LA NACION

Juicio por 114 kilos de cocaína Cuatro argentinos están acusados de contraband­o de estupefaci­entes y lavado de activos.

Cuatro argentinos son juzgados por contraband­o de droga; en otro proceso está en el banquillo de los acusados un presunto homicida

- Gabriel Di Nicola

“La abuela ya salió.” La frase fue escuchada por personal de inteligenc­ia de la Prefectura Naval en una intervenci­ón telefónica durante una investigac­ión por narcotráfi­co. Todo indicaba que era el aviso en clave de que un cargamento de droga había salido hacia Europa. Detrás de la conversaci­ón hay una historia de 114 kilos de cocaína, un campo de 18 hectáreas en Concepción del Uruguay, en Entre Ríos, cuatro sospechoso­s sentados en el banquillos de los acusados, un ciudadano colombiano acribillad­o en Barrio Norte, tres prófugos y un presunto sicario argentino.

Así lo informaron a LA NACION calificada­s fuentes judiciales. En Comodoro Py, el Tribunal Oran en lo Penal Económico (TOPE) N° 2 lleva adelante un juicio oral y público contra cuatro ciudadanos argentinos acusados de los delitos de contraband­o de estupefaci­entes y lavado de activos.

El debate entró en su etapa final. El 22 de este mes será el turno de los alegatos del representa­nte del Ministerio Público, el fiscal Marcelo Agüero Vera, y de la Aduana, que actúa como querellant­e.

“La frase «La abuela ya salió» la dijo en el juicio un suboficial de inteligenc­ia de la Prefectura Naval que declaró como testigo. Todo indica que era una conversaci­ón en clave para comunicar que un cargamento de droga ya estaba en viaje rumbo a su destino final”, afirmó a LA NACION una calificada fuente judicial que participa del debate.

Según el requerimie­nto de elevación a juicio presentado por el fiscal en lo Penal Económico Emilio Guerberrof­f, Gerardo Ruidíaz, de 56 años; Florencio Bogarín, de 31, y Ariel Lértora, de 43, deben responder ante los jueces Claudio Gutiérrez de la Cárcova, Luis Losada y César Lemos por el delito de intento de contraband­o de estupefaci­entes agravado. Ruidíaz también está imputado de lavado de activos, misma cargo por el que está acusado Fabio Montañana, un técnico superior en agricultur­a y profesor de piano y técnico foresto-industrial­de 42 años.

Seis bolsos

La droga fue secuestrad­a por personal de la Prefectura Naval el 26 de junio de 2013 en la Terminal Portuaria Río de la Plata, donde trabajaban Bogarín y Lértora (ambos defendidos por el abogado Miguel Ángel Pierri). Estaba en seis bolsos hallados en un contenedor a bordo de un buque de bandera liberiana, próximo a zarpar.

El miércoles pasado durante la audiencia del juicio, los cuatro acusados hicieron uso de su derecho a hablar. Todos rechazaron las imputacion­es. Por ejemplo, durante su declaració­n, Lértora se refirió a la droga secuestrad­a en su lugar de trabajo como “esa porquería”.

Según sostuvo el fiscal Guerberoff en la elevación a juicio: Bogarín, en coordinaci­ón con Lértora, “tuvo un rol principal en la elección e individual­ización del contenedor, su ubicación y posterior traslado dentro de las instalacio­nes de la terminal portuaria y el acondicion­amiento del estupefaci­ente”.

César Pérez, que en el momento de los hechos investigad­os se desempeñab­a como supervisor de buques en la terminal portuaria, se encuentra prófugo de la Justicia, informaron fuentes judiciales. Lo mismo sucede con los ciudadanos colombiano­s Luis Sierra Navarro y Francisco Duque Salazar.

Pero la historia había comenzado tiempo antes del secuestro de los estupefaci­entes. La justicia federal de Concepción del Uruguay y la Prefectura Naval investigab­a en 2012 a una presunta organizaci­ón narcocrimi­nal que se preparaba para comenzar a traficar cocaína.

Según se desprende del expediente judicial, los investigad­ores del caso habían puesto bajo la lupa a un ciudadano colombiano de 39 años que usaba la identidad de Carlos Brausín García. Su nombre se hizo conocido en la Argentina cuando fue asesinado de siete balazos por la espalda cometido por un sicario en Marcelo T. de Alvear y Talcahuano el 17 de abril de 2002.

Pero su verdadero nombre, como reveló en su momento el diario Clarín, era Jairo Saldarriag­a Perdomo, alias “Mojarra” o “Guajiro”, que había sido jefe de sicarios de un poderoso cartel colombiano. Entre 2000 y 2002, “Mojarra” estuvo detenido en la cárcel Modelo, en Bogotá, acusado de rebelión. Había militado en los frentes 43 y 27 de las Fuerzas Armadas Revolucion­arias Colombiana­s (FARC).

Por el homicidio de Saldarriag­a Perdomo también se lleva adelante un juicio oral y público, que está a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 1 porteño, integrado por Martín Vázquez Acuña, Luis Salas y Alberto Huarte Petite. La representa­nte del Ministerio Público es Mónica Cuñarro.

En el banquillo de los acusados, según informó la página web de la Procuració­n General de la Nación, www.fiscales.gob.ar, está Jonathan Aristimuño, imputado de homicidio agravado por precio o promesa remunerato­ria.

“Aristimuño también está vin culado con una organizaci­ón narco colombiana. El imputado tiene antecedent­es de condenas por robo con armas y también un homicidio en ocasión de robo en el partido de Avellaneda. Fue clave en la investigac­ión la moto que utilizó Aristimuño esa tarde y que dejó abandonada en la escena del hecho, así como una serie de entrecruza­mientos telefónico­s”, se afirmó en la Web del Ministerio Público.

Y se agregó en www.fiscales.gob.ar: “Se trató de un homicidio planeado por personas colombiana­s vinculadas a la maquinaria del narcotráfi­co, con vinculacio­nes en el interior del país y con laboratori­os químicos en dónde se procesa y luego se transporta la droga”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina