Chaves vuelve a escena elegido por la FIB
El bonaerense Diego Chaves superó con su propia historia boxística todos los bosquejos aniñados que acompañaron su puesta en escena desde que asomó a los primeros planos, como el último gran eslabón de una familia de peleadores que tuvo en su abuelo, Rudecindo, el punto de partida en la romántica década del 60. La de Horacio Accavallo, Nicolino Locche y Oscar Bonavena.
Dieguito, sobrino de Ismael, Ariel y Carlos, baluartes del consumo interno pugilístico de los 90, consiguió el resultado más significativo del boxeo nacional de 2014, al empatar –favorecido por el fallo– con el ex campeón mundial Timothy Bradley, vencedor del filipino Manny Pacquiao y el mexicano Juan Manuel Márquez, y ello lo devolvió a las máximas consideraciones tras la pérdida de su título welter interino (AMB) frente a Keith Thurman.
La Federación Internacional de Boxeo (FIB) analiza la posibilidad de declararlo junto con el norteamericano Sadam Alí, reciente vencedor del tucumano Luis Carlos Abregú, protagonista de una eliminatoria mundialista para retar al campeón de la categoría, el inglés Kell Brook, ganador de sus 34 cotejos realizados. Y ello lo vuelve a cotizar y reubicar en una posición popular e interesante.
¿Qué hizo Chaves después de sus dos muy buenas peleas ante Brandon Ríos y Bradley, el año pasado?
Se abocó a una recuperación física y espiritual, necesaria tras dos verdaderas batallas del cuadrilátero. A partir de marzo, comenzó a trabajar como instructor del actor Leonardo Sbaraglia para una película de argumento boxístico en la cual, también, actuará en un rol activo e importante.
En tanto, los buenos ingresos obtenidos en sus peleas en el exterior le permitieron culminar la obra del competente gimnasio familiar en el corazón del barrio de Santa Brígida, San Miguel, en el cual todos los Chaves trabajan en distintas funciones. Ahora preparan a Brian, invicto en dos peleas y gran esperanza de la 3ª generación de una “comunidad” que ama y respira boxeo.
De vida ordenada y sencilla, Diego, a los 29 años y con un récord de 23 victorias (19 K.O.), dos derrotas y un empate, vuelve a trazar noticias interesantes. Se las valora y se las festeja, sobre todo en este momento, en el que todo perece bajo la sombra y los ecos de Mayweather vs. Pacquiao.