EL NOSTÁLGICO NEOYORQUINO
En pleno corazón de Times Square, un edificio lleno de historia se erige como el lugar perfecto para descubrir la “Gran Manzana”.
Quienes han visitado Manhattan saben lo que significa adentrarse en Times Square: anuncios luminosos tapizando cada centímetro, cientos de personas yendo de un lado a otro, vendedores, puestos ambulantes, turistas, tiendas de todo tipo, almas emergiendo de las estaciones de metro… En pocas palabras, se trata de un espectáculo apabullante que hipnotiza. Sin embargo, en el centro de esta vorágine de sensaciones y emociones, en pleno corazón del Midtown, The Algonquin Hotel se alza como el espacio perfecto de descanso y el punto de partida ideal para descubrir cada uno de los rincones de la espectacular ciudad de Nueva York.
Fundado en 1902, este inmueble alberga un sinfín de historias: en sus habitaciones no sólo se hospedaron algunas de las más grandes estrellas del Hollywood de principios del siglo XX, como John Barrymore o Maya Angelou, sino que durante los años 20, los más importantes literatos, artistas, críticos y la élite teatral lo convirtieron en su punto de reunión, algo conocido como The Algonquin Round Table. Casi un siglo más tarde, y con el respaldo de The Autograph Collection de Marriott, este icónico lugar sufrió una remodelación que le brindó un aire moderno, consiguiendo de esta manera que el pasado y el presente se fundieran para otorgar a los huéspedes la mejor experiencia.
Son 181 cuartos los que dan vida a The Algonquin Hotel, destacando de entre ellos las 25 suites (la leyenda dice que en una de éstas Alan Jay Lerner y Frederick Loewe compusieron My Fair Lady). Entre las amenidades que ofrece a los visitantes, se encuentra The Blue Bar cuyas puertas fueron abiertas al público justo al término de la Época de la Prohibición, en 1933, convirtiéndose desde entonces en un testigo silente de la historia neoyorquina. Por su parte, The Round Table Restaurant cuenta con una carta protagonizada por platillos que rinden homenaje a la cocina estadounidense.
Sin duda, The Algonquin Hotel es un gran lugar para hospedarte si quieres entrar en contacto directo con el pasado y la actualidad de la célebre “ciudad que nunca duerme”.