Aníbal Tafur
Las grandes construcciones han sido una constante en la vida del ingeniero civil Aníbal Tafur. Desde su infancia, acompañaba a su padre, también ingeniero, a las obras en las que trabajaba. La Pontificia Universidad Católica del Perú es el lugar donde se gradúo. Mientras cursaba sus estudios, la idea de expandir sus conocimientos en el extranjero se apoderó de él. Durante los últimos semestres de la carrera, todos los estudiantes deben inclinarse por una de las distintas ramas que de ésta se derivan. “Fue la mezcla entre ciencias lo que me hizo decantarme por la ingeniería estructural”. El análisis y diseño de la parte estructural en obras como edificios, puentes, muros y túneles, es la parte primordial de la rama escogida por el oriundo de la ciudad de Chachapoyas. Una vez graduado, se enfocó en concretar su aventura en el extranjero para cursar la Maestría en Ingeniería Estructural en la Universidad de Mánchester, una de las instituciones más respetadas en el mundo. Para iniciar la travesía que lo llevaría al Reino Unido, Aníbal aún necesitaba el impulso que le permitiera dar ese salto académico. En esa búsqueda fue como se enteró de la existencia de la beca Presidente de la República, que otorga el Ministerio de Educación del Perú por medio del PRONABEC (Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo). Después de completar todos los procesos necesarios, Aníbal arribó a la ciudad británica en agosto de 2015 , y casi de manera inmediata, quedó encantado con los métodos de enseñanza y evaluación impartidos en su nueva casa de estudios. “Una de las diferencias más grandes era el modo de evaluar a los estudiantes. Allá, los trabajos que se hacen en el aula y en la casa durante los cursos tienen una importancia mayor a las evaluaciones que se realizan al final del semestre”. Fue precisamente un suceso real, el temblor ocurrido en la ciudad de Pisco, Perú, en 2007, y los daños que causó en diversas estructuras, algunas de ellas construidas hace más de cuatro décadas, lo que motivó la tesis que Tafur desarrolló a lo largo de su estancia en Europa. En su investigación, el objeto de estudio se enfocó en el daño que sufrió el puente Huamaní, que se encuentra cerca de
Pisco. Este emblema tiene poco más de 60 años de haber sido edificado, por lo que las medidas para reducir posibles afectaciones durante un sismo son totalmente obsoletas. Tras varios análisis y simulaciones, quedó demostrado que al sustituir los apoyos metálicos del puente por unos más modernos fabricados a base de caucho llamados aisladores elastoméricos, el impacto causado por un sismo puede reducirse hasta en 75%. Aníbal se graduó con honores y fue nominado y finalista del reconocimiento Logro Distinguido, en la misma institución. En diciembre del año pasado, retornó a Perú, donde actualmente imparte clases en la Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza de Amazonas, y también ha presentado en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones su trabajo para poder convertir en realidad el reforzamiento estructural de varias vías de comunicación a lo largo y ancho de su país natal.