EL REY HA MUERTO, ¡VIVA LA REINA!
Ha llegado la temporada final de House of Cards, el thriller político con ese “no sé qué” cautivador que poseen las series que sí importan. Claire Underwood es ahora la Presidenta... ¿Estás listo para sobrevivir a su mandato?
Cindividuoscvestigioscdelcjacdécadas,cocconocemoscuandouando el sistema tal y como lo conocemos colapse (en cientos o miles de años, o en un par de décadas, nunca se sabe) y resur- ja de sus cenizas, los científicos del futuro descubrirán entre los vestigios que existió un grupo de individuos que —con sus trajes Brioni y relojes IWC— podían sa- cudir la estabilidad mundial con un chasquido de dedos. Políticos, les llamábamos, y eran expertos en el arte de la manipulación.
House of Cards es la serie ori- ginal de Netflix que retrata justo ese juego de ambición y poder en la Casa Blanca. Ahora, llega su sexta y última entrega para fini- quitar el drama sin dejar de dar- nos esa dosis de política descar- nada y surrealista, acompañada del oscuro encanto de sus per- sonajes: antihéroes que destilan cinismo... aunque ahora arriben con una baja notable.
Y es que Frank Underwood —el otrora protagonista inter- pretado por Kevin Spacey— ha muerto ( ya vimos su lápida). Los ‘cómos’ y ‘porqués’ todavía son un misterio, pero lo que no es un secreto es que el propio actor mató al personaje del he- donista presidente cuando las acusaciones de acoso sexual lo exiliaron y lo convirtieron en un villano de la vida real. Pese al escándalo —y rumores de cancelación—, Netflix decidió cerrar decorosamente la serie, dejando que una solvente Ro- bin Wright —que bien ha de- mostrado su valía como Claire Underwood— tome el control en los ocho episodios de la recta final. A su inescrupuloso perso- naje de mandataria de Estados Unidos lo acompañan tanto viejos conocidos de la trama, como Diane Lane, Greg Kinnear y Cody Fern, encarnando a nue- vos antagonistas en el tablero del poder de este serial ganador de múltiples premios Emmy y dos Globos de Oro.
En este epílogo, Claire luce sofisticada y calculadora, como cuando en cierta escena recibe por Internet mensajes al estilo de “Claire es el anticris- to” o una convocatoria para el concurso de las formas más creativas de asesinarla. ¿Ella? Se mantiene fría y elegante. “Lo que haya dicho Frank en los últimos años, no lo crean”, asegura en algún momento acerca de su ex, como para cortar de tajo con todo lo an- terior y dejarnos claro que esta es su temporada, la temporada de Claire Underwood.