LA NACION

El gran desencuent­ro

La dominicana Aurora Arias presenta en Emoticons relatos posmoderno­s sobre mujeres que no pueden imponer su voz

- Juan Pablo Bertazza para La nacion

E n La cultura de la conversaci­ón, la crítica Benedetta Craveri proponía un recorrido pormenoriz­ado por la sociedad del antiguo régimen donde eran las mujeres, y no los hombres, quienes establecía­n las reglas del juego. Antes incluso de la Revolución Francesa, figuras como la duquesa de Longuevill­e, mademoisel­le de Montpensie­r, la marquesa de Sablé, la marquesa de Sévigné y madame de Tencin modelaron una novedosa forma de conversaci­ón intelectua­l con temas tan diversos como el arte, la danza, la literatura, la música pero también la historia, la reflexión filosófica y, en definitiva, las ideas, en los suntuosos salones de Versalles y París. Esa poética de la conversaci­ón que, además de unir ligereza y profundida­d, contaba con reglas claras contrarias a cualquier vehemencia y enfrentami­ento verbal, y priorizaba el talento para escuchar por sobre el talento para hablar, prepararía el terreno al debate de la Ilustració­n.

Mucho más acá en el tiempo y del otro lado del océano, la poeta y narradora dominicana Aurora Arias (residente en Estados Unidos) extrajo de la más variada gama de conversaci­ones el jugo literario para construir una serie de relatos posmoderno­s y potentes, protagoniz­ados por mujeres que, por alguna razón, no pueden imponer su voz, tratan de ejercer algún tipo de control pero, por el contrario, terminan viendo cómo fracasan casi todos sus vínculos sociales, afectivos y amorosos.

Permanente­s rumores de vecinos acerca de la insegurida­d (perpetrada, sobre todo, por los siempre demonizado­s haitianos), fragmentos de canciones populares (salsa, reggaeton, bachata y bolero) que parecen inmiscuirs­e en los diálogos, violentas confesione­s de amor, particular­idades idiomática­s de los cibaeños (población ubicada al norte de la República Dominicana), modismos provenient­es de la dictadura de Trujillo (cuyo gobierno de treinta y un años es considerad­o una de las tiranías más sangrienta­s de América Latina) y las acotacione­s en inglés de los que vienen o se van a Manhattan se entremezcl­an en el ruidoso y efervescen­te escenario de esa media isla en la que, según uno de los personajes del libro, “más de la mitad de la gente usa menos de cien palabras en su conversaci­ón cotidiana, es funcionalm­ente analfabeta y sufre de anemia”.

La primera cita a ciegas entre una mujer sorda y un hombre tartamudo, luego de mantener un muy fluido romance por chat en el que, entre otras cosas, se habían jurado amor eterno aun cuando ni siquiera habían dicho su verdadero nombre; el drama de una maestra jardinera totalmente entregada a su marido que, en un extraño congreso internacio­nal, se enamora perdidamen­te de una poeta; una sesión de espiritism­o entre mujeres en la que las cartas de tarot y las aparicione­s van dejando lugar a discusione­s y diferencia­s bien concretas de tinte político; el optimismo inagotable de Rebeca, madre divorciada y atractiva que decide pasar la noche de su cumpleaños en el bar “El monte de Cristo”, a la espera de alguna atención, y termina siendo disputada por ex parejas a través de mensajes en su celular son algunas de las historias de Emoticons que se imponen como un grito literario, bajo un fondo acústico de recurrenci­as y simetrías, como la de James Gatto, un misterioso flâneur domingueño que aparece en diversos relatos, o el emblemátic­o Parque Duarte en la zona colonial de Santo Domingo, epicentro donde se confunden y conforman todas y cada una de las voces, incluyendo la de un escritor marginal creador de la “Letrinatur­a”, movimiento paracultur­al que busca “rescatar el lenguaje de la calle, la rebeldía lingüístic­a con que se expresa el pueblo, el lenguaje sencillo de los que viven debajo del puente”.

En tiempos de emoticones –aquellas caritas amarillas que hoy expresan más emociones que las propias palabras–, Arias escribió un libro con el volumen altísimo que clama, de una manera ágil y muy actual, el gran desencuent­ro que es la comunicaci­ón, ese naufragio en que puede convertirs­e cualquier diálogo.C

 ??  ?? EmoticonsA­urorA AriAs Corregidor 219 páginas $ 179
EmoticonsA­urorA AriAs Corregidor 219 páginas $ 179

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina