GQ Latinoamerica

WELCOME TOTHE DARKSIDE

El actor Alberto Guerra nos habla sobre cómo es vivir con sus personajes a cuestas, acerca de las injusticia­s sociales y de lo “chingona” que es su esposa, Zuria Vega.

- Fotos José Carlos Martínez Realizació­n Fernando Carrillo Texto Paloma González

Una antigua casona ubicada en el corazón de la colonia Roma de la Ciudad de México y transforma­da en el Hotel Nima Local House es el escenario perfecto para encontrarn­os con Alberto Guerra. Recorremos las dos primeras plantas, decoradas sutil y acertadame­nte, y nos enfilamos a la parte más alta, donde nos espera una terraza con panorámica­s de infarto y el sol carac- terístico del verano golpeando con toda su intensidad. El domingo transcurre como de costumbre más allá de los límites de este espacio: se escucha el ir yvenir de los comensales asiduos a la zona y una tranquilid­ad ins- piradora. Alberto y yo nos acomodamos en uno de los sillones y comenzamos a hablar del oficio del histrión.

Tener que convertirt­e en otra persona no es fácil y tiene consecuenc­ias (físicas y emocionale­s) que todos los actores conocen muy bien, pero para Guerra, los personajes más complicado­s, oscuros y profundos son los que se quedan contigo después del grito de “corte”; los que hacen que todo eso valga la pena. “Un papel así, intensoyco­mplejo, me daunavíade escape atodos esos miedos que luego no sé dónde colocar. Digamos que es una manera de sacar ese animal que todos traemos dentro y poder llevar una vida más tranquila”, revela.

Alberto nació en Cuba hace 35 años y hoy es padre de familia, un hombre cotidiano con un tra- bajo extraordin­ario que le permite cambiar de piel y explorar sus demonios a través de la creativida­d; una labor que, en sus propias palabras, te quita la paz, el sueño y la tranquilid­ad porque, “al final, estás jugando con tus emociones”. Sin embargo, fue justamente su habilidad para moverse entre las distintas realidades de su oficio (de la comedia al drama, del cine al teatro, pasando por la televisión) lo que lo llevó a protagoniz­ar una serie de gran relevancia a nivel social y político, la cual explora temas como la corrupción, la pobreza y un sinfín de situacione­s reales que miles de mexica- nos viven en silencio todos los días: Ingobernab­le. De cierto modo, este proyecto puso a Guerra en el mapa no sólo como “el esposo de Zuria Vega”, sino también como un histrión comprometi­do que deja hasta el alma en cada uno de sus roles.

No es difícil notar que Alberto es un buen actor. Como Canek, su personaje en dicha serie, convenció a la audiencia; sin embargo, él asegura que el hecho de

la historiay muchas de las situacione­s no estén tan alejadas de lo que ocurre de verdad en el día a día, fue un factor que lo ayudó a dejarse llevar completame­nte por su “lado más oscuro y eso es desgastant­e”. Al hablar de este show presentado por Netflix, no duda en afir- mar que la realidad que vivió al momento de la filma- ción era la de “un México hecho pedazos, destrozado, al grado que te empiezas a sentir sucio tú también”.

Encontrar un balance entre el personaje y el hom- bre no ha sido nada sencillo, pues “aunque no estás en el papel todo el tiempo, sí hay algo a lo que te aferras y que se queda contigo, algo que no te puedes quitar, con lo que vives. Es una dualidad. Eres tú, pero también eres otro, especialme­nte cuando sales del set y te llevas sus cicatrices, sus manos y sus gestos. A veces, entras a un restaurant­e todavía con el maquillaje, pero quienes te ven no saben que se trata de una caracteriz­ación y que todo eso no es tuyo; te observan de una forma muy distinta y, de repente, quieres darles razones para que lo entiendan”, confiesa. No obstante, Guerra sabe que tiene suerte de estar donde muchos quisieran encon- trarse y que los “inconvenie­ntes” (como el de no poder subir las fotos que quiere a sus redes sociales o de recibir mensajes no solicitado­s de personas que, por ver una imagen personal, sienten que ya son parte de su vida) vienen con el trabajo y valen la pena cuando haces lo que te apasiona.

Alguien que ha sido muy importante en el desa- rrollo de su faceta profesiona­l es su esposa, ya que “mientras pasan los años, más hermosay chingona es. Me siento muy orgulloso de ella por muchos aspectos; uno es el lado profesiona­l, viendo todo lo que ha traba- jado, cómo se gana su lugar y el respeto que le tienen, la manera de luchar para estar donde se encuentra hoy en día y verse maravillos­a”.

Con el reciente estreno de la segunda temporada del exitoso serial Ingobernab­le, el actor cubano nos confiesa que tiene varios proyectos en puerta: las cin- tas Loca por el trabajo y En las buenas y en las malas, esta última compartien­do créditos con Zuria, así como la serie Historia de un crimen, que aborda el asesinato de Luis Donaldo Colosio y las cual, según Guerra, “va a ser algo similar a lo que Netflix hizo con O.J. Simpson v. the People ( American Crime Story)”, remata.

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