Goldman Sachs abraza la automatización y deja a muchos atrás
En su mejor momento, en 2000, la mesa de trading de acciones de Goldman Sachs, en Nueva ork, Estados Unidos, empleaba a 600 operadores, comprando y vendiendo papeles a partir de las órdenes de los grandes clientes del banco de inversión. Hoy, de esos 600 solo quedan dos. Los programas de operación automatizados se hicieron cargo del resto del trabajo, apoyados por 200 ingenieros informáticos. Marty Chavez, el CFO de la compañía, le explicó todo esto a los asistentes a un simposio sobre el impacto de la informática en una actividad organizada por el Instituto de Ciencia Informática Aplicada de Harvard en enero pasado. La experiencia de sus operadores de Nueva York es solo el primer ejemplo de una transformación en Goldman Sachs, y cada vez más en otras empresas de Wall Street, que comenzaron con el crecimiento de las operaciones informatizadas pero se aceleraron durante los últimos cinco años, moviéndose a cada vez más campos financieros antes dominados por las personas. Chavez, que antes fue CIO de Goldman, explica que las áreas de operaciones como la relativa a tipos de cambio e incluso, la banca de inversión, se están moviendo hacia la misma dirección automatizada que ya transitaron las acciones. Hoy, casi el 45 por ciento de la facturación de las operaciones de acciones en efectivo provienen de operaciones electrónicas, según Coalition, una
firma de investigación británica que sigue a la industria. Además de empleados de backoffice, en Wall Street, las máquinas también están reemplazando a muchas personas con salarios altos. La compensación promedio para el staff en ventas de acciones, operaciones e investigación en los 12 bancos de inversión más grandes (Goldman es uno de ellos) es de US$ 500.000 en salario y bonos, según Coalition. El 75 por ciento de la compensación de Wall Street va a estos empleados de “front office”, cuenta Amrit Shahani, director de Investigación en Coalition. Para los que quedan con salarios altos, hay un spread de ingresos creciente que espeja a la economía en general, asegura Tom Davenport, profesor de Babson College. “El sueldo de un director promedio de Goldman seguramente crezca más, ya que hay menos personas de nivel más bajo con las cuales compartir las ganancias”, anticipa Davenport. Los complejos algoritmos de operación, algunos con capacidades de aprendizaje, primero ejecutaron operaciones en las cuales el precio de lo que se vendía era fácil de determinar en el mercado, incluyendo las acciones previamente operadas por los 600 humanos de Goldman. Ahora, cosas más complejas como tipos de cambio y crédito, que no se operan en una Bolsa como la de Nueva York sino por redes de operadores menos transparentes, también están sumando más automatización. Para ejecutar estas operaciones, se están diseñando algoritmos a fin de imitar lo máximo posible lo que haría una persona, explica Shahani, de la consultora Coalition. Goldman Sachs ya empezó a automatizar las operaciones de monedas y descubrió, de forma consistente, que cuatro operadores pueden ser reemplazados por un ingeniero informático, dijo Chavez en la conferencia de Harvard. Cerca de 9.000 personas, alrededor de un tercio del staff total de Goldman, son ingenieros informáticos. Lo próximo, adelantó Chavez, será la automatización de las tareas de la banca de inversión, un trabajo que tradicionalmente se enfocó en las habilidades humanas como capacidad de venta y de construir relaciones. Aunque esos “hacedores de lluvia” no serán reemplazados de forma completa, Goldman ya mapeó 146 pasos que se dan en cualquier oferta pública inicial y muchos están “comenzando a ser automatizados”, dijo. Reducir el número de banqueros de inversión implicaría grandes ahorros para la compañía. Los banqueros trabajando en fusiones y adquisiciones corporativas en grandes entidades como Goldman ganan un promedio de US$ 700.000 al año, según Coalition, y en un buen año esa cifra puede ser aún mayor. El propio Chavez es un ejemplo del rol creciente de la tecnología en Goldman Sachs. Su expertise en riesgo lo convierte en alguien apropiado para la tarea de CFO, un rol que suelen tener los contadores, les dijo Chavez a los analistas en una reciente conferencia de resultados. “Todo lo que hacemos está apuntalado por la matemática y mucho software”, le aseguró a la audiencia de Harvard en enero. La nueva plataforma de préstamo al consumidor de Goldman, llamada Marcus, apunta a la consolidación de los balances de las tarjetas de crédito y está manejada por un software sin intervención humana, según Chavez. Fue creada por una pequeña startup dentro de la firma y lanzada en apenas 12 meses, contó. Es un modelo que Goldman está continuando, albergando grupos en “burbujas”, algunos en los ahora vacíos espacios de operación de los headquarters de Goldman en Nueva York. “Hay un montón de espacio donde solían sentarse esos 600 operadores”, dijo.
Se automatizan incluso empleos con salarios altos.