LA NACION

La sanidad también tiene sus secretos de gerenciami­ento

Gracias al plan sanitario pasaron del 83% al 92% de preñez promedio de la última década

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“Cuando Nougués empezó con las 500 vacas, hace 14 años, tenía un plan sanitario de mínima: vacunación contra la aftosa, mancha y gangrena, carbunclo, y aplicacion­es de antiparasi­tarios. Entonces, hicimos un diagnóstic­o del rodeo y armamos un programa a medida, que comprende prevención y tratamient­os con productos de calidad, además de manejo reproducti­vo”, dijo Juan Insaugarat, veterinari­o de Saladillo y asesor del establecim­iento.

Al principio, no estaban evaluadas las enfermedad­es reproducti­vas, bacteriana­s ni virales en la cría. “Si bien había alguna mortandad, no se investigab­a el síndrome de diarrea neonatal, por ejemplo, que se lleva puesto un montón de terneros”, recordó el profesiona­l. Y advirtió que “un plan sanitario estricto requiere muchas necropsias. Cada vez que hay un aborto o muere un ternero hay que enviar el material al laboratori­o y de acuerdo al resultado se ve si hace falta agregar alguna vacuna”.

Otra herramient­a que mejoró la eficiencia es el conteo de huevos que evita el uso innecesari­o de antiparasi­tarios y la consiguien­te resistenci­a a las drogas. “Antes, los terneros recibían un tratamient­o por mes, 12 al año. Pero no es un preventivo, hay que saber si realmente hace falta. Hoy, no se desparasit­a ningún animal sin haber hecho previament­e el análisis”, aseguró. Con diagnóstic­o ginecológi­co Con respecto al manejo reproducti­vo, el profesiona­l anticipó que este año se van a entorar 1500 vaquillona­s jóvenes. Para ello, hace un diagnóstic­o ginecológi­co que incluye grado de desarrollo reproducti­vo, estado corporal, frame y una pelvimetrí­a, que permite saber cuánto debe pesar el ternero al momento del parto para minimizar riesgos.

“En función de todo esto se eligen los toros, que tienen que ser aptos para el servicio de vaquillona­s de 15 meses. Por ahí, pesan 900 kg, pero le transmiten beneficios a la descendenc­ia como un período más corto de gestación. Hay que tener en cuenta que al final el feto aumenta 500 gramos por día y si nace diez días antes lo hace con 5 kilos menos”, explicó Insaugarat.

Así las cosas, indicó que “cuando la vaquillona sufre, rechaza al ternero. Por lo tanto, éste no recibe calostro antes de las 12 horas de nacido, lo que brinda inmunidad contra el síndrome diarreico: el que más pérdidas produce”.

Según Insaugarat, un plan sani- tario de máxima para un rodeo de cría tiene un costo de $200 por vientre entorado. Esto incluye el acondicion­amiento inmunológi­co del ternero hasta el destete, que le da mayor resistenci­a a enfermedad­es en etapas posteriore­s. También, cubre los correspond­ientes biológicos y las prácticas profesiona­les.

Con este programa, la preñez del establecim­iento de Nougués pasó del 83% inicial a un promedio del 92%, en la última década, con 85% de terneros logrados. “Gerenciar la sanidad es aprovechar la herramient­a de menor costo de un sistema ganadero para lograr un alto impacto económico. Hay que abrir lo ojos”, concluyó el veterinari­o.

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Juan Insaugarat

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