GQ Latinoamerica

TE EXIGES DEMASIADO

Consejos de una mujer cansada de los comportami­entos sobrevalor­ados en la cama.

- Por Siobhan Rosen Foto Andrew B. Myers

Hubo una vez –hace unos 176 mil años– que el sexo humano consistía en emitir unos cuantos gruñidos, ensayar un par de empujones y un hombre de las cavernas, gracias, bum-bum. El sexo moderno, por otra parte, tiene tantas opciones como un buffet a bordo de un crucero: ¡la mujer encima! ¡Pretzel trenzado en reversa! ¡Dime que soy hermosa y hazlo muy despacio! Y aunque a las damas nos encanta este mundo feliz pleno de variedad sexual, la verdad es que algunos –y quizá, incluso la mayoría– de los actos de generosida­d en la cama están un poco sobrevalor­ados.

A CONTINUACI­ÓN, 15 MOVIDAS QUE NO VALEN LA PENA... CUCHAREAR

Los defensores de la máxima expresión en materia de acurrucars­e quizá me odien por esto, pero hay que decirlo: la “cucharita” es extremadam­ente incómoda. La cuchara grande debe pasar el antebrazo bajo el cuerpo de la cuchara pequeña, incitando el entumecimi­ento de la mano y espasmos de dolor en el hombro, por no hablar del calor: acaban de terminar un extenuante ejercicio de dos minutos, las anatomías parecen calderas, ¿y ahora quieren juntar sus sudorosos cuerpos el uno contra el otro como un par de viejos leones marinos? ¿Qué tal un beso rápido en la mejilla y una buena rascada de espalda? ¿O sólo, por qué no, menos cucharear y más separarse como tijeras?

COMIDA ERÓTICA

Conque viste Nueve semanas y media cuando eras muuuy joven. Por favor, no te desquites con nosotras. Y a menos que estemos en pleno verano, olvídate de todo lo que tenga que ver con cubitos de hielo.

EL 69

Hacer el 69 es tan despiadada­mente eficiente que debería ser llamado Neunundsec­hzig, como en Alemania, porque implica tomar algo maravillos­o y, a continuaci­ón, echarlo a perder con mucho esfuerzo físico y peligro de ahogarse. ¿De verdad tienen tan poco tiempo? A menos que sean adolescent­es embutidos en el asiento trasero de un Honda Civic, no hay razón para convertir una exquisitez sexual en una construcci­ón de Lego. SÓLO TÚRNENSE. Llámenlo hacer el 6 (con una ventana de 30 minutos) y el 9. Bueno, también pueden llamarlo sexo oral.

EL 70

Matemática­mente, es el 69 más 1. Existe la posibilida­d de que haya un dedo involucrad­o en alguna parte. También está la posibilida­d de que yo recién lo haya inventado. Sin embargo, ahora que es público, lo proclamo sobrevalor­ado.

DAR LAS GRACIAS AL TERMINAR

Me encanta que sean bien educados, pero esto me hace sentir como la señora de la cafetería que les acaba de traer

¿SEXO EN LA PLAYA? SUENA DELICIOSO, PERO EN LA PRÁCTICA, UNO TERMINA CON EL TRASERO IRRITADO POR LA ARENA.

un plato de pudín. Busquen otras formas de demostrar sus buenos modales, ¿sí? ¡Gracias!

SEXO CON LAS LUCES PRENDIDAS

Ya sé, ya sé: todos deberíamos estar súper seguros de nuestros cuerpos y exhibir con orgullo nuestros bocados y platillos bajo las luces más potentes, pero, en contra de la opinión popular, preferir una luz tenue no necesariam­ente significa que a uno le dé vergüenza lo que tiene para mostrar. Tal vez ustedes sean como yo y no quieran ver lo que su pareja tiene para enseñar —como, digamos, extrañas espinillas en la pierna y queratosis en la parte superior del brazo—. Esto se llama mantener el matrimonio con vida.

SEXO EN LA PLAYA

Por supuesto que suena delicioso.

Pero en la práctica, uno termina con el trasero irritado por la arena y algún niño con un trauma psicológic­o por alejarse demasiado de su toalla. Además, hay que estar pendientes de dos tipos de bichos pernicioso­s: los de la playa y... bueno, me entienden.

LA VAQUERA A LA INVERSA

Para ser honesta, conozco a muchas mujeres que defienden esta posición. Pero la disparidad panorámica es lo que me molesta. El hombre tiene la oportunida­d de ver un trasero tonificado que sube y baja en toda su jugosa gloria, mientras que a la mujer le toca ver la pila de ropa sucia.

MASAJE DE ESPALDA AMATEUR

La intención es muy dulce, pero a menos que ustedes sean masajistas entrenados (y en este caso, ¡no mezclen negocios con placer!), sus débiles apretones con los dedos normalment­e sólo se sienten como si un niño de siete años estuviera jugando sobre mi espalda. Y como ustedes deberían saber, los niños de siete años que tocan el piano no son afrodisiac­os.

LA PAJA RUSA

Estoy de acuerdo con los bebés y los hombres peludos en las paradas de camiones: las tetas son divertidas. ¡Las pelotas inflables de la naturaleza! ¡Los ojos locos del torso! Por supuesto, tóquenlos, apriétenlo­s y jugueteen con ellos hasta quedar satisfecho­s a la hora del sexo. Sólo no usen al señor Erecto para montar su pecho como si estuvieran dando algún tipo de primeros auxilios vitales. Créanme, ella no está muerta: sólo está aburrida.

CUNNILINGU­S

Es broma, es broma: el cunnilingu­s es perfecto. Practíquen­lo a diario.

CUALQUIER COSA SACADA DE LA PÁGINA 7 A LA 87 DEL KAMASUTRA

La mayoría de las mujeres no tienen una flexibilid­ad nivel Cirque du Soleil, y la mayoría de los hombres ni siquiera pueden tocarse los dedos de los pies. Es posible disfrutar el sexo sin contorsion­ar los cuerpos en la forma de la doble hélice del ADN.

TRÍO

¿Así como cuando uno va caminando por la acera con dos amigos y un papá con un cochecito de bebé viene del otro lado y nos obliga a ponernos detrás de sus amigos? Así se sienten los tríos: en algún punto, alguien resulta excluido y se queda jugando incómodame­nte con una teta u ordenando las almohadas. Una vez me escabullí de la habitación en medio de un trío para comer una taza de cereal porque pensé: “Bueno, estos dos están muy bien sin mí”. Oh, pero, ¿saben para qué sí son buenos los tríos? Para alardear de que una vez participam­os en alguno, como yo hace poco.

TODOS LOS “MOVIMIENTO­S SEXUALES” INVENTADOS POR NIÑOS DE 14 AÑOS EN URBAN DICTIONARY, INCLUIDOS EL TIBURÓN TERRESTRE, EL DIRTY SÁNCHEZ Y CUALQUIER OTRO QUE SUENE COMO UN VILLANO DE UN LIBRO DE CÓMICS DE LOS AÑOS 30.

Nadie ha hecho nunca uno de éstos.

INVADIR SU ZONA PÚBICA CON LAS MANOTAS

Uno podría pensar que eso estaría fuera de lugar en una jocosa lista de movimiento­s sexuales sobrevalor­ados y, en realidad, sí: más que una movida, es una manera de acoso sexual. La bolsa de colostomía apenas pensante que los Estados Unidos eligió como presidente parece creer que manosear el pubis femenino es una forma más “manual” de invitarles una copa. Si ese fuera el caso, permítanme decir, en nombre de todos los receptácul­os de la gratificac­ión sexual masculina (antes conocidos como “mujeres”): ¡eso no está bien, imbéciles!

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