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Mi caso es uno de los millones en el mundo que han hecho del Viagra (o Sildenafil, por su principio activo) una de las medicinas más usadas y vendidas de la historia. Sin embargo, varios reportes señalan que el número de personas que lo toman sin necesitarlo o para fines recreativos va en aumento. El periódico Daily Mail publicó hace unos años que la mayoría de los hombres jóvenes prueban Sildenafil por vez primera por entretenimiento o curiosidad, y no porque tengan algún problema para lograr y mantener una erección. Muchos de ellos quedan sorprendidos por sus beneficios: la estabilidad relativa de la erección inducida por el fármaco y la resistencia adicional que imparte. Es decir, las erecciones duran más y son más constantes. En un mundo definido por la competencia, en el que sólo sobrevive el más fuerte, no es difícil que estos resultados impacten a un joven ansioso por impresionar a sus parejas.
Por su parte, The Chicago Tribune documentó otro problema: los adolescentes y jóvenes mayores de están mezclando Viagra con otras drogas típicas de antro, como el éxtasis o las
tachas. Estos estupefacientes aumentan sus niveles de energía, los ponen eufóricos, les dan mayor placer y deseo al contacto físico e incrementan los niveles de excitación sexual. El problema es que también disminuyen la capacidad para que un hombre tenga una erección. El coctel con Sildenafil ayuda a restaurar la virilidad, pues la principal acción biológica del medicamento es aumentar la producción de óxido nítrico necesaria para estimular el flujo de sangre al pene. Al final, estos jóvenes no toman el medicamento porque sí, sino porque experimentan una caída en su desempeño sexual, probablemente, cuando más lo necesitan.
LOS RIESGOS DEL SILDENAFIL
Como muchos saben, el descubrimiento del Viagra fue un accidente. Pfizer investigaba los efectos del citrato de sildenafilo como un medicamento para el corazón. Sin embargo, cuando la compañía intentó abandonar sus ensayos clínicos, los pacientes masculinos se negaron a dejar de tomarlo. Fue entonces que descubrió el efecto secundario que revolucionó la industria farmacéutica para siempre.
El Viagra está indicado para ayudar a los hombres que no pueden lograr o mantener una erección debido a la disfunción eréctil. Mejora la respuesta eréctil cuando un hombre ya está estimulado sexualmente, pero no proporciona estimulación sexual en sí. De acuerdo con los resultados de los
MUCHOS JÓVENES ESTÁN MEZCLANDO EL SILDENAFIL CON OTRAS DROGAS TÍPICAS DE ANTRO, COMO EL ÉXTASIS O LAS TACHAS.
ensayos clínicos, los efectos secundarios más comunes del fármaco son: dolores de cabeza, congestión nasal, problemas de visión, fotofobia (sensibilidad a la luz), dispepsia (indigestión) y algunos pacientes reportaron cianopsia (ver todo con un tinte azul).
Aunque ninguno es agradable para nadie, los especialistas han descubierto otro efecto que puede ser mucho más grave. Según Digital Journal, los terapeutas sexuales afirman que cada vez es mayor el número de hombres jóvenes de entre y años que se vuelven psicológicamente adictos al Sildenafil. No estuve tan equivocado con mi suposición la primera vez que lo usé.
Healthcar.org confirma esta tendencia y explica que esto suele suceder cuando una persona ha tomado el medicamento durante mucho tiempo y deja de sentirse capaz de tener una vida sexual sana y normal sin él. Aunque el Viagra no es físicamente adictivo, es posible generar una dependencia psicológica a la sustancia. Regresemos a esos jovencitos que quieren impresionar a sus parejas porque descubrieron que su erección duraba más y era más potente: ¿por qué dejarían de tomarlo?
Además, está el factor secreto. La gente no anda diciendo por el mundo que toma o ha tomado Sildenafil. En especial alguien joven y más susceptible al ridículo, al rechazo o al bullying. Al tratar de mantener su hábito “debajo del agua”, se crea un círculo vicioso en el que su adicción psicógena al medicamento exacerba la disfunción eréctil que pudieran estar sufriendo o, si no la tenían, empezar a sufrir una. Con el paso del tiempo, y como sucede con varias sustancias, se produce una tolerancia y cada vez se necesitan mayores dosis para obtener resultados.
En cuanto a posibles efectos adversos al combinarse con drogas, la FDA (Foods and Drugs Administration) de los Estados Unidos no tiene ninguna recomendación, principalmente porque estas interacciones no se estudian. No obstante, el portal inglés Dr. Fox advierte la más peligrosa: una combinación potencialmente fatal es la de Sildenafil con los llamados poppers.
Ambos medicamentos dilatan los vasos sanguíneos causando una caída en la presión arterial. Dependiendo del grado de disminución de la presión, el resultado puede ser desde sentir mareos o aturdimiento, hasta un ataque cardiaco o cerebral.
Por eso, para quienes no sufren disfunción eréctil, la recomendación de los expertos es dejar el Viagra por la paz. Y si la padecen, lo ideal es consultar a un médico para que les recete un tratamiento acorde a sus necesidades y hábitos de uso.
AUNQUE EL VIAGRA NO ES FÍSICAMENTE ADICTIVO, ES POSIBLE GENERAR UNA DEPENDENCIA PSICOLÓGICA A LA SUSTANCIA.