27 METROS CUADRADOS
Un cuento de Mía Flores Pirán
Creo que tengo una manera de verificar si existo. A su vez puede ser una emboscada. Ahora, creo estar en un monoambiente. Solo como latas de atún y pizzas pedidas por celular. Lo hago mirándome al espejo. Hay uno largo y ancho en el living que me imita como si fuera un mimo, haciendo eco. Es una prolongación de mi estado de soledad. Aunque me molesta que me devuelva todo y no se quede nada, aprecio la vanidad con la que me acompaña. Es la única prueba fehaciente por el momento. Por otro lado, no tengo bañadera para pasarme horas sumergida en agua tibia tirando a caliente como lo hacía antes. Pensando bien, tener un recuerdo de algo también es una prueba de mi existencia. Doy vueltas por el departamento, me pongo a leer y me desconcentro. Ordeno la ropa, me depilo y cuando entro al “living”, que es lo mismo que la cocina, el baño y la cama, sé que me va a estar mirando. Me va a estar vigilando de cerca, a ver cuándo piso el palito y caigo al vacío. Pero yo, astuta, me adelanto y permanezco entre mis pensamientos, que son buenos huesos de roer. ¿Si estoy dentro de mis pensamientos, el espejo no me ve? ¿O yo no lo veo a él? No sé la respuesta, pero hasta ahora me parece el mejor escondite de todos.
Este relato pertenece a Manada Insomne, el primer libro de Mía Flores Pirán (India Ediciones). Mía además es modelo y fue tapa de
L´Officiel Argentina Nº 15.