interior
Por dentro, los cristales cumplen la doble función de pantallas de entretenimiento y es posible configurarlas con el fin de que las imágenes se desplieguen alrededor del habitáculo o, bien, que se concentren en el parabrisas, del modo convencional. Los ocupantes pueden recurrir a comandos gestuales y activación de voz para cambiar de fuente de entretenimiento, seleccionar lo que quieren hacer, enviar emails o subir fotos a Instagram por medio de “ondas de pensamiento”. Los asientos se reacomodan para imitar una sala de estar, de modo que los pasajeros convivan frente a frente. El sistema operativo del vehículo va aprendiendo los estados de ánimo del conductor, la música que le gusta y sus preferencias en cuanto a información, y, además, le ofrece conectividad total hacia el mundo exterior. El auto y el conductor están en comunicación constante, pero el vehículo sólo brindará consejos y advertencias, y evitará discutir. Se pueden seleccionar distintas voces, ¿qué tal Tom Hiddleston o Rosamund Pike? La cabina está decorada con textiles fabricados por medios sustentables; si bien la piel tradicional continúa siendo una opción favorita, y si así se especifica, puede extenderse hasta los paneles laterales. Es importante visualizar este auto como el siguiente gran paso hacia lo “hiperanálogo” porque la gente sigue queriendo tocar y sentir las cosas físicamente. Lo único que nos faltó fue una tornamesa para escuchar discos de vinilo.