LOS ALQUIMISTAS
Conversamos con Eddie Roschi y Fabrice Penot, fundadores de Le Labo, una de las casas de fragancias más selectas y favoritas de los connoisseurs alrededor del mundo.
Hoy en día, el universo de las fragancias ha alcanzado niveles insospechados. Un buen ejemplo de ello es Le Labo, una firma que apuesta por crear esencias con conexiones emocionales para quien las usa. Charlamos con sus fundadores para conocer más acerca de este concepto, el cual promete seducir hasta a los caballeros más exigentes.
Es una de las marcas más selectas de perfumes en el mundo, ¿cuál consideran que es el elemento clave de su éxito? Tra- tamos de llenar la necesidad de autenticidad y conexión emocional que otras marcas no satisfacen no sólo porque no les interesa, sino porque, además, no creen requerirlo. En la industria de la moda, tal vez eso no es tan necesario, y probablemente sea una de las razones por las que las fragancias de diseñador no logran conectarse con la gente actualmente. No se puede idear un perfume que tenga importancia si no hay una conexión emocional con el proceso de creación. En ese caso, nuestro lema “concentración para la creación y esperanza para la compañía” es muy relevante.
Han pasado años desde que fundaron Le Labo bajo la filosofía japonesa de “Wabi-sabi”, el arte de la imperfección... ¿cómo ha sido trabajar con él?
Nuestra principal fuente de inspiración o código de conducta artística es la conexión muy cercana con la estética japonesa, en la que debes aceptar la imperfección y la impermanencia de las cosas incompletas. Buscamos la belleza que existe en la irregularidad, en la rudeza, el resultado de la integridad y simplicidad del proceso que seguimos en la artesanía.
¿La posibilidad de tocar y oler materiales naturales afecta la manera de comprar del consumidor?
Sin duda, es una experiencia real para nuestros clientes. Sólo tienes que sentir curiosidad por la perfumería y entrar a nuestro laboratorio; allí, los especialistas te
"Nuestra principal fuente de inspiración es la conexión con la estética japonesa".
guiarán en las colecciones y, además, te ayudarán a escoger entre docenas de ingredientes. Actualmente, en nuestra tienda de Nueva York, contamos con más de 600 elementos. Los laboratorios de Le Labo son como un parque de diversiones para el olfato, y la fragancia es un souvenir.
¿Cuál es el reto más grande de tener dos mentes creativas trabajando en una misma dirección?
¿Cómo dividen sus papeles en la compañía? Pienso que es más bien una ventaja ser dos en la firma; esto nos hace sentarnos para intercambiar nuestras ideas. Somos muy afortunados en compartir la misma visión para realizar las cosas; por supuesto, hay ocasiones en las que no coincidimos, sin embargo, siempre tomamos las decisiones cuando los dos estamos de acuerdo. Es importante escuchar tu intuición, no sabes que podrá añadirse en términos de quiénes somos como marca y quiénes somos como personas que llevan la firma. Empezaron una conversación sobre la fabricación de perfumes personalizados. Pero ahora que tienen 15 fragancias permanentes, ¿existe la posibilidad de que un cliente entre a la tienday haga su propia esencia? En Le Labo, enfrente del cliente, creamos una esencia de alguna que exista en nuestra colección permanente. Nuestros perfumes son únicos y diferentes, el concentrado del aceite se mantiene separado del alcohol hasta el momento de la compra. Luego, el técnico procede al último paso de la fabricación, en la que mezcla el concentrado de aceite con alcohol y agua. No personalizamos esencias porque crear una fragancia tiene un costo muy alto, además de que toma mucho tiempo realizarla (desde meses, hasta años). Sin embargo, puedo asegurar que personalizamos el perfume con el nombre o mensaje que quieras, haciéndolo único.
Santal 33 se ha convertido en la esencia de una generación; editores, fotógrafos y artistas la tienen. ¿Fue parte de la estrategia de marketing para convertirlo en un perfume popular e icónico? No estamos obsesionados en crear bestsellers; más bien, lo estamos en mover a la gente. A veces, fallamos; a veces, funciona, pero cuando sucede, es como si ocurriera magia y el éxito naturalmente viene. En cada perfume que ideamos, invertimos el mismo tiempo, creación, intentos y amor… Hay una expectativa de que el siguiente perfume mueva a la gente de la misma forma que a nosotros, aunque, por supuesto, no siempre pasa. Somos muy afortunados de tener algunos productos icónicos en la colección de Le Labo. Santal 33 es otro nivel de éxito, es increíblemente otro nivel; como creador de perfumes, esperas secretamente, pero nunca piensas que tendrá ese impacto. Pasa sólo una vez en la vida.
¿Entrarán en otros mercados o será una
distribución controlada? Estamos pensando en abrir más tiendas en nuevas ubicaciones porque hemos conocido a gente muy interesante que quiere expandir nuestra historia en lugares donde no hay.
¿Sus fragancias favoritas?
De Eddie, Another 13; de Fabrice, Santal 33.