VOLVER A EMPEZAR
Con la cabeza en la reapertura económica, las empresas desarrollan prototipos de herramientas para que los trabajadores puedan ingresar a sus puestos de trabajo con normalidad.
La pandemia generó un freno abrupto de producción en buena parte de las empresas del país. Miles de firmas se vieron obligadas a readaptarse al nuevo escenario, agudizar su ingenio, y brindar nuevos productos para resignar el mayor porcentaje posible de sus ingresos. En ese contexto, fabricantes de controles de accesos decidieron modificar velozmente sus terminales para ofrecer nuevos productos y que otras empresas puedan abrir también sus puertas controlando de una mejor forma el ingreso de sus trabajadores. “Con el inicio de la cuarentena comenzamos a pensar en una terminal que permitiera el contacto habitual de las personas pero sin la tecnología ‘touch’”, detalla Hilarión Larguía, propietario y fundador de Power Consultant, una empresa de innovación dedicada a la fabricación de terminales de autoservicio, cajeros automáticos, reconocimiento facial y de soluciones tecnológicas en Self Service, en diálogo con INFOTECHNOLOGY. Los nuevos equipos permiten tomar la asistencia del trabajador, chequear su temperatura, y hasta detectar si tiene o no puesto un tapaboca o barbijo. Si el trabajador cumple con todos los requisitos, la terminal otorga el visto positivo a la puerta electrónica o molinete.
“Todo lo que era ‘touch’ dejará de serlo pospandemia. Actualmente, muchas terminales tienen como acceso la huella digital, tecnología que desaparecerá”, pronosticó Larguía. La inversión de Power Consultant, que facturó unos $ 42 millones en 2019, para el diseño y construcción de los nuevos productos rondó los $ 20 millones. Cada uno de los equipos tendrá un costo que rondará entre los $ 200.000 y $ 250.000 por unidad. Por otro lado, desde la sede local de la firma china Dahua Solutions explicaron que trabajan desde hace mucho tiempo en el desarrollo de diferentes sistemas aplicados a seguridad electrónica con herramientas de IA, Big
Data, e IOT. “Las consultas que teníamos habitualmente en un año, las tuvimos todas en un mes”, dice María Florencia Comeron, de Dahua Technology, empresa que ya ofrece modelos de cámaras específicas. “Una de ellas mide 30 personas por segundo”. Otra solución, es una cámara que revisa el monitoreo de la temperatura e incluye control de reconocimiento facial. “Detecta si la persona tiene puesto el barbijo. En caso de no cumplir alguno de los requisitos hace sonar una alarma e impide la apertura del molinete”, agregó. Además, no permite la aglomeración de gente. “Si por determinada cantidad de m2 puede haber 20 personas, la cámara lo censa e y una alarma se encarga de indicar si puede o no ingresar más gente”, precisó. La empresa argentina también Servas desarrolló productos diseñados para combatir el Covid-19: sistemas automáticos de desinfección por rayos ultravioletas para ascensores, escaleras mecánicas, subtes y trenes, baños públicos y cajeros automáticos. “Hay distintos mercados que por su logística y complejidad van a requerir alguno o todos estos sistemas de desinfeccion”, explica José Ignacio Aizpun, gerente de Ingeniería y Desarrollo de Ascensores Servas. Motorola Solutions es otra de las firmas que ofrece un portafolio de soluciones de video seguridad y análisis mediante sus cámaras de seguridad de Avigilon relacionadas con el uso de máscaras de protección facial. La tecnología de las cámaras combina la potencia del video y la inteligencia del análisis potenciado por la IA para recopilar contenido visual y patrones estadísticos sobre el incumplimiento de los protocolos de distanciamiento social y los casos en que los individuos no utilicen una máscara facial. A través del software de administración de video de Avigilon Control Center (ACC), las empresas pueden ser notificadas en caso de incumplimiento de las pautas y así tomar rápidamente decisiones para lidiar con la situación.
Miles de firmas debieron cerrar sus puertas y muchas tantas otras debieron modificar su rumbo, adaptarse rápidamente a la “nueva normalidad”, agudizar su ingenio y ofrecer nuevos servicios y productos para evitar perder ingresos. En este contexto, el empresario y trader Pablo Ricatti, reconocido en el ambiente tuitero con su cuenta @pricatti, reflotó un antiguo proyecto para hacerle frente al freno de actividades de su empresa panificadora instalada en La Matanza. De este modo, en abril pasado nació Origen Directo, un mayorista online que tenía por objetivo convertirse en un canal de distribución de productos alimenticios propios y de otras empresas, y que funciona directamente uniendo a la fábrica con el consumidor final: ya posee más de 5.800 clientes y unas 7.000 personas en espera.
La idea surgió como necesidad en plena pandemia. ¿Siguió creciendo el negocio en estos meses?
Seguimos bien, avanzando desde que arrancó la pandemia. Hoy ya tenemos vendidos $ 20 M en productos. Arrancamos en abril y desde ahí siempre nos fue bien. No hay tiempo para hacer muchos pronósticos, porque nadie sabe que va a pasar mañana. Más allá del avance del proyecto, buena parte de lo generado por la iniciativa sirve para pagar los sueldos de la panificadora, que emplea a 52 personas. El empresario confirmó que debió recurrir a los ATP para poder hacer frente a los sueldos. “A Origen Directo le está yendo bien pero en algún momento vamos a tener que parar ya que por la logística que tenemos no vamos a poder afrontar todos los pedidos. Para poder seguir a este ritmo habría que empezar a pensar en invertir. Pero como estamos, es imposible”, expresó. Precisó que más allá de está actividad, el 50% de la plantilla laboral de la fábrica de panificación “está parada”. “Estamos tratando de generar recursos. Tenemos el 50 por ciento de capacidad industrial ociosa
¿Cuál sería ese límite o freno que pondrían para poder cumplir con todos los pedidos?
Ya estamos cerca de ese número. Creo que nos faltaría un 25 por ciento más de clientes, es decir, cuando lleguemos a los 6.000 o 6.500 clientes vamos a cerrar la lista de inscripción de forma preventiva para poder seguir cumpliendo con las entregas de la mejor manera. Actualmente, Origen Directo entrega productos únicamente en Capital Federal y Gran Buenos Aires (hasta Benavidez-tortuguitas-paso del Rey-berazategui). La compra mínima es de $ 4.000 y se pide y paga online. Más allá del buen rendimiento que ofrece la iniciativa, Ricatti reconoció que “están lejos de invertir” para ampliar la logística. Y enseguida aclaró: “Nos hemos endeudado para poder cumplir” Detalló que en el diálogo con los clientes surgieron ideas sobrequé productos sumar. “La gran mayoría ya está detectada y se sumarán. Pero lleva tiempo pasar los datos societarios y dejar detallado el proceso”, insistió Incluso, están viendo es la posibilidad de escalar el negocio en el exterior. Sobre todo en Paraguay”, detalló.