MÁS GRANDE, NO MÁS VIEJO
Mientras estuvo en París como presidente del jurado de My French Film Festival, el cineasta argentino Pablo Trapero habló acerca de sus nuevos proyectos en inglés y de cómo trata de soltar el control total, pero sin perder la capacidad de sorprenderse.
En un salón privado del restaurante parisino La Fontaine Gaillon (propiedad de Gérard Depardieu), el debate es animado. El cineasta francés Bertrand Bonello ( Nocturama, Saint Laurent) y el israelí Shlomi Elkabetz ( Gett: El divorcio de Viviane Amsalem), entre otros asistentes, argumentan apasionadamente sus puntos de vista, intentan convencer a los demás, se obstinan, se entusiasman. Este es el jurado de My French Film Festival, un evento en línea que durante un mes llevó el cine francés a todos los rincones del mundo.
Presidiendo el grupo, el argentino Pablo Trapero, ya fogueado en jurados de festivales como Venecia, Cannes y San Sebastián, busca una solución, importando poco lo que demore. El autor de El clan, Carancho y Leonera está visiblemente agotado, pero satisfecho. Guionista, director y productor (a través de Matanza Cine, fundada junto a la productora y actriz Martina Gusmán, también su esposa y madre de sus dos hijos), este veterano del “nuevo cine argentino” es un control freak confeso que no se va a tomar la tarea a la ligera.
Tiene 45 años y dos décadas en el cine, y a estas alturas de su carrera, asegura estar soltando un poco. Prueba de ello ha sido el integrarse como director en proyectos iniciados y liderados por otros, en particular en lo que serán sus primeras películas en Hollywood –y en inglés–. Aunque ya se habían anunciado The
Man in the Rockefeller Suit y Six Suspects