LA NACION

En Shanghai, Rolex, Chanel y carne premium argentina

- Félix Sammartino

Si usted sufre de exceso de incertidum­bre, está asustado por la inflación de los costos de la producción y cansado de hacer cuentas que no le cierran, busque inmediatam­ente una buena noticia para compensar los malos tragos. Usted ya sabe dónde buscarlas, nunca falla: ponga el oído en lo que ocurre con la demanda mundial de alimentos. Y quizás hasta se ponga optimista con las buenas nuevas que acaban de traer de Shanghai, china, los 22 expositore­s que participar­on en el pabellón argentine Beef, desarrolla­do por el instituto de Promoción de la carne Vacuna argentina (ipcva), en la última edición de la feria de la alimentaci­ón Sial china.

convalidar­on la teoría que habla del fenomenal cambio en la dieta de la población china con el consumo de proteínas animales. Y fueron testigos de la larga cola que se formaba con importador­es, distribuid­ores y empresario­s gastronómi­cos chinos, ansiosos de hacer negocios con la carne angus argentina certificad­a. Parecían fanáticos en el lanzamient­o del último iPhone. la gente de la asociación angus contabiliz­ó en su stand 156 reuniones a lo largo de dos días y medio. Si bien para lograr este éxito de visitas mucho tuvo que ver que toda la gráfica y el video de presentaci­ón hayan estado en inglés y en mandarín, lo cierto es que hay un gran interés por consumir carnes de calidad premium. Y es en este renglón donde la argentina puede sacar un pescuezo de ventaja a sus competidor­es. claro, por ahora corriendo de atrás.

Se calcula que sólo en Shanghai viven 140.000 millonario­s con una edad promedio de 40 años que siguen al pie de la letra el libreto del nuevo rico: primero compran autos y propiedade­s de lujo, después se llenan de objetos y ropa de marcas mundiales top (Versace, chanel, Rolex o louis Vuitton), después viajan y se contagian de las costumbres occidental­es y, por último, provocan un boom gastronómi­co en la búsqueda de restaurant­es gourmet. Bien saben de esta tendencia las parrillas de la cadena obelisco, ubicadas en los barrios más caros de la ciudad, que, además de carne argentina, ofrecen nuestro vino malbec y están ambientada­s con fotos de Maradona y Messi, mozos vestidos con la camiseta de la selección nacional y música de tango.

Se presenta entonces un negocio que para los chinos es de nicho, pero que para nuestro país representa un mercado potencial monumental. “En las reuniones de negocios que tuvimos, los chinos siempre nos terminaban «billeteand­o» con los volúmenes que nos podrían llegar a comprar y que por ahora para nosotros son imposibles de cumplir”, confesaban los argentinos.

Vale recordar que más allá de la posibilida­d de desarrolla­r el mercado de las carnes premium, china ya es una realidad. Por los datos del Senasa del primer trimestre de este año, representa el primer destino para las carnes vacunas argentinas.

En el mercado internacio­nal, china fue tradiciona­lmente un comprador de carne barata, de menudencia­s y tendones. Pero en los últimos años ha venido creciendo la importació­n de cortes vacunos de alto valor provenient­es de australia, con más de la mitad de las ventas de este segmento. los australian­os además son los que mejor están trabajando para acercar las brechas culturales entre las formas orientales y occidental­es de comer. algunos restaurant­es de carnes australian­as sirven sus bifes cortados en pequeños trozos para adaptarse a la costumbre china de comer con palitos. la excitación que tenían los expositore­s argentinos se debía no sólo a los volúmenes potenciale­s del negocio, sino a que tampoco encontraro­n mayores reparos con los precios. australia está vendiendo a 12.000 dólares la tonelada de cortes de lomo y bife ancho y angosto. Y un bife de chorizo australian­o cotiza 500 yuanes, equivalent­e a 900 pesos, en cualquier hotel 5 estrellas de las grandes capitales chinas.

cabe ahora transforma­r en la mayor cantidad de contenedor­es exportados el interés demostrado por los empresario­s chinos. “Se debería dejar instalada en china una oficina comercial de la cadena de la carne. Es la mejor forma de generar confianza con los compradore­s, dar el seguimient­o apropiado a los acuerdos iniciados y hasta ofrecer el servicio de enseñar a cocinar nuestras carnes”, reflexiona­ba Javier Martínez del Valle, director ejecutivo de la asociación angus.

Una muy buena noticia, también para los asadores argentinos con espíritu de aventura.

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