La gran marcha
Al otro día de la masacre de Senkata, miles de ciudadanos se trasladaron desde diferentes puntos del país hasta El Alto, para caminar hacia La Paz junto a los familiares y los cuerpos de las víctimas. Tras avanzar hasta la capital boliviana durante casi seis horas y bajo un sol impiadoso, la policía y el ejército reprimieron con gases lacrimógenos, camiones hidrantes y postas de goma, hasta que los féretros quedaron tirados en el suelo.