Susana emprendedora
En el 2012 Levy tuvo una idea: aprovechar un abundante desecho generado por la industria frigorífica para que en lugar de terminar contaminando un río pudiera convertirse en un insumo de alto valor agregado para la industria biotecnológica. Lo propuso como idea de negocios en la compañía en la que trabajaba pero no tuvo éxito. Así fue como poco tiempo después decidió debutar como emprendedora y lanzó su propia startup de base tecnológica, Cell Tonics. “La Argentina es un importante productor de carne y los frigoríficos locales, en su proceso productivo, generan una gran cantidad de sangre. Actualmente, esa sangre de los animales faenados se trata — para que no sea peligrosa— y luego directamente se tira como desecho. Yo pensé que era posible reciclar ese elemento y aprovecharlo como base para fabricar un insumo importante para la industria farmacéutica.” De hecho eso exactamente hacen varias grandes compañías de Australia y Nueva Zelandia, que proveen de compuestos bioactivos a la industria farmacéutica global. “Esa idea me motivó a buscar un socio e inversor para presentarnos —en forma de consorcio— y pedir un subsidio Empretecno de los que ofrece el Mincyt”, cuenta. “La compañía está dando sus primeros pasos: ya tenemos un puñado de clientes y laboratorios veterinarios a los que les proveemos algunos compuestos específicos.” También admite que conoció, de primera mano, lo complejo que es hacer avanzar una compañía nueva en este rubro, en un entorno como el de la Argentina. “El plan de negocios es que en los próximos cinco años deberíamos llegar al break even y ser competitivos en nuestro nicho de especialización. De hecho, nos asociamos con un pequeño laboratorio argentino para poder empezar a darle escala a nuestra producción y ganamos un nuevo subsidio del Ministerio para tratar de asentarnos en el mercado.”