Tras la pista local de los sicarios mexicanos
Uno de los detenidos fue detenido en Sinaloa, México, en un operativo en el que se secuestraron cuatro toneladas de marihuana; intentan determinar quiénes les entregaron las armas
La Justicia y la Policía Federal están detrás de la conexión local que les brindó la logística a los dos presuntos sicarios mexicanos detenidos la semana pasada en el barrio de Villa Crespo cuando, se sospecha, estaban por ejecutar un crimen encargado por narcotraficantes. Los detectives ya tienen identificado el hotel donde estuvieron alojados, secuestraron las valijas y los teléfonos celulares. Ahora quieren identificar quiénes les entregaron las pistolas con silenciadores.
Los pasaportes fueron expedidos tres días antes de su viaje a la Argentina. Llegaron al país el 1° de este mes, a las 22.09. En Migraciones dijeron que se iban a quedar hasta el lunes próximo y que su lugar de residencia iba a ser el hotel Intercontinental, pero no aclararon si en la sede de Monserrat o en Nordelta. Cuando salieron de la zona restringida, Carlos Angulo López y Juan Marco López Quintero se pusieron un gorro con visera cada uno: era la señal de presentación para darse a conocer a la persona que los había ido a buscar al aeropuerto internacional de Ezeiza. El plan criminal estaba en marcha y la conexión local ya había entrado en acción.
Angulo López, de 36 años, y López Quintero, de 30, son dos presuntos sicarios mexicanos que, se sospecha, vinieron a la Argentina para encargarse de un crimen por encargo. Pero cometieron errores y ahora están presos con una custodia especial para evitar que alguien atente contra ellos.
Se presume que el móvil está vinculado al dinero del narcotráfico porque cuando fueron detenidos los ciudadanos mexicanos pretendían ingresar en el consultorio de Marcela Simón, una odontóloga que es esposa de un abogado, Diego Colombini, que es investigado en una megacausa de drogas y lavado de activos que tienen los jueces federales de San Isidro y Lomas de Zamora Sandra Arroyo Salgado y Alberto Santa Marina, respectivamente, donde hay varios ciudadanos colombianos procesados.
Con los dos sospechosos presos, el juez de instrucción porteño Ernesto Botto y detectives de la Policía Federal están detrás de la pata local del plan criminal. “En la Argentina, hubo personas que se encargaron de la logística. Alguien mandó a buscar a Angulo López y a López Quintero al aeropuerto internacional de Ezeiza, los hospedó, les dio dinero y les entregó tres pistolas calibre 22 con silenciadores”, explicó a la nacion una calificada fuente de la investigación.
La Secretaría de Seguridad, conducida por Sergio Berni, con la colaboración de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) y de organismos oficiales de los Estados Unidos y de México, pudo determinar que Angulo López tiene antecedentes con delitos relacionados con drogas.
Según información oficial, Angulo López, oriundo del estado de Sinaloa, en junio de 2010 fue detenido en México en una causa en la que se secuestraron más de cuatro toneladas de marihuana. En Arizona, en Estados Unidos, también estuvo preso por “posesión de drogas, secuestros y robos con armas”. En la zona de Once
Angulo López y López Quintero no se alojaron en el Intercontinental como informaron en su declaración migratoria. Lo hicieron en un hotel de la zona de once, donde suelen hacerlo las personas que viven en el interior y viajan a Buenos Aires para comprar ropa.
El juez Botto les encargó a detectives de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal una seria de medidas investigativas, según informaron a la nacion fuentes de la investigación.
Los detectives pudieron llegar hasta el hotel donde se alojaron, allí secuestraron el equipaje de los dos sospechosos, dinero (dólares y pesos argentinos) y los pasaportes mexicanos de ambos. También los investigadores tienen en su poder los teléfonos celulares de Angulo López y López Quintero, y quieren determinar con quiénes se contactaron.
“Pudimos determinar que participaron en una reunión. Quizá fue ahí donde les entregaron las armas con los silenciadores e información sobre el trabajo que tenían que hacer”, afirmó una calificada fuente de la investigación.
Para los investigadores judiciales y policiales, no hay dudas de que los dos presuntos sicarios mexicanos vinieron a la Argentina para ejecutar un plan criminal encargado por narcos que perdieron mucho dinero con la investigación de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal y la Delegación de Investigaciones de Tráfico de Drogas Ilícitas de Lomas de Zamora de la policía bonaerense. La Justicia y la Unidad de Información Financiera (UFI) inhiberon bienes e inversiones inmobiliarias.
En octubre de 2013, se secuestraron 114 kilos de cocaína que estaban ocultos en una camioneta todoterreno estacionada en un garaje del barrio de Retiro. En varios allanamientos, se detuvo a 12 sospechosos, varios de nacionalidad colombiana.
“Si bien la mayoría de los proce- sados en la investigación son de nacionalidad colombiana, la detención de los dos sospechosos mexicanos nos hace poner en escena al poderoso cartel de Sinaloa”, afirmó una fuente judicial.
Angulo López y López Quintero, como informaron Infobae y Clarín, fueron detenidos el jueves de la semana pasada en Villa Crespo después de que un vecino llamara al 911 para decir que algo extraño pasaba en un edificio de Malabia 575. Ahí tiene el consultorio Simón. Un móvil de la comisaría 27a llegó a los tres minutos y después de una persecución detuvo a los sospechosos.
“Algo hicieron mal. No sabemos si la intención era matar a Simón u obligarla a llamar a su marido, el verdadero objetivo”, especuló un investigador del caso.