LA OPULENCIA DE BEVERLY HILLS
Otro de los enclaves imperdibles de Los Ángeles es la ciudad de Beverly Hills. Localizado al pie de las montañas de Santa Mónica y a unos cuantos minutos de Hollywood, este punto ha servido como inspiración y escenario para narrar un sinfín de historias en el cine y la televisión. Conjuntando todo el glamour que generalmente se asocia con este sitio y teniendo como lema “Life, well lifed”, se erige el hotel Montage en pleno corazón de Beverly Hills.
Su fachada es el primer acercamiento a un mundo lleno de lujo y sofisticación. Poner un pie en el interior es viajar en el tiempo hasta el Hollywood de los años 40, gracias a un diseño interior sumamente cuidado que nos hace pensar que en cualquier momento veremos recorriendo los pasillos a Katharine Hepburn, Ava Gardner o Howard Hughes. El Montage ofrece a sus huéspedes 201 habitaciones y 55 suites con balcones privados. De entre todas, destaca la Montage Suite con sus casi 190 metros cuadrados y panorámicas que dejan sin habla a cualquiera. Los visitantes podrán disfrutar amenidades como su fastuosa alberca techada, la tradicional barber shop
Gornik & Drucker y hasta tener una asesoría personal de estilo, a cargo de Joseph Katz.
Para relajarse, nada como el Spa Montage, un santuario que cuenta con 17 cuartos de masaje, sauna, piscina al aire libre, nutriólogos y entrenadores personales, así como tratamientos realizados con marcas exclusivas ultra-pre
mium. Por su parte, si lo que se quiere es consentir al paladar, el Montage ofrece cinco establecimientos para lograr este objetivo: en Georgie se pueden deleitar recetas y platillos americanos; The Rooftop Grill ofrece un menú californiano; The Garden Bar y The Ten Pound tienen una amplia variedad de cocteles de todo el mundo; mientras que con In-room Dining se puede disfrutar una carta creada por el chef ejecutivo Patrice Martineau las 24 horas del día.
El enclave perfecto para admirar el glamour y el lujo tan característicos de Beverly Hills, sin dejar de lado el encanto de Los Ángeles.
El lujo y glamour del Hollywood de antaño convergen en los pasillos del Montage Hotel en Beverly Hills.