Aprendizaje con el maíz tardío
Soy asesor en el sudeste cordobés. Después de varios años de probar en distintas fechas de siembra con el maíz, intentando en principio sólo buscar potenciales, forzando el sistema a fechas de agosto, fuimos probando qué pasaba cuando atrasábamos las fechas. Descubrimos factores de manejo determinantes que nos ayudaron a interpretar al cultivo frente a condiciones contrastantes del ambiente frente a un mismo año calendario. De esta manera, surgió el concepto de la estabilidad del tardío.
Vimos también que aun en buenos ambientes el atraso de la fecha es una excelente herramienta para enfrentar años con lluvias complicadas. Así, teníamos más probabilidades de encontrarnos con un perfil más húmedo que en septiembre. En primavera, hay una mayor ocurrencia de precipitaciones. Y el maíz, uno de los cultivos, en los que, la humedad al inicio más explica su rendimiento. A su vez, la curva de demanda de agua del maíz para las distintas fechas es mejor acompañada por la de precipitaciones históricas en casi todas las zonas por las fechas tardías.
Entre las dificultades que ofrece el atraso de fecha sobresale la humedad del grano, ya que es muy difícil concretar condiciones climáticas en mayo que favorezcan un secado parejo y rápido. Esto ofrece varias dificultades que pueden ser atemperadas con la elección de materiales no tan largos y de muy buen comportamiento de caña. Entonces si sabemos que vamos a tener que esperar con el cultivo en pie hasta junio/julio para que baje la humedad es vital que los materiales empleados para atrasos de fechas tengan buena caña.