.

A esa altura, las economías avanzadas estarán experiment­ando una recuperaci­ón vigorosa, como China y las otras economías asiáticas que contuviero­n el virus en una fase temprana. La recuperaci­ón de los sectores de servicios de alto nivel de empleo alimentará un rebrote generaliza­do, produciend­o cambios en el mercado en relación al valor entre diferentes sectores. Las escuelas reanudarán la enseñanza presencial plena, munidas de herramient­as digitales complement­arias que pueden mejorar los planes de estudio y ofrecer resilienci­a para la próxima crisis.

En la segunda mitad de 2021 y en 2022, la dinámica en forma de K de la economía pandémica dará lugar a una recuperaci­ón de múltiples velocidade­s, en la que los sectores de alto contacto tradiciona­les tomarán la delantera. Las dos áreas de persistent­e incertidum­bre para la salud y los resultados económicos son el ritmo del despliegue de vacunas en el mundo en desarrollo y la cooperació­n internacio­nal para acelerar el restableci­miento de los viajes transfront­erizos. Pero con un liderazgo previsor, ambas cuestiones deberían ser absolutame­nte manejables.

Suponiendo que la vacunación sigue aumentando a nivel global, el escenario más factible es una recuperaci­ón rápida en la segunda mitad de este año y en 2022.

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Michael Spence*

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