Homo

Probándome ropa femenina de mi prima frente a mi tío... me hizo su amante

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Hola, tengo 22 años, soy un chico un poco bajo a comparació­n de los demás y una complexión común, era hetero, pero con cierta curiosidad a los hombres y fue esta experienci­a la que me ayudó a definir.

Mi prima segunda hacía poco que se había casado y por lo mismo ahora vivía con su esposo y al limpiar su viejo cuarto encontró mucha ropa vieja que ya no le quedaba y mi tío segundo un día me llamó para que lo ayudara a organizar y remodelar el viejo dormitorio.

Llegando el día y estando ahí mencionó que si tenía suerte podía regalarme algo de la ropa mientras me daba una caja de la cual saqué un vestido rojo pegado, le dije que se había equivocado, soltó una pequeña risa, dijo que igual me lo regalaba para dárselo a mi novia junto con algunos calzados, me dio curiosidad ver qué el vestido era de mi talla así que lo tomé y junto con unos tacones plateados me fui al baño, mi tío se quedó acomodando las cosas y poco después toqué la puerta.

Entré al cuarto mientras estaba luciendo el vestido de su hija, yo no tenía problemas con usar ropa de chica pues mi hermana me usaba mucho para modelar su ropa y aprendí a andar en tacones por lo mismo, mi tío se acercó y acaricio la cintura mientras decía “eres casi una hermosa niña... muy sexy y erótica”. Cuando dijo eso no entendí a la primera hasta que le dio un apretón a mis nalgas, me sonrojé viéndolo y tomo mi barbilla para darme un rudo beso donde su lengua acaricio la mía dentro de mi boca, se separó y dijo “voy a cogerte todo amor” mientras se sacaba su camisa y pantalón, se me hacía muy raro verlo así y mi mente aún no procesaba del todo que estaba pasando.

Se quedó en boxers y se sentó en su cama donde había más ropa de mi prima, seguía sin reaccionar del todo y tomó de nuevo mis caderas para sentarme en él, en su entrepiern­a y noté que su erección que iba creciendo, atacó mi cuello dándome varios besos y chupetones, apoye mis rodillas en la cama y él de tanto apretar mis nalgas termino subiendo mi vestido, estaba avergonzad­o hasta que me empezó a besar la boca y estaba caliente.

Nos besamos un rato hasta que se separó a tomar aire y abrió sus piernas haciéndome bajar hasta estar de rodillas frente a él, no esperó ni un segundo y con su mano empezó a frotar mi rostro en su erección, me dijo que le quitara el boxer y lo hice, salió su verga extra dura de 19 centímetro­s de golpe y mi rostro la tocó de inmediato, con su mano me empujo y presionó en él.

Me sonrojé mucho de como su verga inundaba mi boca y penetraba mi garganta, yo daba arcadas pero eso parecía excitarle más pues me hacía moverme mojando toda su verga mientras él masturbaba el resto, todo eso me causó una rápida y vergonzosa erección que notó y me dio una nalgada por eso, tenía el vestido a la mitad de mi cintura y mi boca escurría saliva mientras me frotaba en todo el tronco para lamerlo.

El sabor ya me estaba gustando y me movía más por mi cuenta, sentía que el olor había penetrado mi mente, estaba chupando sus bolas cuando se levantó y dijo “quieta hermosa, te voy a complacer” me quedé en 4 esperando y poco después una de sus manos se apoyó en mi espalda y la otra fue a mi culo, sentí dos dedos con lubricante tocando mi ano y con los otros tocaba mis testículos.

Sus dedos se sentían bien así y me estaba relajando cuando los empezó a meter y abrí de nuevo los ojos, lo miré y el abrió mis nalgas hasta meter sus dedos por completo, pegué mi rostro a la cama y él movía sus dedos follandome cada vez más rápido y sentía como tocaba mi punto G que me excitaba a cada segundo

que pasaba.

Empecé a gemir de forma tierna y sudar en cada embestida de sus dedos que estaban abriendo mi cola, mordí un poco la cama y los sacó de golpe, siguió acariciand­o mi cola unos segundos hasta que tomó mis nalgas con ambas manos y su verga se empezó a frotar entre ellas mientras él vaciaba parte del lubricante en su pene.

Aún tomando mis nalgas puso la punta en mi entrada y empujó suave, el lubricante de ambos ayudo mucho pero aún así la punta siguió abriéndome por dentro, bajaba la cabeza entre más entraba y él lo hacía lento y poniendo más lubricante, la llegó a meter toda y yo sentía mi cola ardiendo, lo miré y él bajo la mano para masturbar mi pene.

Apoyé mi cabeza en la cama y empezaron las embestidas, primero fue suave pero a cada una iba aumentando la velocidad, no me podía contener y mis gemidos que sonaban femeninos salían fuerte de mi boca, cualquiera cerca de esa zona podía escucharme gemir, lo miraba y él tocaba mi espalda, cintura y culo, pronto empezó a darme nalgadas dejándomel­as muy rojas.

Más allá del pequeño ardor en mi cola se sentía bastante bien ser penetrado, lo miraba mientras acariciaba toda mi espalda y mis pies se movían haciendo deslumbrar los tacones que llevaba, en cada empujon sentía mi culo abrirse, lo volteé a ver y era la primera vez que veía a otro hombre desnudo así y eso me excito haciéndome sentir una chica.

Notó que lo miraba y bajó, nos besamos mientras él acariciaba mi rostro y mi cola se relajó en el beso pero se apretó rápido cuando apretó sus caderas y puso mas rojas mis nalgas por las embestidas. Mis gemidos eran altamente femeninos y no paraba de sudar y jadear, podía ver el rostro de placer de mi tío al estar dentro de mi, no sabía que le gustaban los hombres pero lo noté rápido por su forma de coger.

No sé cuánto tiempo estuvo penetrándo­me pero fue un buen rato hasta que se quedó presionand­o unos segundos y de ahí la sacó toda para después levantarse y subir a la cama, me levanté a verlo y sentí todo mi ano abierto así que rápido me abrí las nalgas y él con una pequeña risa me ayudó a subirme, me senté en él y arqueado un poco la espalda volvió a meter su verga en mi cola, moviéndome suave. La primera verga que tenía en mi vida y ya la estaba montando, mis sentadas eran lentas y un tanto torpes, trataba de moverme como las chicas en el porno pero a cada centímetro que entraba mi mente se desconecta­ba más de mi, mi tío ansioso llevó sus manos a mi cintura y luego a mis caderas presionand­o hasta meterlo todo, grité de placer como una chica gimiendo muy duro y sentí mi pene muy caliente mientras empezaba a masturbarl­o. Mientras trataba de sentir de nuevo mi cola él no perdió el tiempo y tomando de nuevo mis caderas me hizo saltar rápido en su verga, gimiendo constantem­ente y con mi culo lo más caliente que podía, puse mis manos en su estómago mientras en todo mi rostro mostraba cuánto disfrutaba su pene y el sexo con él, cerré mis ojos y rápido sentí como enganchó mi pene en su mano para volver a masturbarm­e. Llevoó su pulgar a mi boca y se lo chupé para que al sacarlo estuviera lleno de saliva, lo llevó a mi glande y frotó en círculos, me sentía muy sensible así que, a palabras de él, poco después de volver a masturbarm­e yo tenía los ojos cerrados y apretando, lleve mis manos en su pecho y apretando y rasguñando un poco mi pene soltó su carga de semen.

Cuando sentí el semen salir abrí los ojos y pude ver cómo mi pene soltaba mucho semen sobre el cuerpo desnudo de mi tio, el cual no aguanto más y con unos empujones más se quedó presionand­o y palpitando dentro de mi, su verga palpitaba bastante y puse mi mano sobre la suya abriendo mis nalgas, los orgasmos de ambos fueron largos y bien cargados y para cuando el acabo de quedó acostado unos segundos y después se sentó a abrazarme. Nos besamos más y el movió sus manos por todo mi cuerpo hasta llegar a mis pies donde me quitó los tacones, me pregunto si me había gustado a lo cual le dije que sí.

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