EFECTOS DEL BULLYING A LARGO PLAZO
El acoso escolar deja una huella en la dignidad de la persona. Daña su autoestima, que es la forma en que nos vemos a nosotros mismos. Si los chicos no desarrollan una estima sana tendrán mayores dificultades en superar sus miedos, no confiarán en sus capacidades para superar conflictos y esto incidirá en las decisiones que tomen como adultos, porque estarán en sintonía con la configuración que tengan de sí mismos. Sirva el ejemplo del jefe de una empresa multinacional que abandonaba las reuniones laborales pero dejaba su celular grabando, para escuchar las conversaciones de sus empleados, los que en algún momento, de acuerdo a su autopercepción, se iban a dar cuenta de que su nombramiento y posicionamiento en la empresa no era merecido. Hasta allí, y aún más allá, la idea que tengamos de nosotros mismos puede jugar un rol preponderante en nuestras vidas.
Éste es el motivo por el cual la escuela no se puede centrar sólo en adquirir conocimientos de tipo académico: la educación emocional debe ser transversal. La adquisición de habilidades sociales es competencia no sólo de niños, sino también de adultos. ¿En cuántas oportunidades nos encontramos teniendo que lidiar con situaciones como una discusión laboral, de pareja, necesitando pedir un favor, sin encontrar la forma de hacerlo? Las habilidades sociales no son sólo algo que poseemos o no, sino que es posible adquirirlas y entrenarlas.
Estoy convencida de que la adquisición de competencias emocionales como la empatía, entendida como la habilidad cognitiva y emocional de ponernos en la situación del otro, combinada con la educación en valores como el respeto, es el final del flagelo del bullying.