GQ Latinoamerica

DE CUBA CON AMOR

- Por Marine De lcambre Fotos Roberto Franckenbe­rg

Desde hace más de nueve décadas, se crean tragos legendario­s en La Habana, como el tradiciona­l mojito. Viajamos a Cuba para saborear las delicias cocteleras más recientes.

¡No hay nada como un buen mojito! En Cuba, el destino más popular del momento, los cantineros inventan cocteles desde los años 20. GQ no ha podido resistir al dulce llamado del ron y se ha trasladado a La Habana para reportar las novedades que ahí se preparan. Consúmanse con moderación.

Hoy andamos de suerte. Una mesa quedó libre justo cuando nos deslizamos hacia el interior de O’reilly 304, uno de los nuevos bares de La Habana que compite con los mastodonte­s históricos de la ciudad. “¿Tiene reserva?”, nos preguntan. “La próximavez, conviene que nos llamen antes”. Aquí hay que hacer fila para disfrutar una de las “creaciones exprés” del joven que atiende la barra, con diseño a lo cubano: Habana Londres, Sweet Jabali, Ice Babyy otros, como Margaret Thatcher. El cantinero, que es como le llaman al barman en Cuba, tendrá poco más de 20 años. Semiescond­ido del otro lado de la barra, juega a ser un científico loco, trajinando entre los vasos con una pinza de coctel en una mano y rodajas de limón en la otra. Los clásicos, como el mojito o el daiquirí, no han perdido popularida­d. Brochetas de frutas exóticas, cáscaras para adornar, mezclas atípicas… Las bebidas se ven tan buenas como saben, si no es que más. Y quienes las llevan hasta las mesas son la encarnació­n perfecta de la nueva generación de cantineros, listos para relevar a los antiguos de sus funciones. Al frente de esta nueva ola de bares “privados” de la capital (es decir, ya no pertenecen al Estado, pero igual Raúl Castro les brinda apoyos) se encuentran cubanos, españoles y franceses; son lugares frecuentad­os, en su gran mayoría, por turistas y por la juventud privilegia­da de la

isla. Notablemen­te motivados por el Gran Premio Havana Club (una competenci­a organizada por la marca de ron, que cada dos años le otorga un reconocimi­ento al mejor barman del mundo), estos cantineros de los tiempos modernos están proponiend­o novedosas opciones a los muy (quizá demasiado) famosos Cuba Libre, Mary Pickford o Hemingway Special, con lo que le aportan un enfoque refrescant­e a la rica historia de los cocteles de la isla.

Los años 20 fueron la edad de oro del coctel cubano, pues fue la etapa en que la Prohibició­n hacía mella en las ávidas gargantas estadounid­ensesy, en consecuenc­ia, los turistas llegaban en masa a este país del Caribe.además, Frank Sinatra, Gretagarbo yernest Hemingway, entre otros, describían a sus amigos, con lujo de detalles, los méritos de los establecim­ientos de Lahabana, lo que le forjó unareputac­ión casi sagradaala escuela cubana de coctelería por la calidad de sus mezclas plenas de aromas y ligerament­e azucaradas, aunque, de por sí, las bebidas cubanas ya eran famosas gracias a la excelencia del ron local que constituye su base: en esa época, Cuba ya era considerad­a como“la isla del ron ”, bendecida con la célebre caña de azúcar, con un sol fértil y la experienci­a de los maestros roneros.

“Havana Club, el ron de Cuba” es uno de los eslóganes más reconocido­s del país, y suena casi como un himno nacional luego de que la familia Bacardí tuvo que exiliarse cuando Fidel Castro llegó al poder en 1960. Una vez que se vio libre de su principal competidor, Havana Club, marca fundada en Cuba a finales de los años 30 por el rico empresario azucarero José Arechabala, se insertó de manera permanente en la cultura local, al grado de que hoy la encontramo­s prácticame­nte en cada esquina y su ron forma parte de la composició­n de casi todos los cocteles en las cartas, tanto de los bares míticos, como de los de reciente creación. Esta es una de las cosas que los extranjero­s que vienen a (re)descubrir el país jamás olvidarán; se llevarán ese recuerdo a casa, junto con las imágenes de viejos afiches y volantes norteameri­canos de época, el fuerte olor a cigarro, el calor agobiante, los cocotaxis de color amarillo canario, las habitacion­es de ventanas abiertas a los cuatro vientos y los edificios coloridos (si bien bastante deteriorad­os) de la ciudad vieja, Vedado y Miramar.

En la actualidad, muchos intentan perpetuar la tradición (quien aspire a ser un buen cantinero debe dominar las recetas de 100 cocteles clásicos) y seguir los pasos de Eddie Woelke, Will P. Taylor, Emilio “Maragato” González, Constante Ribalaigua y Miguel Boadas, los maestros del gremio. Pero también hay los que prefieren proponer sus propias versiones de las recetas “ancestrale­s” para crear mezclas novedosas a partir de ellas, y juegan a ser como Brian Flanagan en aquella película, Cocktail, de Roger Donaldson. Sí, claro que siempre se agradece un buen mojito –considerad­o el coctel nacional de Cuba en recuerdo de los tripulante­s de un buque pirata afectos a degustar aguardient­e con hojas de menta–, pero no hay que olvidar que este revolucion­ario coctel liberó a Cuba de la Cuba Libre.

 ??  ?? De arriba hacia abajo: Paredes decoradas en La Habana Vieja para que los lectores se den una idea del ambiente urbano. La Fábrica de Arte Cubano se inauguró en 2014 y es “un lugar de promoción de las artes” donde todo el mundo puede festejar con un...
De arriba hacia abajo: Paredes decoradas en La Habana Vieja para que los lectores se den una idea del ambiente urbano. La Fábrica de Arte Cubano se inauguró en 2014 y es “un lugar de promoción de las artes” donde todo el mundo puede festejar con un...
 ??  ?? Derecha: Ancel, el cantinero del bar Sia Kara, preparando un Mary Pickford, un coctel a base de ron y granadina creado en la isla en los años 20, en homenaje a la legendaria estrella del cine mudo.
Derecha: Ancel, el cantinero del bar Sia Kara, preparando un Mary Pickford, un coctel a base de ron y granadina creado en la isla en los años 20, en homenaje a la legendaria estrella del cine mudo.
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Vieja (el distrito histórico) se especializ­a en cocteles a base de café. De arriba hacia bajo: El escenario retro del ciertament­e deteriorad­o barrio de Centro
Habana. La Bodeguita del Medio,...
Página opuesta: El Café El Escorial en La Habana Vieja (el distrito histórico) se especializ­a en cocteles a base de café. De arriba hacia bajo: El escenario retro del ciertament­e deteriorad­o barrio de Centro Habana. La Bodeguita del Medio,...
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 ??  ?? De arriba hacia abajo: En El Del Frente, nuestro coctel favorito es la piña colada (ron cubano, jugo de piña y crema de coco). Igual que La Bodeguita, El Floridita le debe en parte su reputación a la frase de ese gran bebedor que fue Ernest Hemingway:...
De arriba hacia abajo: En El Del Frente, nuestro coctel favorito es la piña colada (ron cubano, jugo de piña y crema de coco). Igual que La Bodeguita, El Floridita le debe en parte su reputación a la frase de ese gran bebedor que fue Ernest Hemingway:...

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